domingo, 28 de agosto de 2011

El fin del mundo, lo de menos


Dicen que el mundo está por acabarse, y está bien. Francamente me da igual ver en los noticieros que las guerras y desastres van en aumento, o que la situación del país cada vez está peor. Que se derrumben las ciudades, que los líderes caigan o que millones de gentes mueran me da igual. Lo único preocupante, urgente, es que toda esta locura global no te alcance. Que hasta el último instante pueda verte sonreír. Mi amor, sólo temo al ocaso del mundo si éste me aleja de ti. Si rompe tu calma o provoca tus miedos, entonces ocurrirá mi verdadero apocalipsis. Para mí, el verdadero fin será vivir sin ti, en la nada.

Me queda poco para lograr lo imposible. Trascender. Librarnos de la muerte. Salvar al amor del infierno en la tierra. Lo demás, los otros, no me importa. No es que sea egoísta, más bien estoy enamorado.


En junio de 2011, ediciones Gandhi publicó mi texto ‘Inventario Final', dentro de “El Último Libro del Mundo”. Éste escrito es el segundo de los tres que mandé y no fueron elegidos en la edición final. Quise aprovechar éste espacio para compartirlo con ustedes.

jueves, 25 de agosto de 2011

Así es Gadafi


Van a decir que estoy mal, pero a mí el dictador libio Muamar Gadafi me cae muy bien. Contrario al odio que le profesa casi todo el mundo, yo me confieso fascinado por éste villano africano. Obviamente repudio las matanzas que éste personaje ha realizado en contra de su propio pueblo, así como las terribles condiciones de injusticia y dominio en las que ha sumido a Libia. Es un maldito desgraciado, pero con un carisma digno del Diablo. La forma en la que ha pasado de héroe a villano una y otra vez por más de cuatro décadas no sólo lo prueba, sino que me resulta de lo más interesante. Un cínico de esos que uno aborrece, pero que por lo mismo mira con cierta admiración.

Justo ahora, cuando rebeldes libios y varios regimientos internacionales acorralan a las fuerzas leales a Gadafi, me puse a recopilar varios datos curiosos y no tan conocidos de Muamar en noticieros e internet, mismos que empecé a tuitear el día de ayer. Me di cuenta que algunos estaban tan bueno, que decidí compartirlos aquí. Por eso, antes de que lo atrapen o maten, y el mundo se quede sin sus excentricidades, aquí están algunos detalles vaciladores de su vida. Así es Gadafi:

1. El niño Gadafi fue un beduino despreciado por sus compañeros de clase. Igual que Voldemort.



2. En 1986, un ataque alemán a Tripoli mató a la hija adoptiva de 3 años de Gadafi. Dos años después, en venganza tiró un avión que volaba sobre Escocia.

3. Gadafi de plano un día se orinó en una reunión del Congreso Africano de Naciones.

4. Un día, a Gadafi le dio por jotear y parecerse a Barbie, por lo que asistió a un acto oficial maquillado y con tacones.




5. A Gadafi le gusta dormir en carpas y casas de campaña de tipo árabe, esto es porque nació en una de ellas. Extraña el calor de hogar.

6. A Gadafi le gustan mucho las telenovelas mexicanas, sobre todo las de Thalia.




7. Gadafi no sale sin su 'Guardia Amazonica', grupo de 40 mujeres guardaespaldas. Tienen que ser vírgenes y dar su voto de castidad. El mismo Gadafi elige a las muchachas. Ellas deben prometer nunca abandonarlo. Pueden usar tacones y labial. Por esto último Gadafi las envidia.

8. Gadafi pidió que en el festejo de sus 40 años en el poder, se tocara música de México, Rusia y Nueva Zelanda.

9. Según algunos cables filtrados por Wikileaks, Gadafi es fanático del bótox.

10. Gadafi le organiza conciertos privados a sus hijos. Contrata artistas como Mariah Carey, Nelly Furtado, Beyoncé, Usher y 50Cents.

11. A Gadafi no le gusta que los hombres usen el cabello largo, por eso instauró en Libia normas que lo prohíben. Eduardo Palomo habría sido un mártir libio.




