jueves, 9 de agosto de 2012

Conspiración de las Cosas



Una de las mejores novelas que leí en el 2009 fue Verloso, de Felipe Soto Viterbo. En aquella ocasión compré aquel libro por el morbo de saber cómo era en el plano narrativo, el editor de una de mis entonces revistas favoritas. Tres años después, volví a otra de sus novelas, está vez no por curiosidad, sino en busca de otra historia cautivante. Y la encontré.

Ayer terminé de leer ‘Conspiración de las Cosas’, la última novela de este autor. Francamente sigo con el estomago y el cerebro revueltos. Después de recorrer las intensas 189 hojas que conforman este libro no puedo desentenderme tan fácil de esta historia. Al contrario, digo dándole vueltas a la trama, buscando entre párrafos y escenas en dónde se perdió la línea que divide la cordura de la locura, lo real de lo imaginario, el pasado del presente. 

Y es que este libro no puede terminarse sin otro sentimiento que no sea precisamente el de la duda. Durante los días que duró su lectura, no pude evitar sentir desconfianza del mundo que me rodea. Salir a la calle y preguntarme si lo que veía no era un juego sucio del destino, un engaño cuyo único propósito era ir desarmando poco a poco mi entendimiento.

¿Para qué leer una novela que me llevará a un estado catatónico? 

Simple y sencillamente por qué esa sensación te hace sentir vivo. Porque a lo largo de la historia, a pesar de que el protagonista se va enfrentando de forma gradual a la perdida de su estabilidad emocional y mental, es más consiente que nunca de su existencia. Al igual que un hombre antes de ser fusilado, quien está al borde del delirio nunca es más cuerdo que cuando está cerca de los abismos de la mente.

¿De qué trata entonces Conspiración de las Cosas

En un modo simple podríamos decir que nos cuenta la vida de Diego García, un hombre con una vida envidiable. Esta casado con una joven atractiva, tiene un buen trabajo en un corporativo, vive en un moderno departamento, tiene un auto último modelo y ocasionalmente alguna amante. Un día, después de una discusión su esposa Rocío desaparece misteriosamente. Casi al mismo tiempo es acusado de cometer un fraude millonario en la empresa en la que trabaja y por si fuera poco, el pasado comienza a volver de forma repentina a su presente, alterando aun más el curso de su vida, haciendo que en tan sólo un par de días se desmorone.

10 años antes la vida de Diego era muy distinta. Era (o fingía ser) poeta, dedicaba sus horas a escribir y leer versos junto con los demás miembros de ‘La Honorable Cofradía del Pedo’ (especie de club conformado por sus amigos de juventud). Por esos días también se enamoró de Valeria, una mesera adolescente que poseía un extraño encanto que lo sedujo de inmediato.

¿De qué manera estas dos vidas tan diferentes se volverán a unir en un solo tiempo, aniquilando toda coherencia?

De alguna forma Soto Viterbo se las arregló para escribir una historia muy completa en un número no muy extenso de hojas. En esta novela cabe el terrorífico plan que el destino tramó durante toda una vida, esa conspiración en la que hay sueños confusos, niños que nacen sin cerebro, un gemelo idéntico que nunca revela su rostro, ajolotes gigantes, un viejo libro de poemas, el tráfico de la ciudad que forma un mounstro vivo y muy cruel, una lámpara verde, la figura de la virgen que misteriosamente apareció un día en la puerta de la alacena, una bailarina exótica indescifrable, y un kiosko al oriente de la ciudad en donde un día Diego habló Dios.

Todo este viaje que pasa de lo racional a lo irracional se vuelve aun más alucinante gracias a una narrativa siempre dinámica, que te hace no querer abandonar la historia ni un segundo. No hay ni un momento en el que la intensidad decaiga, al contrario, el final es tan intenso que al finalizar el libro una necesita respirar profundamente para calmarse. Y es que la parte final está bañada de suspenso y paranoia. Una especie de Édgar Allan Poe chilango que se encarga de romper nuestra estabilidad a la hora de leerlo.

Cuando un libro te hace cuestionarte no sólo tu propia existencia, sino la de todas las cosas de una forma tan explicita, y sobre todo, se mete en tu cabeza para hacerte dudar de lo que hasta entonces considerabas una verdad absoluta, puedes decir que valió la pena su lectura.

Cero y van dos veces que Felipe lo logra.

Conspiración de las Cosas es editado por Random House Mondadori. Échenle un ojo… si se atreven.

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