La noche no puede dormir, está inquieta.
La noche se volvió madrugada y ni cuenta te diste. Obsesionado por ella, por imágenes que te laceran la conciencia, el corazón y la esperanza.
Cae una tormenta. Rayos, truenos, mucha agua. La madrugada se transformó en tus sentimientos para no dejarte sólo en tu inútil lucha por volver de lo imposible un milagro. Hoy la verdad no te deja dormir, quieres que amanezca ya, aunque el día de mañana será aun peor.
Por más tormentas y noches de verdad estrujante que haya, seguirás siendo un necio del amor.
2 comentarios:
Tus poemas están dotados de un romanticismo heterodoxo que atrae desde el primer momento.
YO prefiero la noche, allí se me ocurren las mejores ideas, recontra absurdas y por ello las más malditas.
Lo malo es que como por acá es invierno, no te dan muchas ganas de salir de la cama a escribir esas extrañas ideas que te colman la cabeza hasta que mueran plasmadas en un papel reciclado.
Lo peor de todo es que cuando intentas convertirlas en materia, se pierde toda la belleza inicial (estoy hablando de mí obviamente).
La obsesión por alguien bajo la noche gélida, es aún mas inspirador para que las palabras fluyan en un momento determinado de angustia que no tiene fin.
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