12. Como Gadafi está a favor de las buenas costumbres, prohibió en Libia los prostíbulos, el alcohol y los casinos.

13. En los 70's, Gadafi era conocido como "el Ché Guevara Árabe", en los 80's "el perro loco de oriente". Pero la verdad es que Gadafi es muy humilde. Suele llamarse así mismo el "Rey de reyes" o también el "Decano de Arabia".

14. Se dice que Gadafi, nomás por mamón, ayuna los lunes y jueves.

15. Aisha, por su belleza es llamada la “Claudia Shiffer de Africa” es la única hija de Gadafi, está casada con 1 primo de su papá. Fea no es.




16. Otro cable de Wikileaks dice que Gadafi siempre usa las escaleras porque le teme a los elevadores.

17. Así como lo ven, a los 21 años Gadafi se graduó en la Universidad de Bengasi en la carrera de Derecho que cursó en Georgia. ¿Habrá participado en Spring Breaks? Lo imagino en una playa mexicana, con su vaso lleno de cerveza gritando a unas gringas borrachas: ‘show your tits, show your tits’.

18. Gadafi siempre se queda en el primer piso de los lugares en los que se aloja. Pa mi que le tiene miedo a las alturas.

19. El Gadafi no viaja más de 8 horas en avión. Creo que es bien sacatón.

20. Gadafi sólo confía en los diagnósticos de unas enfermeras ucranianas, que están a cargo de su salud. Conociendo a las ucranianas, puedo afirmar que tonto no es.

lunes, 22 de agosto de 2011

La tarde que el futbol mexicano perdió la inocencia (balacera en el estadio Corona)


La tarde en la que el futbol mexicano perdió la inocencia yo estaba en una fiesta, pasándola bien con amigos y disfrutando de un apacible sábado. 22 de agosto del 2011. No sé precisar la hora exacta, pero caía la noche cuando tomé la BlackBerry y revisé por enésima vez mi cuenta de Twitter. Mi Time Line se había llenado con lo que parecía una broma fantasiosa, además de mal gusto: “Suspenden el partido Santos vs. Morelia, por balacera en el exterior del Estadio Corona”. Iban y venían Tweets alusivos a la balacera, a la suspensión del encuentro y a la reacción de diversos medios informativos. Dediqué unos quince minutos más a pescar cuanta información pude en distintos portales y redes sociales. Salí un momento de la fiesta y sintonicé varias estaciones de radio que tenían la nota. Ya no había duda, la violencia en México nos había arrebatado una de las pocas distracciones que le quedaban a los mexicanos: el futbol.

Pase buena parte de la noche en la fiesta. Olvidé a ratos la balacera y la pasé muy bien. Fue hasta llegar a casa, cerca de la 1 de la mañana, cuando por fin pude ver en televisión algunas de las muchas imágenes sobre el suceso que ya circulaban por los medios. Aparentemente, unos vehículos se negaron a pararse en un retén policiaco, lo que ocasionó el enfrentamiento que terminó justo en el exterior del inmueble deportivo. Pensé que me impresionaría, que sentiría miedo y tristeza por ver lo como el crimen organizado sigue invadiendo las estructuras de la sociedad mexicana, pero no, el sentimiento que me invadió fue un inmenso coraje, una rabia en contra de quienes siguen robándonos esos espacios que le pertenecen a las personas buenas. Como apasionado del futbol, y ciudadano que soy, la situación me resulta incomoda e inadmisible.

Aquí la transmisión en vivo que se vio por televisión, para que no se olvidé lo que pasó esa tarde:



Si YouTube o TV Azteca quitan el vídeo, velo haciendo clic aquí.

A lo largo de las últimas horas escuché toda clase de opiniones y comentarios sobre lo ocurrido. Desde quienes piden la renuncia del Presidente, hasta quienes criticaban fuertemente el que TV Azteca cortara la transmisión y dejará de informar en directo sobre lo ocurrido. Que me perdonen, pero para mí, eso de culpar a la policía, a las autoridades y a los medios de comunicación es una pérdida de tiempo. No señores, aquí no tiene nada que ver ni la Federación Mexicana de Futbol, ni Felipe Calderón, ni los militares. Hablamos de criminales que piensan que pueden hacer lo que quieran, que se saltan las leyes y no les importa atentar contra la vida de ciudadanos que a diferencia de ellos, si tienen madre.

