martes, 28 de agosto de 2012

Cuando el amor caduca



Tendrá más o menos un mes, que en una reunión con amigos, platicaba con mis amigos Ángel y Rosalía cuando de la nada surgió el tema.

-… y qué tal, que ‘Fulanita de tal’ ya tuvo un hijo.

Y se hizo el silencio, y ambos me voltearon a ver.

-¿Qué no sabías? Me preguntaron angustiados, como disculpándose.
-Pues no. Respondí
-¿Ya ves?, ¡para que le dices!. se reclamaban entre ellos.

Yo veía el espectáculo más bien divertido. Ángel y Rosalía pensaron que la noticia me afectaría. Y es que ‘Fulanita de Tal’ anduvo conmigo en la universidad…


 * * * * *

Acapulco Guerrero, Diciembre del 2004
Viaje de Graduación de la Universidad

Supongo que uno se da cuenta cuando una historia llega a su fin. Por más intentos que después uno haga por prolongarla o extenderla, siempre hay un momento en el que se atraviesa del ‘quizá’  al ‘nunca más’. En mi caso fue cerca de las 7:30 de la mañana, al pie de una playa. Soportando la cruda física y sobreviviendo a la resaca moral. Tras dos días de idas y venidas emocionales, en las que mi corazón sufrió más subidas y bajadas que en una montaña rusa, terminé por darme por vencido.

Ese día, tirado en un camastro, solo y con ganas de estar en cualquier otra circunstancia, veía salir el sol mientras analizaba todo por lo que había pasado en los últimos dos años, y más aun, en esos días: un tequila Sunrise, una plática afuera de un centro comercial, unas copas de cristal arrojadas desde el balcón de un treceavo piso, una mañana triste a lado de una alberca, una noche en un bar que acabó con cualquier ilusión, o un caminar por la costera de madrugada (descalzo, como zombie y con los pies hechos pomada). 

Horas después partí de regreso a la Ciudad de México en un estado deplorable. Viendo negro el porvenir y convencido de que cualquier noticia sobre ‘ella’ en el futuro, me devastaría.


* * * * *

Y no fue así. Muy al contrario. Vi la foto donde aparece con su bebé, me dio gusto por ella y proseguí aquella noche como si nada. Ignoro en qué momento una noticia así perdió su capacidad de destrucción masiva en mi existencia. Debí intuir que estaba fuera de todo embrujo la tarde que me atreví a releer las cartas que alguna vez le escribí , y más que tristeza, sentí pena ajena por mi cursilería.

Algo similar ocurrió cuando hace año y medio, mientras curioseaba en Facebook me topé con la foto de la boda de “Sutanita”, esa muchacha de la que estuve enamorado durante los años en los que cursé la preparatoria…


* * * * *

Puerto Vallarta, Junio del 2000
Viaje de Graduación de la Preparatoria

Un viernes por la noche, se celebraba una misa en uno de los salones del hotel donde todos nos hospedamos. Como la escuela de la que salía era religiosa esa era la forma en la que aquella generación nos decíamos adiós. Llevaba cinco días en Vallarta siguiendo cada uno de los pasos de ‘Sutanita’, intentando crear casualidades y tratando de hacer que esas tardes me sirvieran más que los tres años en los que por cobardía no me atreví a decir nada.

Quería declarar mi amor, aunque no tenía ni el más mínimo argumento ni indicio que me dijera que ese acto suicida tendría aunque fuera un poquito de éxito. Ya sé que era muy tonto pedir un milagro cuando no se hace ni lo más mínimo por conseguirlo. Aun así, aquella misa de una hora se me iba como agua. No quería que acabara porque sabía que tras ella, tres años llegarían a su fin, y mi ridícula persecución terminaría en nada.

Por eso, mientras compartía por última vez el mismo espacio físico con ella, decenas de escenas se repetían obsesivamente en mi mente. Lo peor es que esa historia sólo me la conté yo, y por lo tanto, sólo a mi me lastimaba. Terminando la misa subí al camión sin atreverme a mirar atrás. Dormí durante todo el viaje de regresó a la ciudad y no volví a ver a ‘Sutanita’ más que dos veces más. Pensé que el día que me enterara de que anduviera o se casara con alguien más mi mundo se derrumbaría…


* * * * *

Y cuando eso pasó no se derrumbó nada. Ni siquiera hubo un leve temblor. Por curiosidad vi la foto de aquella boda y de ahí seguí perdiendo el tiempo en otras paginas de Internet. De estos rencuentros con ‘Fulanita de Tal’ y ‘Sutanita’ aprendí que los dolores, por más intensos que parezcan, algún día pasaran. En algún momento las heridas no sólo cierran, sino que también enseñan.

