Tenía muchas ganas de leer algún libro de Carlos Velázquez.
En primera porque había escuchado muy buenas críticas a su trabajo, y en
segunda, porque leí un par de columnas suyas y me gustó mucho el estilo
desfachatado y humorístico con el que estaban escribitas. Después de meses de
posponerlo, finalmente me compré "La Biblia Vaquera".
Y fui feliz.
De verdad, no miento.
"La Biblia Vaquera (un triunfo del corrido sobre la
lógica)" es un libro de relatos fuera de lo común, y por lo tanto
extraordinarios. Tan diferentes entre sí pero que a la vez están sutilmente interconectados
y cuya acción en su mayoría ocurre en PopStock!, un territorio muy norteño en
el que lo chic se codea con lo tradicional, y dan origen a historias de ficción
y no ficción revueltas entre sí (no es que me haya hecho bolas, es que
realmente a uno le queda esa sensación después de haber leído este libro).
En cada narración aparece. A veces como personaje, otras
veces como elemento físico y otras como algo intangible. Pero siempre está ahí,
la famosa Biblia Vaquera, transmutada pero dispuesta a darle a la realidad ese
toque extraño que haga que lo imposible parezca posible, y que lo ridículo se
vuelva sublime.
Conforme avanzo en este post voy entendiendo lo difícil que
es hablar de un libro como éste. Ya ni digamos definirlo. No tiene comparación
a nada que haya leído anteriormente y sin embargo es ampliamente disfrutable.
Como residente del centro del país agradezco enormemente este acercamiento al
norte del país, ese que sólo sale en los periódicos debido a noticias trágicas,
y que en este libro se nos muestra atractivo, inquietante y muy vivo.
No debe creerse que este libro se encasilla en lo
norteño, y que aquellos que viven en otra zona del país no lo disfrutarán. Al
contrario, "La Biblia Vaquera" cuenta con tantos elementos de la cultura popular
mexicana de nuestros días, que no se necesita ser norteño o un erudito, para
entender y botarse de la risa con varias de sus referencias de la realidad, que
al ser colocadas en un contexto no ordinario, provocan hilaridad. Esta es la
genialidad de los relatos de Velázquez, tomar lo elementos cotidianos y
mezclarlos para darle vida a un universo nuevo en el que la lógica sin lógica
impera.
Un luchador, una DJ, un hombre que busca frenéticamente acostarse
con una gorda, un hombre desesperado porque no consigue unas botas genuinas de
Biblia Vaquera, el Diablo que cumple deseos a cambio de almas, bailes de Valentín
Elizalde, una pistola que busca díler, un concurso sobre quemar discos piratas,
una cortadora de pelo que se vuelve leyenda, unos deliciosos burritos, y un
sinfín de elementos que hacen de este pequeño libro, un pase de abordar a una
dimensión divertida y frenética de la que uno sale con dificultad.
Cuando se termina su lectura uno se siente fuera de lugar
en el ‘mundo real’. Todo se ve gris y aburrido. Se añora volver al PopStock!,
el lugar en el que todo tiene el calificativo de hazaña y el menor asunto se
transforma en aventura. Se entiende entonces, que la Biblia Vaquera no puede
encasillarse ni definirse. Es una actitud, una forma de ver la vida, un objeto
y un deseo, que cambia a todos los que tienen la fortuna o infortunio de
toparse con ella.
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