Lo he planteado en otras ocasiones y lo vuelvo a hacer: ¿de verdad preferimos hacernos de la vista gorda y dejar que el narco haga y deshaga a su antojo, o plantarles cara? Nadie me quitará de la cabeza que tenemos el derecho, y también la obligación de defender nuestro país. He asistido decenas de veces a estadios de futbol a divertirme, a sacar preocupaciones y sentirme feliz. Lo siento, no quiero que nadie me quite esa oportunidad. Puedo sentir lo que quieran, pero no miedo. Si lo que quieren esos desgraciados es que me resguarde en mi casa temblando por la incertidumbre, no se los concederé. Seguiré haciendo mi vida, yendo y viniendo por todos lados. Esta es mi manera de plantarles cara. Recuperando plazas, parques, estadios, calles.

He visto hasta el cansancio imágenes y fotos de la balacera. En ese mismo estadio hace más de un mes la Selección Mexicana Sub-17 jugó una semifinal épica contra Alemania. Las caras de triunfo y pasión se transformaron en rostros de confusión. ¿Se hace bien en censurar las imágenes, o al contrario, es aceptable abusar de ellas? Como sea, cada cadena manejo la situación como mejor pudo, lo verdaderamente importante es que sepamos que el problema está ahí, pero que no nos doblará. Ver que hay chistes de lo sucedido, que hay videos en los que en plena balacera hay quienes se atrevieron a bromear es un aliciente. Hay violencia y es bueno que los estragos de esta siga moviéndonos el alma, que no nos acostumbremos pero que tampoco caigamos en pánico. El que la gente en el estadio haya mantenido la calma y mostraran un comportamiento solidario y cívico es tranquilizante.

El futbol nacional y la sociedad perdieron la inocencia al ver una balacera en vivo. Que se cuiden los malos, el pueblo está entrando a la madurez, y defenderemos nuestro derecho a la calma hasta el fin. Sin violencia, con inteligencia. Por cierto, ese mismo día la Selección Mexicana Sub-20 venció 3-1 a Francia y obtuvo el tercer lugar en el Mundial de Futbol de la categoría. Siempre habrá buenas noticias.

Fuerza Torreón. Fuerza México. Yo decido no tener miedo.

jueves, 18 de agosto de 2011

Dialogando con cucarachas



Se esconden en las cañerías de mi casa. De noche las escucho. A veces al prender la luz las veo. Sin embargo las tolero. Me dicen que fumigue y acabe con ustedes. Me niego. Me dicen sucio y asqueroso, es el precio a pagar con tal de hablar con ustedes y pedirles un favor.

Queridas cucarachas, dicen que si hubiera un cataclismo nuclear, sólo su especie sobrevivirá. Si son capaces de eso, también pueden interceder para que en el futuro, a la raza humana se le recuerde de forma diferente. Si nos mencionan, no digan que somos egoístas, ni cómo la soberbia nos llevó a terminar con el mundo. De ustedes, herederas del planeta, depende que la historia no nos guarde rencor. Píntenos como una raza que a pesar de todo hizo cosas buenas. Antes de cambiar roles, les pido que hagan un mejor papel que el hecho en la tierra por los hombres. Hermanas cucarachas, comienza su era.


En junio de 2011, ediciones Gandhi publicó mi texto ‘Inventario Final', dentro de “El Último Libro del Mundo”. Éste escrito es el primero de los tres que mandé y no fueron elegidos en la edición final. Quise aprovechar éste espacio para compartirlo con ustedes.

