Ojalá y no, pero parce que sí.
Más que su propia acción destructiva, dicen los que saben, que lo mortal y peligroso de muchas hiervas y enredaderas es que parecen inofensivas. En un principio, apenas y son perceptibles en el jardín, incluso se les llega a considerar como bonitas y curiosas. Así, de manera invisible pero constante, va asfixiando y matando sin que nadie se percate, hasta que ya es demasiado tarde. Algo así está pasando en la red. En este caso, el sitio Twitter es la hierba que inocentemente ha empezado a colarse dejando en el olvido a los demás. La blogosfera no es la excepción.
Lo confieso, yo mismo caí redondito en el engaño. Tendrá menos de medio año cuando descubrí Twitter. Con un montón de dudas abrí mi cuenta y comencé a participar en este sitio de microblogging cuyo encanto radica en postear lo que se está haciendo con un máximo de 140 caracteres. Cuando me di cuenta ‘tuiteaba’ (del verbo yo tuiteo, tu tuiteas, ustedes tuitean) en el trabajo, en mi casa y en la calle. Cualquier acontecimiento importante que me estuviera pasando debía estar reportado en mi Twitter. Lógicamente, este blog no tardó en encelarse.
Por más que dije y prometí y juré que no descuidaría ‘El Incomprensible Mundo de Gabriel Revelo’, al final fue imposible. Cuando pensaba que era el único irresponsable, fui dándome cuenta que el fenómeno de expansión de Twitter estaba provocando que muchos blogs fueran paulatinamente abandonados. Cada vez era más común que, mientras visitaba algunos de mis blogs favoritos, me topará con la desoladora noticia de que aquel sitio no había sido actualizado en largo tiempo. Lo curioso es que la mayoría de estos autores se encontraban más activos que nunca en sus cuentas de Twitter. Lo malo es que no sólo los autores caímos presas del encanto, también los lectores de blogs. No tengo el dato exacto, pero somos demasiados quienes hemos visto que el número de visitas y comentarios en nuestros blogs han ido disminuyendo. También aquí enfrentamos una crisis.
Siempre será más fácil mantener actualizado o leer un Twitter que un blog. Ninguna de las dos requiere tanto esfuerzo. No es lo mismo darle vida a un texto más o menos elaborado que soltar ideas más sencillas, pero más fugaces. Y en esa batalla nos encontramos varios blogueros. Tratando de devolverle su lugar a los blogs de calidad, evitando así que palidezcan ante el vértigo de frasecillas que es Twitter.
Twitter además es ingrato. Falla cada que se le pega la gana, se vuelve lento y suele desesperarme demasiado. El colmo, aun así, es que el autor de éste blog sea el primero en recomendar y mantener actualizado su Twitter, pero reconociendo que puedo vivir sin Twitter, más no sin mi amado blog. Prefiero usar uno como aliado del otro, como complemento perfecto y medio de difusión. En mi caso, Twitter no mata, sino que sirve al blog.
Más que su propia acción destructiva, dicen los que saben, que lo mortal y peligroso de muchas hiervas y enredaderas es que parecen inofensivas. En un principio, apenas y son perceptibles en el jardín, incluso se les llega a considerar como bonitas y curiosas. Así, de manera invisible pero constante, va asfixiando y matando sin que nadie se percate, hasta que ya es demasiado tarde. Algo así está pasando en la red. En este caso, el sitio Twitter es la hierba que inocentemente ha empezado a colarse dejando en el olvido a los demás. La blogosfera no es la excepción.
Lo confieso, yo mismo caí redondito en el engaño. Tendrá menos de medio año cuando descubrí Twitter. Con un montón de dudas abrí mi cuenta y comencé a participar en este sitio de microblogging cuyo encanto radica en postear lo que se está haciendo con un máximo de 140 caracteres. Cuando me di cuenta ‘tuiteaba’ (del verbo yo tuiteo, tu tuiteas, ustedes tuitean) en el trabajo, en mi casa y en la calle. Cualquier acontecimiento importante que me estuviera pasando debía estar reportado en mi Twitter. Lógicamente, este blog no tardó en encelarse.
Por más que dije y prometí y juré que no descuidaría ‘El Incomprensible Mundo de Gabriel Revelo’, al final fue imposible. Cuando pensaba que era el único irresponsable, fui dándome cuenta que el fenómeno de expansión de Twitter estaba provocando que muchos blogs fueran paulatinamente abandonados. Cada vez era más común que, mientras visitaba algunos de mis blogs favoritos, me topará con la desoladora noticia de que aquel sitio no había sido actualizado en largo tiempo. Lo curioso es que la mayoría de estos autores se encontraban más activos que nunca en sus cuentas de Twitter. Lo malo es que no sólo los autores caímos presas del encanto, también los lectores de blogs. No tengo el dato exacto, pero somos demasiados quienes hemos visto que el número de visitas y comentarios en nuestros blogs han ido disminuyendo. También aquí enfrentamos una crisis.
Siempre será más fácil mantener actualizado o leer un Twitter que un blog. Ninguna de las dos requiere tanto esfuerzo. No es lo mismo darle vida a un texto más o menos elaborado que soltar ideas más sencillas, pero más fugaces. Y en esa batalla nos encontramos varios blogueros. Tratando de devolverle su lugar a los blogs de calidad, evitando así que palidezcan ante el vértigo de frasecillas que es Twitter.
Twitter además es ingrato. Falla cada que se le pega la gana, se vuelve lento y suele desesperarme demasiado. El colmo, aun así, es que el autor de éste blog sea el primero en recomendar y mantener actualizado su Twitter, pero reconociendo que puedo vivir sin Twitter, más no sin mi amado blog. Prefiero usar uno como aliado del otro, como complemento perfecto y medio de difusión. En mi caso, Twitter no mata, sino que sirve al blog.
4 comentarios:
pues al menos no ha pasado en alguno de los blogs que yo suelo leer, de hecho hasta he descubierto mas bloggeros con el twitter... ahora si que depende del tema si vale la pena bloggearlo o solo twittearlo
Yo también caí en Twitter. Abrí mi cuenta por recomendación de una compañera de trabajo, sin embargo no terminaba por "agarrarle" el gusto. Hoy te puedo decir que me frustro sino entro a mi Twitter, he encontrado muy buena información, además de reir como imbécil y por supuesto saber qué pasa en el mundo a través de 140 caracteres.
Manya creo que tengo una cuenta en Twitter pero no la he usado aún
hombre del traje grís: puede ser, supongo que es cuestión de adaptarse. en favor del twitter diré que en efecto, también me ha ayudado a conocer más gente. ¡gracias por tu visita!
víctor: también padezco ese tipo de dependencía. en cierta forma intento eso de 'si no puedes con el enemigo, únetele'. por cierto, tus tweets son buenos.
gonzalo: ¿en serio?, no dejes de avisarme cuando lo actives. un saludo hasta perú.
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