Una tarde de hace muchos años mi papá llegó a casa con
una cinta en formato Beta. Cuando le pregunté qué película era me respondió que
Nace un ídolo. Inmediatamente la puso y me invitó a verla. Entonces debí haber
tenido cuando mucho 10 años y no sospechaba que estaba por ver una de las películas
que más me marcarían en la vida.
Esa película no era de caricaturas, ni siquiera tenía temática
infantil, al contrario, era de las que consideraba “para grandes” y por lo tanto,
lo más normal habría sido que no le entendiera, o en el mejor de los casos que me
aburriera. Sin embargo pasó todo lo contrario, me enamoré de su temática, de la
trama y de los hilos que hasta la fecha Nace un ídolo me ayuda a tejer con mi
papá.
Su título original es The Jazz Singer, y es una película
estadounidense estrenada en 1980, remake del clásico del mismo nombre de 1927. Fue protagonizada por el cantante Neil
Diamond, Sir Laurence Olivier, y Lucie Arnaz. La historia gira alrededor de Yussel
Rabinovitch un joven judío que desea ser estrella de la música, pero que se ve
limitado a seguir sus sueños por las estrictas tradiciones de su religión y
familia. Cuando parecía que Yussel debía conformarse con sólo cantar en la
sinagoga de su barrio judío en Nueva York, le llega la oportunidad de escribirle
una canción al afamado cantante de rock Keith Lennox, a lo que tanto su mujer
Rivka como su padre Cantor Rabinovitch se oponen.
Durante su colaboración con Lennox, los dirigentes de la
empresa discográfica descubren el talento de Yussel y le proponen lanzarlo a
nivel mundial. Así, ante el descontento de su mujer y las creencias ortodoxas
de su propio padre, se marcha a California donde intenta hacerse una carrera en
la música y dónde además conoce a otra mujer de la que se enamora y que cree en
él, pero cuyo amor lo aleja más de sus raíces y su familia.
Además de que la película me parece de lo más bella y
tiene unas escenas realmente conmovedoras, está el factor de la música. Neil
Diamond era uno de los ídolos de mi papá, por lo que escuchar las canciones de
este cantante y compositor fue una constante durante mi infancia y adolescencia.
Esos temas los escuchaba mientras mi papá lavaba el carro o cuando salíamos de
viaje y los cassettes de Diamond nunca podían faltar para amenizar nuestras
horas de carretera.
No sé cuántas veces en mi vida he visto esa película ni
tampoco las veces que he escuchado las canciones que aparecen en ella, pero lo
cierto es que a poco más de 10 años de la muerte de mi papá, Nace un ídolo o
The Jazz Singer (como más les plazca decirle) sigue provocándome una avalancha
de sentimientos. Me basta cualquier referencia a esa película para sentirme conectado
a mi papá y traer de vuelta una época de mi vida que atesoro y añoro con todas
mis fuerzas.
* * * * *
El pasado domingo en la sección de discos de un
restaurante Vips me llevé la sorpresa de toparme con el CD de la banda sonora de
The Jazz Singer, álbum que sólo tenía en un cassette viejo y ya muy usado.
Sonreí, se lo mostré a mi mamá y a mi hermana y todos estuvimos de acuerdo en
comprarlo. Los últimos días lo he escuchado un par de veces (lo hago ahora que
escribo estas palabras), suficiente para sonreír en varias ocasiones, derramar
una que otra lágrima y suspirar en nombre de esa nostalgia que reconforta el
corazón. Estoy seguro que cada que pongo ese disco y me pongo a dar de brincos alguien
más hace lo mismo en el cielo.
Si no han visto The Jazz Singer o escuchado a Neil
Diamond (uno de los mejores compositores norteamericanos del último siglo) háganlo
cuanto antes, les garantizo que no se arrepentirán.
2 comentarios:
Realmente es asombroso como un objeto te puede mover los sentimientos y trasladarte al pasado.
recuerda siempre esos bellos momentos.
ESTA GENIAL EL TRAILER.
MI COMPAÑERO DE TRABAJO LLEVA MUCHO TIEMPO CONTANDOME LA PELICULA Y POR MAS QUE LA HE BUSCADO NO LA HE ENCONTRADO SABRAS ACASO DE ALGUNA PAGINA DONDE LA PUEDA VER O DESCARGAR GRACIAS
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