sábado, 13 de agosto de 2011

Luces en la ventana



Sucedió hace años…
En la madrugada de un 6 de enero, para ser exactos. No recuerdo muy bien el año, pero según mis cálculos debió de ser más o menos por ahí de 1991, o quizá 92. Me fui a dormir temprano con la ilusión de que esa noche llegaban los Reyes Magos y seguramente, al despertar bajaría hasta la sala de mi casa y por haberme portado bien durante los meses pasados, me toparía con los juguetes que en una carta pedí a Melchor, Gaspar y Baltasar. El problema es que nada me costaba más trabajo, como conciliar el sueño esa noche. Cualquier niño latinoamericano sabe la ilusión adrenalínica que genera la espera de aquellos magos de oriente y los respectivos obsequios que se espera recibir. Cada año era la misma historia. Irme a dormir, dar vueltas sin éxito en mi cama, cambiar de posición una y otra vez, tratar de poner mi mente en blanco, hacer mil actividades ese día con tal de que el cansancio me tumbara al caer la tarde. En fin, mil métodos que jamás funcionaron pues era precisamente esa noche, la del 5 al 6 enero, la que más esperaba en todo el año… ¿cómo esperan que un niño contenga toda esa ansiedad e ilusión y duerma como si nada? Al menos para mí, esa era una misión imposible. Total, que una de esas noches insomnes intentaba dormir. Ignoro exactamente la hora, pero de la nada todo mi cuarto se iluminó de una tonalidad azul eléctrico. Una luz intensa que me puso alerta y provocó que me pusiera de pie de un salto. Con miedo giré mi rostro y vi la ventana. Aunque las gruesas cortinas impedían que viera hacia el exterior, mi curiosidad fue mayor. Lentamente caminé hasta ella. Sudando frío tomé un extremo de la cortina y la jalé de golpe. Frente a mí se encontraba una esfera azul muy brillante que en un segundo después desaparecería ante mi mirada. Cerré de golpe la cortina. Espantado y sin aliento esperé un par de minutos. Tomé valor de no sé dónde y de nuevo retiré las cortinas. No había nada. Abrí la ventana y me asomé. Todo estaba en silencio. El patio trasero con el lavadero, las escaleras de otros vecinos que llevan a sus respectivas azoteas, los tendederos. Nada ocupaba ya ese espacio de aproximadamente 4 metros cuadrados. Cerré todo. Me metí en las sabanas de mi cama y decidí no abrir los ojos hasta que pasara un buen tiempo. Cuando me levanté, quizá unas tres horas después, no me molesté en ver de nuevo a la ventana. Bajé y en la sala ya estaban mis juguetes. Por un tiempo pensé que quizá esa luz fue producto de los Reyes Magos. Después no estuve seguro. Nunca he vuelto a ver esa luz.



Sucedió hace una semana…
En la madrugada del viernes 5 de agosto de éste año, para ser exactos. Mi abuela cuenta que estaba en su casa (en la colonia Viaducto Piedad, en la Ciudad de México). Cerca de las 3 de la mañana se levantó al baño. Permaneció en él por espacio de cinco minutos. Cuando se encontraba a punto de salir, aquel cuarto se iluminó, primero de azul, luego de una infinidad de luces multicolor que iban y venían por las paredes y techos del baño. Mi abuela refiere que aquellas luces no eran normales, sino muy intensas y de un brillo y tonalidades que nunca había visto. Vamos, que no son de éste mundo. Asustada salió del baño y entró a su cuarto. Le contó lo que sucedía a mi abuelo, él cual ni se inmutó. En lo que quedó de la madrugada, mi abuela no quiso salir de su recamara. Al otro día no había ni rastro de lo sucedido horas atrás. Ninguno de los otros habitantes de esa casa afirma haber visto nada, y para ser honestos, salvo mi abuela, nadie se tomó muy en serio lo sucedido.

Ni mi abuela ni yo hemos sabido explicar muy bien el por qué una noche cualquiera, de la nada vimos luces en nuestras ventanas. Tampoco soy capaz de asegurar que ambos hechos (separados por unos veinte años de distancia) tienen relación. Únicamente poseo la certeza de que estas experiencias no son ‘normales’. También, hace un par de años, algo extraño se posó sobre mi casa
en la madrugada del 16 de octubre del 2009. ¿Un fenómeno atmosférico? ¿Fantasmas? ¿Extraterrestres? No sé, no sé.

martes, 9 de agosto de 2011

Harry Potter, después del final cinematográfico


Hace unas semanas llegó al cine el último capítulo de Harry Potter. Quise esperar a que pasara un poco la euforia por esta película, para escribir un poco al respecto. No tanto sobre el final de la obra cinematográfica, sino sobre el punto final de esta saga literaria. Ya no habrá nuevos libros, ni esperar ansiosamente cada año para acudir religiosamente y seguir siendo parte de un fenómeno que abarcó al mundo entero.