Con el tiempo la vida va poniendo a cada quien en su lugar, y ahora yo me encuentro en un buen sitio. Viviendo mi propia historia con alguien más y viendo hacia delante. De esos días en Acapulco y Puerto Vallarta sólo queda el recuerdo. De mi presente quedan cientos de hojas en blanco, las cuales estoy ansioso por escribir. 

viernes, 24 de agosto de 2012

Conversación en un Vips, un domingo por la tarde




Siempre que escribo sobre estos temas lo hago un tanto confundido. Pues ni siquiera tengo definida una opinión al respecto. Por un lado siempre me ha seducido lo desconocido, lo cual no implica que a veces me de cierto temor y en otras ocasiones, me sienta ridículo hablando al respecto.

Pero la pasada tarde del domingo se prestó para hacerlo. Dicen que las conversaciones más inesperadas nacen en el momento menos esperado y para muestra, lo que ocurrió la pasada tarde del domingo. Lo que parecía una comida común y corriente en un restaurante Vips de la Ciudad de México, dio un giro inesperado cuando en la platica surgió el tema del 21 de diciembre del 2012, día en el que supuestamente dará inicio el fin del mundo.

En la plática participó mi hermana, mi prima, mi sobrino-ahijado, mi novia y yo. De aquel intercambio de ideas rescaté un resumen de ideas que desde entonces llevan días dando vueltas en mi cabeza, y que aun hoy no me atrevo a calificar como reales o ficticias.

"Comenzamos hablando sobre el llamado Nuevo Orden Mundial, ese que planea dominar al mundo dentro de unos meses y que mueve de forma secreta los hilos de la humanidad para lograrlo. Parte de su plan macabro es controlarnos y someternos por medio de diferentes tácticas, por ejemplo, una de ellas consistirá en la implementación de una vacuna en forma de chip, la cual se le hará creer a la población que servirá para prevenir enfermedades, pero con la cual planean inducirle enfermedades cancerigenas a quienes la porten. De acuerdo a lo hablado, lo mejor será no permitir que se nos instale ese chip. Incluso hay pasajes de la Biblia que hablan al respecto.

Y ya que toco el tema de la Biblia, durante nuestra charla también hablamos sobre la supuesta llegada de un falso profeta. Según se ha sabido, en los próximos meses resucitará Juan Pablo II. O eso se querrá dar a entender, pues este supuesto milagro estará orientado la sumisión de las masas. Incluso se está desarrollando, dicen, un sistema que en esos días permitirá que en cualquier parte del mundo, la gente escuche a Dios y lo vean hablándoles en el cielo. Esto ya se está probando, por eso en varias zonas del planeta se escuchan sonidos provenientes de las alturas. Lo del falso profeta también se menciona en la Biblia, en donde se advierte que más nos valdría no sucumbir ante él. En parte, a esto se le llama Proyecto Bluebeam.

Y a propósito de los papas. En el Vaticano hay una sala en la que cada uno de los pontífices de la historia tienen un cuadro con su imagen. Además del lienzo destinado a Benedicto XVI, sólo hay un espacio más, es decir, queda un papa y ya… se acabó… todo, fin de la religión como la conocemos. En parte, el Nuevo Orden Mundial pretende instaurar una sola religión. También se planea provocar varios desastres naturales, pues tienen la capacidad de provocar temblores y otras catástrofes (sobre todo los gringos). Con esto irán menguando a la población y la harán entrar en pánico.

Muchas de estas catástrofes ya pasaron y muchas otras ocurrirán precisamente el 21 de diciembre de este año. Al ser una fecha emblemática y tan difundida, el caos y el temor serán totales.  

Habrá guerras. La más cercana es la que sostendría Israel contra Irán (países que ya tienen sus líos). Este conflicto será exponenciado con  la intervención de Estados Unidos, que intervendrá a causa de un atentado terrorista simulado (será una farsa de los norteamericanos en su propio territorio). Algo debe saber Irán, que se ha cansado de afirmar que no tiene planeado ningún atentado. 

Todo está planeado fríamente, incluso la llegada de Peña Nieto al poder ya estaba proyectada desde hace años.

