
Querido 2008 te marchas pero permaneces ahí, guardadito en diferentes momentitos hoy tan indispensables para entenderme. Me hueles a un puerto de cuento de piratas, a una borrachera de julio, a una lagartija maldita, a un montón de encuentros y personas nuevas, a unos ojos de cielo que de plano no quisieron mirar hacia esta dirección, a noches de fiesta con finales confusos y a grandes compromisos. Me arrancaste sonrisas y también el sueño en noches de incertidumbre. De nuevo fuiste un montón de ilusiones que a la hora buena se volvieron nada. No es que quiera recriminarte lo que desde luego es mi responsabilidad, pero al menos admite que pudiste haberme tratado un poco mejor.
Aun así no hay rencores. Detrás de tu sombra quedan muchas historias y eso siempre será mejor a la nada. Después de todo la pasé bien y acabé divirtiéndome a mi manera. No puedo decir que te echaré de menos pero al menos en dos días podré recordarte con cierta nostalgia, como a esos conocidos que nos caen mejor una vez que ya se fueron. Así fue nuestra relación 2008, buena a secas. Por favor, lee estas líneas y vete, siento que estás viviendo horas extras.

Y a ti, que por distintas circunstancias te encuentras leyendo este blog, mi más grande agradecimiento por el tiempo y la atención dedicado a este espacio. De corazón te deseo que el 2009 sea maravilloso.
Nos leemos el otro año.