Ahora mismo, siento esa nostalgia al escribir éste texto. Después de semanas de ebullición y comentarios en torno a lo que fue uno de los sucesos fílmicos del año, el aire de abandono comienza a rondar a quienes seguimos las aventuras de éste joven mago. Si muchos hacemos cuentas, esta historia nos acompañó por años. En mi caso desde hace diez años que comencé a leer los libros. Fue en el 2008 cuando finalmente leí "Harry Potter y las Reliquias de la Muerte", si bien me entristecía haber leído el desenlace, quedaba el consuelo de saber que aun quedaba un par de películas que, de una u otra manera, ayudaban a mantener la impresión de que ‘aun quedaban cosas por ver’ de Harry Potter. Ahora que el segundo capítulo de “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte” abandona lenta y lastimosamente las marquesinas, y va cediendo su lugar a otros títulos del verán, el sentimiento que aun servidor le invade es de perdida.

No exagero al decir que crecí con los personajes, ni que una historia con tantos recovecos permeo tanto en mi mente, que aun suelo descubrirme dándole vueltas a la trama y fascinándome por la construcción tan sólida que toda la trama guarda tras de sí. Sería absurdo explicar a estas alturas sobre lo que trata la historia de Harry Potter, después de todo ¿quién puede explicar de manera convincente y completa, algo tan grande como la muralla china? No pretendo pintarme como un erudito experto en la obra de JK Rowling, al contrario, sólo pretendo explicar lo que siente un tipo común y corriente, que cayó rendido ante la magia de 7 libros y sus respectivas adaptaciones al cine. Un tipo al que poco le importa que se diga que en general, las películas fueron mediocres tirándole a malas. Eso queda de lado cuando uno se descubre temblando e incluso, conteniendo el llanto al ver en pantalla lo que años atrás dibujo en su imaginación. La batalla final en Hogwarts, la muerte de Severus, el beso entre Hermione y Ron, el ver los cuerpos postrados de Tonks y Lupin, la valentía de Neville y por supuesto, la parte que para mí se llevó la película entera: los recuerdos de Snape en el pensadero, parte magistral que por sí misma explica gran parte de la trama. La historia de amor más bella no corresponde a Harry Potter o a sus amigos, vaya, ni siquiera a sus padres, sino al personaje que muchos pensamos era el más frío. Un amor leal pero imposible, y que logró vencer al tiempo y a las adversidades. Un amor que nunca murió, sino que al contrario, llevó a un hombre a realizar sacrificios indecibles. Un amor trágico, conmovedor, motivante.



Cuando en el cine se ve la aparición de los créditos finales de “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 2”, uno sabe que ahora sí llegó el fin. No más viajes en tren a Hogwartz, no más sombrero seleccionador. Jamás volveremos a vibrar con la emoción de un partido de Quidditch, ni seremos testigos de la creciente tensión sexual entre Hermione y Ron. No más secretos ni misterios que develar. Cada quién recordará Harry Potter a su manera. Desde los que comenzaron a leer para saber más acerca del destino de éste personaje, hasta quienes como yo, entraron a la adultez de la mano de varios personajes.

Ahora formaré parte de una especie de comunidad mágica. De aquel grupo de personas que jamás olvidaremos la historia del niño que vivió. Quienes aun vemos Horrocruxes en los objetos viejos, o al sentirnos cansados decimos que un Dementor nos chupa la energía, sabemos que por mucho que lo intentemos, jamás dejaremos de habitar en un mundo en el que todo es posible. Pociones multijugos, viajar atreves de las chimeneas con polvos Flu, hablar con las serpientes, autos voladores, leales elfos domésticos que por medio de un calcetín recuperan su libertad, 4 amigos que por las noches se transforman en animales, arañas gigantes, criaturas a las que sólo puedes ver si has estado en peligro de muerte, un sauce boxeador, una tienda de bromas mágicas, un cuarto secreto en el que puedes guardar cualquier cosa, una varita mágica que te vuelve invisible, los colmillos de un basilisco muerto años atrás en una bóveda subterránea, el fantasma de una estudiante que vive en los baños de un castillo, cervezas de mantequilla, una capa invisible, un perro de tres cabezas, un torneo de tres magos, un mapa para hacer travesuras, creado por un grupo de amigos, una Suma Inquisidora odiosa, un guardabosques semi gigante, un baile de navidad en el que todo terminó desastrosamente. Todo un cúmulo de elementos y escenas que, maldita sea, me hacen sonreír al enumerarlas y además, me dan la certeza de ser parte de algo especial.