Cuando la población sea dominada, el Nuevo Orden Mundial regirá todo. Incluso ya se están acuñando las monedas que serán instauradas. Será un exterminio, ya hasta hay campos de concentración listos en Estados Unidos y quienes no quieran someterse a las nuevas reglas morirán. Todo lo dominarán sólo 13 familias, comandadas por el anticristo, que es nada más ni nada menos que el Príncipe Guillermo de Inglaterra (sí, el que se casó el año pasado). También es reptiliano.

Los illuminati están detrás de todo este plan. Son quienes lo orquestan. De hecho, si en Google escribes la palabra Illuminati al revés aparece el link a la página del Servicio Secreto Estadounidense. Con esto último tengo mis dudas, pues según estuve averiguando, la orientación a resultados inducidos en buscadores es posible. 

Habrá muchas abducciones extraterrestres. La gente comenzará a desaparecer y nadie sabrá de ellos. Aquí un método para evitarlo, en cuanto uno se encuentre ante algún ser de esos grises-flacos-cabezones es pensar con mucha fe ‘en el nombre de Dios, te ordeno que me dejes’. Y te dejan. Esto porque hay leyes galácticas que lo exigen. Lo mismo aplica con los reptilianos.

Ante toda esta locura, hay quien ya está tomando precauciones. Mi prima nos relató que lleva meses comprando comida y acondicionando un refugio especial revestido de un material que resista incluso la radiación. Actualmente restringe sus búsquedas en Internet pues los illuminati rastrearán a quienes hayan buscado información al respecto de todos estos temas e irán contra ellos. Si esto es cierto, entonces yo, por escribir esto, estaría en la mira. Ella también ha descargado instructivos de supervivencia y ese día (21 de diciembre) se resguardará a piedra y lodo en su casa.

Según sé, varios pasajes de la biblia y lo que he descrito anteriormente son muy semejantes. Y eso da mucho que pensar.

Este periodo de obscuridad durará 13 años. Muy pocos evitarán sucumbir al control mental y conservar su vida. Después de ese tiempo, vendrá el verdadero Dios a librar al mundo de todo mal. Los muertos despertarán de su sueño (porque se supone que en realidad están dormidos) y vendrán días de prosperidad para la humanidad. Todos aquellos que se mantuvieron firmes y no se dejaron vencer por los falsos lideres y el orden mundial serán recompensados."

Y de todo eso hablamos. No dejo de pensar que probablemente nada de esto pase. Pero, ¿y si sí?. El que quizá, y sólo quizá, todo eso pueda ser cierto me inquieta. La primera vez que escribí sobre este tema recibí varias comentarios muy ratos, hasta me dijeron que mi vida corría peligro si seguía hablando de esto. Luego mencioné que en la colonia Polanco de la Ciudad de México hay reptilianos y heme aquí, nuevamente tocando un tema que a ratos me parece una ridiculez, y por momentos muy serio.

Sólo quise describir un poco esta teoría en la cual no creo, pero tampoco descarto del todo. Quizá sólo fue una platica de domingo, en unos meses lo sabremos.  

lunes, 20 de agosto de 2012

El Nombre de las Nubes


Conocí a Sandra Becerril hace unos quince años, cuando ambos estudiábamos en la preparatoria del Instituto Don Bosco. Si bien nunca fuimos los grandes amigos, y nos tratamos relativamente poco, siempre guardé un recuerdo agradable de ella. Gracias ‘a la magia de las redes sociales’ volví a estar en contacto con Sandra, y así me enteré que se había convertido en escritora. Como siempre me sucede en estos caso, quise leerla.

Así llegué a El Nombre de las Nubes, su más reciente novela, la cual devoré en un par de días y resultó un agradable (e intrigante) descubrimiento. Para empezar debo aceptarlo, sentí envidia de la buena, Sandra ha logrado ese sueño que acaricio desde hace mucho: publicar una novela y hacerlo bien.

Me bastaron unas cuantas hojas para corroborar que estaba ante un libro bien elaborado. Tanto a nivel narrativo como gramatical, El Nombre de las Nubes no desmerece, al contrario, conforme se avanza en su lectura las virtudes de esta novela se multiplican hasta convertirse en un cuerpo literario muy completo.

¿De qué trata ‘El Nombre de las Nubes’? Básicamente del deseo (o por lo menos curiosidad) que alguna vez todos los humanos hemos sentido por matar. Sí, aunque al leer esto arqueen la ceja y pongan cara de ‘yo nunca’, estoy seguro que por lo menos alguna vez (medio en broma, medio en serio) se plantearon la posibilidad. Justamente esto se pregunta Aileen, una escritora cuyas historias y personajes giran entorno a los asesinatos, o más bien, en torno a las causas que los provocan.

