Dicen por ahí, que el futbol es lo más importante de lo menos importante. Podría ser, aunque en estos momentos, dicha frase se me antoja ridícula: durante las próximas 24 horas, al menos para miles de mexicanos y hondureños, el futbol será lo más importante. Olvidemos la crisis económica a nivel mundial, los problemas de inseguridad o el desempleo. Cualquier dolencia física, dolor del corazón o carencia puede esperar hasta el jueves.
Mañana juega Honduras vs. México en la ciudad de San Pedro Sula. Fuera de eso nada más ocupa mi mente. Jugarse el pase a una Copa Mundial nunca será poca cosa para un mexicano.
Estas palabras no sólo van para los 11 jugadores que mañana saldrán a romperse la cara ante un ambiente hostil; van para todos los que vibramos cada que nuestra Selección salta a la cancha, que nos emocionamos con cada jugada, que gritamos con el alma cada gol, que sufrimos en carne propia cada derrota.
Por orgullo, por tradición, por amor a la camiseta, por esos miles de mexicanos que ven en la Selección una salida a su dura realidad. Por la historia de un pueblo que siempre es más cuando está unido. Por los niños que empiezan a creer en el 'si se puede', por quienes hemos visto gestas heroicas de los nuestros. Por los que mañana desde muy temprana hora traeremos la playera verde bien puesta. Por los que mañana pasaran sufriendo 90 minutos frente al televisor. Por quienes ya rezan para que todo salga bien. Por los que ya tienen la bandera tricolor lista. Por quienes al momento de escuchar el Himno Nacional sentirán la piel chinita. Por mi, por ti, por nosotros. Por todos los que somos mexicanos. Por los que no lo son pero aman a esta tierra como a ninguna. Por los que ya estamos nerviosos. Por los que sin problema alguno dicen sin empacho ‘somos mejores y vamos a ganar’. Por cada una de esas ciudades, de esos pueblos y esos puertos que mañana esperan ansiosos para explotar con un grito de júbilo. Por que mañana todos somos verdes. Por eso y catorce mil motivos más, este miércoles…
Mañana juega Honduras vs. México en la ciudad de San Pedro Sula. Fuera de eso nada más ocupa mi mente. Jugarse el pase a una Copa Mundial nunca será poca cosa para un mexicano.
Estas palabras no sólo van para los 11 jugadores que mañana saldrán a romperse la cara ante un ambiente hostil; van para todos los que vibramos cada que nuestra Selección salta a la cancha, que nos emocionamos con cada jugada, que gritamos con el alma cada gol, que sufrimos en carne propia cada derrota.
Por orgullo, por tradición, por amor a la camiseta, por esos miles de mexicanos que ven en la Selección una salida a su dura realidad. Por la historia de un pueblo que siempre es más cuando está unido. Por los niños que empiezan a creer en el 'si se puede', por quienes hemos visto gestas heroicas de los nuestros. Por los que mañana desde muy temprana hora traeremos la playera verde bien puesta. Por los que mañana pasaran sufriendo 90 minutos frente al televisor. Por quienes ya rezan para que todo salga bien. Por los que ya tienen la bandera tricolor lista. Por quienes al momento de escuchar el Himno Nacional sentirán la piel chinita. Por mi, por ti, por nosotros. Por todos los que somos mexicanos. Por los que no lo son pero aman a esta tierra como a ninguna. Por los que ya estamos nerviosos. Por los que sin problema alguno dicen sin empacho ‘somos mejores y vamos a ganar’. Por cada una de esas ciudades, de esos pueblos y esos puertos que mañana esperan ansiosos para explotar con un grito de júbilo. Por que mañana todos somos verdes. Por eso y catorce mil motivos más, este miércoles…
¡Vamos con todo México!
Porque no somos 11, sino millones de mexicanos los que mañana nos pondremos la playera.
1 comentario:
Hola Gabrielito, sorry, pero ni a mí ni a mi familia nos gusta el football. Aún así, como te quiero, he venido a dejarte un comment, aunque sea algo breve en tu post de hoy.
Acá en Céfiro el football no existe, pero sabemos qué es y que se juega en ropa interior para correr atrás de una pelota, para darle patadas y meterla en la portería del otro equipo que es la del frente.
Bueno, te saludo y me despido.
Atentamente:
Jessie
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