jueves, 21 de julio de 2011

Diamante Márquez

Diamante

Tenía años sin incursionar en esa región de Acapulco. Es más, para ser honesto, nunca le había dedicado el tiempo suficiente para conocerla. Por eso, me pareció buena idea dirigirme hacia la que supuestamente, es la zona más glamurosa del rumbo: Acapulco Diamante.

De la Costera de Acapulco, tomé dirección hacia Revolcadero. El camino es alucinante. Una carretera llena de curvas peligrosas, atraviesa acantilados que dejan ver paisajes espectaculares de la Bahía de Acapulco y de Puerto Marquéz. Es precisamente en ese camino dónde ocurren los hechos de
"Un buen hombre... que no soy yo", cuento que escribí hace unos ayeres. Una vez que se llega a Revolcadero, es fácil ubicar la entrada a un camellón lleno de palmeras y pasto bien cuidado. Al girar y entrar en esta pequeña avenida, es como si se entrara en otro mundo. Hoteles y conjuntos habitacionales lujosos, campos de golf, edificaciones soberbias. Circular en auto por ahí, a mediana velocidad una soleada tarde de verano equivale a tomar meses de terapia. Kilómetros más adelante, visitamos La Luna, un importante centro residencial que cuenta con un bello centro comercial, el cual incluso tiene canales con agua y góndolas muy al estilo veneciano, fuentes y tiendas exclusivas, todo en un ambiente de elegancia y estilo único. Uno de los socios de éste sofisticado complejo arquitectónico es el cantante Luis Miguel.

Definitivamente uno se siente en otra dimensión. Acá unas fotos que tomé durante mi recorrido:




Márquez


Casi a lado de Revolcadero y la parte denominada “Acapulco Diamante”, se ubica una pequeña bahía llamada “Puerto Márquez”. Playa populachera y tradicional de Acapulco. Cuando uno llega a dicho poblado se ve rodeado de hombres que intentan llevarte al “mejor restaurante de la zona”. El espectáculo comienza cuando comienzan a desacreditarse entre ellos con tal de ganar clientela. Una vez que se elije un local, no queda más que disfrutar de la mesa que nos asignen en plena arena y disfrutar de alguna comida o bebida. A los pocos minutos, vendedores se acercan a ofrecerle al turista collares, aceite de coco, tatuajes temporales, masajes, playeras, frituras de harina y un grandísimo etcétera. A veces tanta gente y la playa atiborrada puede resultar fastidioso, pero es parte del encanto del lugar. La música viva y la alegría del lugar, hace que la pobreza y miseria circundante sea más llevadera. Un lugar para pasar la tarde. Aunque si me preguntan, no me gustó que comercialicen con Tortugas, cocodrilos e iguanas. Se ve que la Secretaria del Medio Ambiente no ha pasado por aquí, o de plano no quieren ver nada.

Por cierto, me enfermé del estomago por una mojarra que me comí, y que sospecho, no estaba en muy buen estado.





Diamante-Márquez

Parece mentira que ambas realidades estén tan sólo separadas por unos cuantos kilómetros. Si me preguntan, diría que me siento mucho más a gusto en lugares como Puerto Márquez, aunque también me agrada que en mi país haya desarrollos turísticos a la altura de los mejores del mundo. Finalmente, lo opuesto de Puerto Márquez y Acapulco Diamante es una muestra del encanto de un país que conserva tradición pero accede a la modernidad, claro ejemplo de que las diferencias siguen siendo representativas no sólo en esta zona, sino en general de todo México. Podía satanizar las diferencias y decir que la desigualdad es grande y además injusta. Pero saben, en ambos universos vi cosas buenas, ambos parajes me sedujeron. Por una vez en la vida quiero disfrutar los dos lados de la moneda.


21 de julio de 2011
Acapulco, Guerrero

1 comentario:

Unknown dijo...

Buenas tardes, Gabriel.
Mi nombre es Camila y me encuentro realizando un levantamiento de todas las referencias al hotel Fairmont Pierre Marques en Internet. Quisiera preguntar cual es la posibilidad de solicitar una en tu artículo dedicado a Diamante-marquez.
Si es posible, le invito a enviarme un mail a fairmont.pierre.marques@gmail.com
Muchas gracias por su tiempo y quedo atenta a su respuesta.
Saludos
Camila