De mano de Aileen conocemos ‘las historias dentro de la historia’. Ahí donde Elizabeth, Tito (Estrato el Magnifico), Cirrus y otros de sus personajes se debaten por seguir el camino que para bien o para mal les dispuso el destino. Mientras estas ficciones ocurren, la vida de su escritora también es guiada hacia extremos que terminan por escapar de sus manos: el regreso intempestivo de su inestable marido con el que está en proceso de separación, la aparición de un amante que la seduce por su aroma y claro, su cada vez más creciente obsesión por los personajes que se atreven a matar.

Con una elegancia a veces poética, un sutil sentido del humor y una sensualidad impregnada en varias partes de su novela, Sandra logra su cometido: cuestionarnos acerca de los motivos que pueden llevarnos a privar de la vida a otra persona, y las múltiples formas de hacerlo.   

Contrario a lo que podría pensarse, esta obra es profundamente romántica. Todo en este libro gira en torno al amor, que al fin y al cabo, es el motor que nos hace atrevernos a destazar, mancharnos de sangre y convertir en realidad ese obscuro deseo de matar.

Al final, sólo leyendo ‘El Nombre de las Nubes’ uno se entera si Aileen se atrevió o no a pasar esa frontera que tantas veces rebasaron sus personajes.

Hace unos años escribí 'Con Miedo al Tiempo' , un cuento largo o novela corta en la que por primera vez maté a un personaje. Cuando lo hice experimenté una sensación extraña, una especie de tristeza que me acompañó por días. Me imaginó lo que pasó Sandra para escribir esta novela.

Leerla es más recomendable. El Nombre de las Nubes está de venta en las librerías Porrúa y El Sotano.   

jueves, 16 de agosto de 2012

¿Cuál Spice Girl eres tú?


Después de la celebración de los Juegos Olímpicos este blog vuelve a su normalidad, aunque claro, para este texto arrancaré mencionando la ceremonia de clausura, en la cual se presentaron las Spice Girls después de unos 15 años de haberse separado.

Y aquí debo confesar, en mi época de niño gordo (por allá de 1994) yo era ‘bien fans’ de este grupo. Hasta tenía mis ‘cassettes’ originales. Sí, ya sé que es un grupo para niñas, pero en esos momentos era enamoradizo y pensaba que algún día me llegaría el amor y esas canciones las adaptaría y formarían parte de mi vida.

El grupo se desintegró y aunque individualmente nos llegaban noticias de ellas, como agrupación no volvimos a verlas hasta el domingo pasado. Día en el que vía Twitter varias veces vi repetida la pregunta ‘¿Cuál Spice Girl eres tú?’. Al otro día, en el trabajo la pregunta se repitió, sólo que  ahora era ‘ ¿Cuál es tu Spice Favorita’?.

Y aunque no lo crean, yo tenía mi respuesta bien clara…

¡Yo soy la Baby Spice! (osea la güera, osea la tierna).

¿A poco no me parezco…?

Es que soy tierno, como Cesar Costa…


Volviendo a las Spice…

No tienen que decírmelo, es una jotería de mi parte. Pero es la verdad, desde que las Spice estaban de moda siempre me identifiqué con ella. Y al parecer no era el único, pues después de la presentación de estas británicas en la ceremonia de clausura, la gran mayoría de las personas (hombres) que hablaban del tema se sabían los nombres o apodos de las Spice: que si Victoria, que si Mel B, Mel C, que si la Spice Deportista, que si Emma, que si la negra, que la elegante, etc…

No sé los demás, pero en mi caso no es que quisiera ser una Spice ni quisiera explorar mi lado femenino. Era sólo que siempre me ha dado por identificarme con algún integrante de los grupos musicales, de héroes, caricaturas y demás cosas que se me cruzaron en la infancia.

Por ejemplo, de las Tortugas Ninja me creía Donatello, porque era el más alivianado e inteligente, además estaba padre su arma. De los Cazafantasmas me identificaba con Ray, porque era gordo pero triunfador. De los Ositos Cariñositos me sentía el que tenía un trébol en la panza y era verde… aunque también me creía el amarillo que portaba un sol en el estomago.

Y claro, de los Caballeros del Zodíaco era Seiya. Porque es el más guapo y siempre era el héroe (aunque ni hiciera nada). De Chip & Dale me caía mejor Dale, porque no tenía los dientes feos y además se vestía de detective.  