Antes de decirle adiós a Harry, será bueno saber que siempre tendremos aquella escuela de Magia y Hechicería siempre estará ahí, esperándonos con sus pasillos encantados y nunca quietos. Las películas y los libros están ahí, por siempre. Se fue Voldemort, triunfó la amistad a prueba de todo. Aunque, no dudo dentro de 19 años, no faltaremos quienes al llevar a nuestros hijos al escuela, recitemos de memoria estás líneas de memoria:

“La cicatriz llevaba diecinueve años sin dolerle. No había nada de que preocuparse”.

Si la gente de YouTube quitó el video original, dale clic aquí.


jueves, 4 de agosto de 2011

Literatura y Marketing



“La literatura es aburrida”, “eres un ratón de biblioteca” o “de escritor te vas a morir de hambre” son frases que comúnmente escuchamos, y que por desgracia, siguen estando vigentes. Los libros, nos guste o no, siguen siendo asociados a lo solemne, a una pérdida de tiempo y a personas sin vida social. Ñoños, losers y sabelotodos, todo eso y más somos a los ojos de buena parte de la sociedad que no entiende que haya quién prefiera sumergirse en la página de una buena novela, antes que ir al antro de moda.

Como amante de la literatura y aspirante a escritor, estoy en desacuerdo con cualquier estúpida clasificación que denigre el quehacer literario. Leer y escribir, lejos de ser un fastidio, es un placer. Un vicio tan saludable que nos hace ampliar nuestros horizontes y volvernos más humanos. Quién me diga lo contrario es porque nunca ha tenido la suerte de permitirse perderse entre las hojas de un buen libro, y extraviarse en otras vidas, en viajes infinitos. Que ganas de decirle a quienes nunca han hecho ni el intento de leer, que los perdedores son ellos. Que de la mano del libro correcto uno es capaz de cualquier cosa, menos de aburrirse.

Afortunadamente, dichas concepción van cambiando poco a poco. Va entendiéndose y valorándose más la literatura, que dicho sea de paso, ha dejado de ser asunto de gente mayor para asumir roles más juveniles. Antes un escritor era un viejito amargado que hablaba de forma elocuente sobre temas incomprensibles. Ahora, es un personaje valorado y apreciado por sus lectores. Antes una saga literaria era leída por unos cuantos, hoy son éxitos de ventas e incluso algunas llegan a ser adaptadas al cine. Vamos, leer está de moda.

Sé que el panorama que acabo de pintar corresponde a unos cuantos, y que la existencia y reconocimiento dentro del mundo editorial, sigue siendo muy difícil. Sin embargo, soy un creyente de que se puede llegar a las masas sin descuidar al arte. Cada triunfo de un escritor y su obra debe ser celebrado por todos los que, de una u otra manera, tomamos parte de la literatura, pues dichos impulsos abrirán más y más puertas al talento emergente, y dará la confianza de que los libros, además de una expresión artística y cultural, son redituables.

Hace unos días escuché que en las redes sociales y en televisión circulaba un anuncio comercial en el que la figura central era el escritor mexicano Xavier Velasco. Busqué el dichoso spot y quedé encantado, no sólo porque aprecio al buen Xavier y he tenido la dicha de convivir en un par de ocasiones con él, sino porque sigue rompiendo paradigmas. ¿Quién dice que un escritor no puede ser, además de creador, un elemento mercadológico? El que una marca comercial se haya fijado en él, es todo un triunfo. Quién mejor que el propio Velasco, para recordarnos que éste asunto de los libros no es más que una divertida travesura.

“Caminando con Gigantes”, es el nombre de la nueva campaña promocional de Jhonny Walker. No sé quién fue el creativo que decidió asociar la imagen de Xavier con la de éste whisky escoses, pero sin duda alguna dieron en el clavo. El autor de "Diablo Guardián" y "Puedo Explicarlo Todo" se muestra en su ambiente natural, hablando de la escritura en compañía de su perro Boris y el Dr. Enedino Godínez, su muñeco ventrílocuo. En ningún momento la intervención de Xavier se siente forzada, al contrario, es en cierta forma inspiradora para quienes por X o Y razón, buscamos un empujoncito para emprender el camino en nuestros sueños de abrazar la profesión de escritor.

