Siento ansias en los dedos y envidia por las hojas en blanco que dentro de minutos serán universo. Una fiesta en mi alma, sonrisa en mi mirada. Todo es bello, todo es bueno: Me dispongo a escribir sobre ti.
Sobre ti, pequeña armonía de mi atardecer. Apareces y todo se vuelve de cristal. El aire se llena de ti. Me parece más puro y respirable. Perfumado de mujer en plenitud. Si estoy contigo, estoy tranquilo, estoy bendito. Porque ahí donde estás tú, está mi paz. ¿Qué otra cosa puedes ser para mí?. Cuando te pienso me vuelvo tiempo lento. Me sorprendo y te quiero un poco más.
Oír tu voz es un susurro del mar que infinitamente se pierde y se recrea. Te vuelves primavera en el mediterráneo si de tus labios escapa cualquier palabra. Y si callas, entonces transmutas en escultura de porcelana y marfil. Ni que decir de tus labios, caramelos de fresa, extensión del cielo en la tierra. Me desarma tu perfección. Por eso cuando te veo no resisto y me dejo llevar por el manantial de vida que eres tú. ¿Serás consciente de la belleza de tu arrebatadora ternura?. Simplemente y por no dejar te pregunto: ¿en qué momento te volviste embajadora de las estrellas en la tierra?. Yo soy tierra. Tú, manto cósmico que desde mis adentros veo tan lejano, pero a la vez tan necesario para subsistir.
No hace falta ser un genio, estoy muriendo por ti. Soy como esos jardines de uvas que Dios hace reverdecer de inspiración. Me desgasto las ganas dibujando tu cuerpo de oro que no se cansa de brillar; o tu cabello, tan diferente, tan perfecto, empeñado en hacerme suspirar. Se detiene el día, al diablo mis problemas y angustias. Si estas en mi mente, yo te juro que el mundo, de celos, puede estallar. Que llore el cielo, la tierra se estremezca y nos azote un huracán si cualquier mortal te llega a lastimar. Quiero decirte la verdad: tu nombre debería ser ‘eternidad’. Tras tu caminar dejas huellas impregnadas, imposibles de olvidar.
Ahora siento profundamente no tener los adjetivos para completar este texto que no te hace ni la menor justicia. Yo quería hablar de tu esencia y de esa belleza sólo comparable a la de una lágrima de amor. Cosas así, como el susurro del amanecer apenas y serían comparables contigo. Eres la princesa de mi vida, y nada ni nadie me quitará el brillo de pensarte cada tarde como desde hace tanto.
Y ahora vuela libre y mézclate con la misma vida. Llena esta ciudad de ti, y cúbrenos con tu manto de amor. Llega a las nubes. Diviértete. Ríe. Que si estas bien me sienta mejor la rutina. Si ríes, sonrío.
¿Qué más puedo decir sobre ti?
-Una oración, quizá...
Sobre ti, pequeña armonía de mi atardecer. Apareces y todo se vuelve de cristal. El aire se llena de ti. Me parece más puro y respirable. Perfumado de mujer en plenitud. Si estoy contigo, estoy tranquilo, estoy bendito. Porque ahí donde estás tú, está mi paz. ¿Qué otra cosa puedes ser para mí?. Cuando te pienso me vuelvo tiempo lento. Me sorprendo y te quiero un poco más.
Oír tu voz es un susurro del mar que infinitamente se pierde y se recrea. Te vuelves primavera en el mediterráneo si de tus labios escapa cualquier palabra. Y si callas, entonces transmutas en escultura de porcelana y marfil. Ni que decir de tus labios, caramelos de fresa, extensión del cielo en la tierra. Me desarma tu perfección. Por eso cuando te veo no resisto y me dejo llevar por el manantial de vida que eres tú. ¿Serás consciente de la belleza de tu arrebatadora ternura?. Simplemente y por no dejar te pregunto: ¿en qué momento te volviste embajadora de las estrellas en la tierra?. Yo soy tierra. Tú, manto cósmico que desde mis adentros veo tan lejano, pero a la vez tan necesario para subsistir.
No hace falta ser un genio, estoy muriendo por ti. Soy como esos jardines de uvas que Dios hace reverdecer de inspiración. Me desgasto las ganas dibujando tu cuerpo de oro que no se cansa de brillar; o tu cabello, tan diferente, tan perfecto, empeñado en hacerme suspirar. Se detiene el día, al diablo mis problemas y angustias. Si estas en mi mente, yo te juro que el mundo, de celos, puede estallar. Que llore el cielo, la tierra se estremezca y nos azote un huracán si cualquier mortal te llega a lastimar. Quiero decirte la verdad: tu nombre debería ser ‘eternidad’. Tras tu caminar dejas huellas impregnadas, imposibles de olvidar.
Ahora siento profundamente no tener los adjetivos para completar este texto que no te hace ni la menor justicia. Yo quería hablar de tu esencia y de esa belleza sólo comparable a la de una lágrima de amor. Cosas así, como el susurro del amanecer apenas y serían comparables contigo. Eres la princesa de mi vida, y nada ni nadie me quitará el brillo de pensarte cada tarde como desde hace tanto.
Y ahora vuela libre y mézclate con la misma vida. Llena esta ciudad de ti, y cúbrenos con tu manto de amor. Llega a las nubes. Diviértete. Ríe. Que si estas bien me sienta mejor la rutina. Si ríes, sonrío.
¿Qué más puedo decir sobre ti?
-Una oración, quizá...
9 comentarios:
así es el amorcito
ya está: el post que me acabas de inspirar, en algún futuo lo subiré.
otra vez pegó duro verdad? Enhorabuena
Muy bueno!
dr. alvi: ¡así es! espero leer ese post muy pronto.
el tito: mi problema es que siempre estoy enamorado del amor.
am: ¡gracias!
Se que ya pasó la revisión de este post, y se que difícilmente leas mi comentario; aún así, quiero hacerlo.
Es un simple ¡OH POR DIOS!...
¡Gabo, eres genial!... no puedo sentir otra cosa que envidia por tu forma de escribir, y tentación de robarme tus palabras y declararlas como mías ante mi amor.
Obvio está que no lo haría; pero sin embargo, ¡no dejo de asombrarme!... Sencillamente... ¡POÉTICO!, ¡PEGADOR!, EXCELENTE!!!!!
francisco: no te preocupes, siempre reviso todos los comentarios, aunque sean de entradas pasadas. y de verdad, muchas gracias por tus comentarios que desmerezco completamente. robate las palabras, será para una buena causa... como simpre, ni cómo agradecerte que me leas.
Saludos Gaby.
Éste post me hizo acordarme de mi yo enmaorado, hace mucho que no lo estoy, o por lo menos, no como 'entonces'. No como ésa única vez lo he estado.
Quién sabe, quizá uno de éstos días, lo esté de nuevo.
Pero ya sabes, a veces uno, no se suelta. No se deja car, no se entrega.
(suspiro) en fin. Ya sucederá.
-Chande
jo: así pasa, lo malo es que no se puede elegir el momento exacto... seguramente pasará de nuevo, son de las cosas que siempre deben desearse.
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