De los Beatles me simpatiza más el George Harrison porque es la buena onda y no se metía con nadie. De los X-Men, Gambit porque era galán, misterioso y se vestía con gabardina (cuando era niño gordo usaba la gabardina de mi mamá y me sentía el muy-muy). Ahhhh, y de la serie Friends soy Chandler. Por inseguro, y gracioso.

Y aquí le paro, porque si no sería el cuento de nunca acabar. El chiste es que siempre he tendido a creerme o identificarme con algún personaje. Ya sea en las series de televisión, películas o personajes de libros. Pero bueno, creo que a todos nos ha pasado alguna vez. 

¿Y ustedes, quién se creían?

domingo, 12 de agosto de 2012

Para el final olímpico: A pesar del dolor, siempre María



Toda historia termina, y los días de Londres 2012 han llegado a su fin. Sin embargo, sus últimas horas aun nos deparaban una última alegría, una hazaña deportiva más para recordar durante los años venideros.

Sucedió ayer, después de la apoteósica medalla de oro que México obtuvo en el fútbol olímpico. Cuando creíamos que nuestra felicidad no podría ser mayor, vino María del Rosario Espinoza y de una forma por demás valiente y aguerrida se hizo del bronce en el Tae Kwon Do.


Fue ayer. Día sábado. 6:30 de la mañana. A pesar de ser día de descanso, me desperté para ver su primer combate. María ganó con trabajos ante una camboyana que vendió cara la derrota. Durante las horas venideras estuve al pendiente de cada una de las confrontaciones, siendo testigo del esfuerzo de la Taekwondoín mexicana, que en varias ocasiones terminó maltrecha y severamente lastimada. Incluso recibió un fuerte puñetazo en el rostro y siendo robada arteramente en un duelo contra su rival de Serbia.  

Era justo en esos momentos de dolor, en las múltiples caídas que sufría, cuando nuestra "María Bonita" se crecía y sacando fuerzas de flaqueza se lanzaba en busca de la victoria. Quizá sea una tontería pensarlo así, pero esos rostros de sufrimiento tan emotivos me llenaban de orgullo. Saber que una mexicana anteponía su físico en pro de lograr poner en alto el nombre de su país fue emotivo. Al final, cuando disputaba la medalla de bronce contra Cuba, y en un par de ocasiones visitó la superficie del tatami, me involucré tanto en el combate que sentí ese coraje en su interior, esa fuerza que te hace levantarte a pesar de tener todo en contra.


Hace 4 años fue campeona olímpica. Ahora en Londres alcanzó la medalla de bronce. Gracias por aguantar tanto y enseñarnos que nunca hay que dejar de pelear, aunque duela y se esté en el piso. María bonita, gracias por pelear por México, todos deberíamos hacer lo mismo desde nuestras trincheras.

Y así llegó a su fin Londres 2012. Al iniciar esta aventura me propuse escribir un texto por cada medalla que ganara México. No pensé que escribiría tanto y tan seguido. Y sin embargo fue un placer expresar con palabras lo que cada una de esas preseas significaron no sólo para mi, sino para toda una nación.

México cerró con 1 oro, 3 platas y 3 bronces.

sábado, 11 de agosto de 2012

El día que ganamos la medalla que siempre soñamos


‘Que hay imposibles que un día consigues, sin darte cuenta’

La historia de esta mañana comenzó a escribirse hace muchos años, tantos, que quien hoy escribe estas líneas aun no había nacido. La medalla de oro que hoy obtuvo la Selección Mexicana de Futbol ya se añoraba desde hace décadas.

Pertenezco a una generación que sí ha visto ganar a su equipo nacional. A diferencia de los contemporáneos de mi papá, y de quienes los precedieron, he sido testigo de como la Selección Mexicana ha dado partidos memorables, le juega de tú a tú a las grandes potencias futbolísticas,  se ha quitado los fantasmas de la cabeza, logrando así ganar.

Cuando era niño, después de la derrota de México ante Noruega, en el Mundial ’94, al verme triste mi papá me dijo que 'desafortunadamente así son las cosas cuando juega México’. Ese discurso no me lo creí. No lo hice yo, ni quienes en ese momento quisimos empezar a creer que algún día nuestro deporte favorito viviría épocas de gloria. Días históricos.

Y así, poco a poco las cosas fueron cambiando. Ante los ojos de todos, una nueva estirpe de mexicanos nos han demostrado que se puede ganar. Así se llegó a dos finales de Copa América, se ganó la Copa Confederaciones de 1999, se conquistaron dos Campeonatos Mundiales Sub-17 y esta mañana, por primera vez en la historia se ganó una medalla en futbol olímpico. 

Una final en el mítico estadio de Wembley ante Brasil. Ahí estaba el corazón ce millones de mexicanos que este día se levantaron temprano para ser testigos de uno de los encuentros más importantes en la historia de nuestra selección.

Así, con el corazón en la mano México dio un juego redondo y venció a Brasil 2-1, alzándose campeón olímpico por primera vez en su historia.

Los nervios y la ansiedad de los días anteriores se disiparon en cuanto comenzó el juego y Oribe Peralta marcó el 1-0 apenas a los 40 segundos de acción. Durante toda la primera mitad, México supo contener el futbol de los brasileños, neutralizando a sus grandes figuras y tomando cada vez más confianza dentro del terreno de juego.


Para la segunda parte Brasil salió en busca del gol. Una marea amarilla se vino en contra del arco de Jesús Corona. Hasta que Oribe Peralta anotó el segundo gol y entonces comenzó la fiesta. Y vinieron unos minutos de ensueño que ni siquiera la anotación de Hulk en los últimos minutos pudo opacar. Llegó así el silbatazo final.

Y México ganó el oro olímpico, acompañado en el podium por Brasil con la plata, y Corea del Sur, con el bronce.

Al momento de la premiación, mientras veía como la bandera mexicana subía a lo más alto del podium, y se entonaba el Himno Nacional me deshice emocionalmente. Quería llorar pero no pude, me temblaban las manos y sentía que mi cuerpo se partía en mil cachitos. Luis Fernando Tena lloraba, miles hacían lo mismo. 

Por cuestiones de trabajo tuve que estar al pendiente del juego y escribir una nota sobre el partido. Parte de este post recoge algunas ideas de ese texto. A pesar de tener que estar escribiendo y subiendo escritos mientras todos celebraban, igualmente disfruté muchísimo lo sucedido.

¡Qué más da, somos campeones olímpicos! Lo demás poco importa…

Hoy vivimos un momento histórico. Una historia que emocionados contaremos una y otra vez a nuestros hijos y nietos. Toda nueva era debe tener un inicio, un momento que sirve como parteaguas para el futuro y que nos enseñe a creer en nosotros mismos. Despertamos. Fuimos consientes de que en una cancha de juego, basta el trabajo y la entrega para derribar cualquier estereotipo.

A partir de esta medalla, nunca más debemos volver a esos días obscuros en los que veíamos las proezas de lejos. Nunca más el hacernos menos ante nadie. Nunca más demeritarnos por ser mexicanos, al contrario, saber que por eso mismo ‘podemos’.

¡Felicidades México, hoy hiciste historia!


jueves, 9 de agosto de 2012

Conspiración de las Cosas



Una de las mejores novelas que leí en el 2009 fue Verloso, de Felipe Soto Viterbo. En aquella ocasión compré aquel libro por el morbo de saber cómo era en el plano narrativo, el editor de una de mis entonces revistas favoritas. Tres años después, volví a otra de sus novelas, está vez no por curiosidad, sino en busca de otra historia cautivante. Y la encontré.

Ayer terminé de leer ‘Conspiración de las Cosas’, la última novela de este autor. Francamente sigo con el estomago y el cerebro revueltos. Después de recorrer las intensas 189 hojas que conforman este libro no puedo desentenderme tan fácil de esta historia. Al contrario, digo dándole vueltas a la trama, buscando entre párrafos y escenas en dónde se perdió la línea que divide la cordura de la locura, lo real de lo imaginario, el pasado del presente. 

Y es que este libro no puede terminarse sin otro sentimiento que no sea precisamente el de la duda. Durante los días que duró su lectura, no pude evitar sentir desconfianza del mundo que me rodea. Salir a la calle y preguntarme si lo que veía no era un juego sucio del destino, un engaño cuyo único propósito era ir desarmando poco a poco mi entendimiento.

¿Para qué leer una novela que me llevará a un estado catatónico? 

Simple y sencillamente por qué esa sensación te hace sentir vivo. Porque a lo largo de la historia, a pesar de que el protagonista se va enfrentando de forma gradual a la perdida de su estabilidad emocional y mental, es más consiente que nunca de su existencia. Al igual que un hombre antes de ser fusilado, quien está al borde del delirio nunca es más cuerdo que cuando está cerca de los abismos de la mente.

¿De qué trata entonces Conspiración de las Cosas

En un modo simple podríamos decir que nos cuenta la vida de Diego García, un hombre con una vida envidiable. Esta casado con una joven atractiva, tiene un buen trabajo en un corporativo, vive en un moderno departamento, tiene un auto último modelo y ocasionalmente alguna amante. Un día, después de una discusión su esposa Rocío desaparece misteriosamente. Casi al mismo tiempo es acusado de cometer un fraude millonario en la empresa en la que trabaja y por si fuera poco, el pasado comienza a volver de forma repentina a su presente, alterando aun más el curso de su vida, haciendo que en tan sólo un par de días se desmorone.

10 años antes la vida de Diego era muy distinta. Era (o fingía ser) poeta, dedicaba sus horas a escribir y leer versos junto con los demás miembros de ‘La Honorable Cofradía del Pedo’ (especie de club conformado por sus amigos de juventud). Por esos días también se enamoró de Valeria, una mesera adolescente que poseía un extraño encanto que lo sedujo de inmediato.

¿De qué manera estas dos vidas tan diferentes se volverán a unir en un solo tiempo, aniquilando toda coherencia?

De alguna forma Soto Viterbo se las arregló para escribir una historia muy completa en un número no muy extenso de hojas. En esta novela cabe el terrorífico plan que el destino tramó durante toda una vida, esa conspiración en la que hay sueños confusos, niños que nacen sin cerebro, un gemelo idéntico que nunca revela su rostro, ajolotes gigantes, un viejo libro de poemas, el tráfico de la ciudad que forma un mounstro vivo y muy cruel, una lámpara verde, la figura de la virgen que misteriosamente apareció un día en la puerta de la alacena, una bailarina exótica indescifrable, y un kiosko al oriente de la ciudad en donde un día Diego habló Dios.

Todo este viaje que pasa de lo racional a lo irracional se vuelve aun más alucinante gracias a una narrativa siempre dinámica, que te hace no querer abandonar la historia ni un segundo. No hay ni un momento en el que la intensidad decaiga, al contrario, el final es tan intenso que al finalizar el libro una necesita respirar profundamente para calmarse. Y es que la parte final está bañada de suspenso y paranoia. Una especie de Édgar Allan Poe chilango que se encarga de romper nuestra estabilidad a la hora de leerlo.

Cuando un libro te hace cuestionarte no sólo tu propia existencia, sino la de todas las cosas de una forma tan explicita, y sobre todo, se mete en tu cabeza para hacerte dudar de lo que hasta entonces considerabas una verdad absoluta, puedes decir que valió la pena su lectura.

Cero y van dos veces que Felipe lo logra.

Conspiración de las Cosas es editado por Random House Mondadori. Échenle un ojo… si se atreven.

domingo, 5 de agosto de 2012

El bronce que convirtió una tarde de domingo en algo excepcional


Si las medallas de plata y bronce conseguidas el pasado miércoles en tiro con arco individual fueron una sorpresa, la que hoy consiguió Laura fue tan inesperada, que pintó este domingo de una intempestiva alegría.

Aun desvelado a causa de la agitada vida social que tengo los fines de semana, prendí la televisión cerca de la 1 de la tarde. Sabía que la clavadista mexicana Laura Sánchez se había calificado desde un día antes a la final de trampolín femenil, pero a la vez era muy consciente de que obtener una presea olímpica en esta prueba seria muy complicado. Aun así decidí ver la competencia desde su inicio.

A pesar de la calidad de las competidoras, Laura se ubicó desde la primera ronda de clavados en la sexta posición. Aun lejos del medallero, pero en posición de competir por algún metal. Ahí estaba Laura, en esa frágil línea entre ser una más de la competencia y el hacer historia. Poco a poco fue dejando de lado mi escepticismo en ella,  cuando con cada clavado iba escalando posiciones y acercándose más al podium.

A falta de dos rondas, Laura ya iba en quinto lugar. Ella y otro grupo de clavadistas competían por el bronce. Los primeros dos lugares ya estaban más que definidos para las chinas. Fue en esos momentos decisivos en donde la mexicana se volvió la más constante, demostrando la importancia de tener confianza en uno mismo. Y es que hasta antes de hoy, nadie veía en Laura la posibilidad real de que obtuviera una medalla. Ella no sólo competía contra otras deportistas de elite en los clavados de trampolín, también lo hacia contra esa desconfianza histórica que ha pesado sobre ella en los últimos años.

Después de la cuarta y penúltima ronda ya estaba en la tercera posición, sin embargo la distancia con sus más cercanas competidoras era de apenas unas décimas. Fue ahí cuando la mexicana se creció y tiró un excelente clavado. Sin perder la concentración ni dejarse ensombrecer por los fantasmas del pasado.

Desde ese cambió de color el domingo. Laura ya no fue alcanzada por sus adversarias y se adueñó de la medalla de bronce para México. Una presea que no estaba en el presupuesto y que se recibe como el mejor de los presentes. Y es que de esto se tratan unos Juegos Olímpicos, de sorprender a propios y a extraños, de dar el extra en el momento adecuado y de convertir un domingo a medio día en una fiesta que contagia a un país entero.

Minutos después de la ceremonia de premiación, los noticieros reprodujeron una y otra vez las escenas de Laura Sánchez atendiendo a los medios informativos. Se veía radiante y feliz. Se sabe inmortal y parte de ese selecto grupo de atletas mexicanos que han logrado la proeza de subir al podium olímpico. Su sonrisa contagia.

Es domingo por la tarde, generalmente este momento de la semana me pone triste y melancólico. Hoy es diferente, no puedo evitar sonreír.

Gracias Laura, después de tres juegos olímpicos tu esfuerzo se vio justamente recompensado. 

jueves, 2 de agosto de 2012

Dos flechas, un sólo corazón


Si hace unos años me hubieran dicho que en agosto del 2012 estaría comiéndome las uñas y al borde de una taquicardia emocional a causa de una competencia de tiro con arco, simplemente no lo creería.

Y sin embargo pasó.

A unas horas de presenciar sendos duelos de esta disciplina en Juegos Olímpicos, sigo profundamente emocionado. Y es que hoy, Mariana Avitia y Aída Román ganaron medallas de bronce y plata en el tiro con arco femenil para México. Sin que nadie lo esperara, sólo ellas, que nunca dejaron de confiar en su talento y preparación.

El día en apariencia pintaba para ser como cualquier otro. Llegar a la oficina a las 7 de la mañana. Tener la tele prendida sabiendo que competirán las mexicanas y tontamente pensar que lo más probable es que no pasara nada sobresaliente. Disfrutar como nunca el que tanto Aída Román como Mariana Avitia me callaran la boca, y sacaran respectivamente a una competidora italiana y a otra surcoreana que eran de las favoritas, clasificándose ambas a la semifinal.

Y ahí empezamos a soñar. El que las dos mexicanas se enfrentaran en semifinales garantizaba la obtención de al menos una medalla. Llegaron entonces los minutos vertiginosos, esos en los que dejé el trabajo de lado, no porque fuera un desobligado sino porque los nervios no me dejaban pensar en nada más.

Así llegó la semifinal entre mexicanas. Una sensación rara el ver a dos compatriotas enfrentándose en una instancia tan importante: nada más ni nada menos que una semifinal olímpica. De este duelo de ensueño resultó vencedora Aída, mandando así a Mariana a un duelo contra Estados Unidos por la medalla de bronce.


Esa confrontación fue resuelta con madurez por la regiomontana, quien a base de inteligencia se hizo merecedora de la medalla de bronce. Tercera medalla para México en Londres 2012, y aun faltaba lo mejor. Sin mucho tiempo para celebrar comenzó la final, la cual no pudo ser más dramática.

México vs. Corea del sur. Un inicio incierto en el que la asiática comenzó luciendo dominante, hasta que el corazón de Aída hizo que se repusiera y empataran en puntos después de cinco sets. Todo se definiría en una sola flecha. El momento no podía ser más emotivo. El primer tiro de la surcoreana fue a dar al 8. Olía a medalla de oro, aunque por desgracia la flecha de Avitia fue a dar también al 8. El tiro de Corea estuvo más cerca del centro. Se perdía el primer lugar pero se ganaban dos medallas inesperadas, que por lo mismo supieron a gloria.

Si resulta emocionante ver a un mexicano en el podium olímpico, ver a dos es un autentico regalo, un tesoro invaluable que me tenía al borde de las lagrimas. Ver dos banderas mexicanas elevándose en la premiación fue la cereza del pastel.


Nunca creí en cupido. Pero esta mañana fui flechado por un par de flechas que me hicieron enamorarme del coraje y entrega de un par de mexicanas, que nos hacen creer que no hay rivales ni miedos invencibles.

Gracias Mariana por el bronce, gracias Aída por la plata.

Me prometí escribir un post cada que se ganara una medalla en Londres 2012, espero aun me falten muchos textos más.