Ojala más marcas como Jhonny Walker confíen en el mundo literario. Las historias, escritores y lectores ahí están, convirtiéndose en un creciente campo de oportunidad en el que todos ganamos. Les dejó el comercial de Xavier Velasco, espero les motive tanto como a mí:


lunes, 1 de agosto de 2011

El Guardián de Pie de la Cuesta



No hace mucho, les conté cómo me fue con mi primera experiencia cerca de un huracán. Pues bien, además de lluvias y mucho aire, Dora también trajo consigo un fuerte oleaje en las playas acapulqueñas. Gracias a eso pude conocer a un pintoresco personaje, de esos que parecen sacados de algún programa cómico de la televisión.

Éste curioso individuo es salvavidas en la hermosa, pero también peligrosa playa de Pie de la Cuesta, lugar al que llegué para pasar una tarde de relajación y descanso. Al llegar noté que el mar estaba bravo. El oleaje era fuerte y amenazante. Al poco rato llegó un señor sin playera y cuerpo pellejudo a pedirnos que de favor, nos abstuviéramos de entrar a nadar al mar. Nos explicó que debido al huracán, las olas eran enormes y altamente peligrosas, y que meterse era una garantía de ahogarse instantáneamente. Como ninguno de los presentes tenía ganas de morir ese día, obedecimos. El salvavidas dijo que en otras condiciones, él entraría al mar para darnos un show de figuras en el agua, pero que así como estaba el océano no se animaba. Nos pidió una cooperación y a cambio nos contó que precisamente, la playa más peligrosa de todo Acapulco era Pie de la Cuesta. No saben lo aliviado que me sentí.

Pasó una media hora y a lo lejos vigilaba al guardavidas, que seguía advirtiendo a los turistas sobre el estado del mar. Sin embargo, de la nada aquel viejillo amable de pronto enloqueció. Olvidando el peligro que tanto había mencionado, se dirigió hacia las olas y comenzó con su espectáculo (el cual, hay que aceptarlo, es de primer mundo). Noten en el vídeo como inicia en un lado de la playa y termina en otro, por lo que los visitantes a los que el show iba dirigido ya no vieron el final. Disfrútenlo:



Después de tan increíble acto, el señor salvavidas agradeció al mar, a Dios y a la Virgen el haber salido bien librado de las aguas violentas con un extraño rito. Pensarán que se lo sacó de la manga o que nada más le hacía al cuento, pero yo pienso que es espiritualidad pura:



Pasado un buen rato, unos muchachos enfiestados y ya medio jacarandosos hicieron acto de presencia en la playa y se metieron a nadar. Mi hermana se dio cuenta y fue de chismosa con el Guardián de Pie de la Cuesta, el cual fue a regañarlos por hacer lo que él hizo media hora antes. Antes de ir por ellos, le encargó su dinero a mi hermana. Quisimos robarle pero nos remordió la conciencia, ¿qué tal si de verdad es amigo del mar y viene un tsunami por nosotros?



Ya que había corrido a los jóvenes aventureros, el Guardián de Pie de la Cuesta volvió por su dinero. Entonces, mi hermana que le hace a la onda ecológica, tuvo una breve charla con el héroe de éste post sobre ballenas, delfines y tortugas. La verdad, después de esta plática me siento mejor persona, más humano. Aprendí que... bueno, aprendí cosas y ya. Vean que bella conversación:



Antes de retirarse a predicar en alguna otra zona de la playa, el Guardián de Pie de la Cuesta volvió a pedir dinero. Seguramente se percató de que lo había estado grabando y quiso hacer su agosto. Lo malo es que no contaba con la pobreza del autor de éste blog, el cual sólo le ofreció 10 pesos. Se marchó y no volvió en toda la tarde. Supongo que siguió su caminar, llenando de esperanza y sabiduría costeña el corazón de quienes estos días visitamos Pie de la Cuesta. Gente rara y folklórica, gente que uno conoce cuando viaja. Gente autentica y valiosa.


***Bonus***
Días después, ya de vuelta en la Ciudad de México, buscando información supe que aquel personaje se llama Fernando y le apodan “El Chanoc”, y otro vídeo de aquel personaje grabado hace 2 años. Aquí el vídeo: