martes, 12 de agosto de 2014

Torito, la perrita del bosque y Margarito quinceañero


Desde hace una semana no puedo sacarme de la cabeza una triste historia que leí en los periódicos, y que desde el primer momento me rompió el corazón. 

El pasado 31 de julio, en una calle del municipio de Guadalupe, Nuevo León, fue encontrado un perro de raza pug envuelto en llamas. Algunos testigos comentaron que un grupo de personas fueron quienes lo amarraron y le prendieron fuego. El perro fue rescatado por varios vecinos, quienes lo trasladaron a un centro veterinario donde recibió atención médica. 

Por días este pug permaneció en estado grave. Los veterinarios que lo cuidaban lo llamaron Torito e hicieron todo lo posible por su recuperación. En redes sociales fueron muchas las personas que se manifestaron preocupadas por su salud y deseaban su recuperación. 

Desgraciadamente Torito tenía el 85% de quemaduras en su cuerpo y varios de sus órganos internos también estaban afectados. Su cuidado estuvo a cargo de la veterinaria Paola Tueme, que en su cuenta de Facebook escribió:

"Estamos haciendo todo para salvarlo, se hicieron estudios que nos revelaron que estaban quemados también los órganos aparentemente de forma secundaria, eso nos da un oportunidad de vida, pero cada vez es más difícil, cada día se ha ido agravando su estado de salud..."

Tras días de luchar por su vida, Torito murió la semana pasada debido a complicaciones. La doctora Tueme lo dio a conocer con estas palabras:

"Luché y luchamos incansablemente todo mi equipo, pero su hígado no quiso aguantar, fueron muchas sus heridas, físicas, fue mucho su daño emocional.

Pero estoy tranquila, se fue sabiendo que mucha gente lo amaba, que muchos querían ser sus padres adoptivos. Se fue tranquilo, pude borrar de su corazón el maltrato, pude borrar de su alma el dolor causado por un o unos 'humanos' miserables... Se fue sabiendo que lo amamos mucho, hoy movió la colita, se paró, suspiro y nos dijo Adiós... Nos vemos pronto!!!"

Esta noticia fue recogida por varios medios de comunicación, sin embargo, días después todo se olvidó; por eso quise retomarla en este blog, para que la historia de Torito no se olvide y al menos viva en este blog. 


Aunque ver las fotografías de ese pequeño tan vulnerable sigue afectándome y entristeciéndome, aunque también me hablan de un profundo amor: ver el cuidado y con el que fue atendido en sus últimos días me llena de una profunda ternura y me reconforta.

Por desgracia, el caso de Torito es el tercero con esas características que se presenta en Guadalupe en las últimas semanas. 

* * * * *

El mismo día que me enteré del triste desenlace que tuvo la historia de Torito, fui a correr a la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. Después de estacionarme vi a una perrita que desesperadamente corría y ladraba por la zona. Parecía extraviada, por lo que mi novia y yo intentamos atraparla, aunque no tuvimos éxito. Poco después un señor nos dijo que la perrita había sido dejada por una señora que había llegado acompañada por muchos niños y varios perros. Al retirarse olvidó llevarse a la perrita consigo. 

Minutos después eran varias personas quienes buscábamos agarrarla. Al final tuvimos que irnos pero al pasar nuevamente vimos que varias personas estaban con ella. Todavía hoy me preguntó si la señora de la camioneta volvió por ella, o si en la placa que traía colgando del cuello pudieron dar con el teléfono de su hogar. 

Lo triste de esto fue darme cuenta que hay personas que pueden ser capaces de dejar a una pequeña perrita abandonada a su suerte.

* * * * *

En unos días mi perrito Margarito cumplirá 15 años. No exagero al decir que es de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Aunque ya no tiene la agilidad de antes, sigue sorprendiéndome cuando llegó a casa y es el primero en recibirme. 

Con el tiempo he aprendido que los perros son las criaturas más nobles que hay en este planeta, por eso mismo me da rabia enterarme que hay quien retribuye su cariño con odio. Los animales irracionales somos nosotros, eso me queda cada vez más claro. 

Quisiera aprender a querer el mundo como lo hacen los perros. Por lo pronto vivo con uno de ellos, y diario me enseña lo que es el amor verdadero.