lunes, 19 de marzo de 2012

Shame


Sé que una película me gustó mucho cuando después de verla siento la imperiosa necesidad de escribir sobre ella. Con Shame me pasó así. Todavía no salía de la sala de cine cuando este post ya estaba dando vueltas en mi cabeza.

Dirigida por Steve Moqueen, y con las actuaciones de Michael Fassbender, Carey Mulligan y James Badge Dale, Shame cuenta la historia de Brandon, un treintañero que vive sólo en su apartamento en Nueva York, tiene un empleo estable y es adicto al sexo en todas sus formas. Consume pornografía en grandes cantidades, se masturba a menudo y cuando no recurre a prostitutas, acostumbra a tener encuentros casuales con mujeres. Aun así, dentro de este caos Brandon guarda un escrupuloso orden en su vida. Es pulcro y toda su rutina transcurre de forma metódica.

Entonces ocurre la imprevista llegada de su hermana Sissy, una chica rebelde y problemática que por las noches canta en un bar, y que sacará de balance el mundo de Brandon hasta hacerlo perder el control de sus propias emociones.

Bajo este argumento se desenvuelve un complejo pero armónico tendido emocional que tiene a los instintos sexuales como motor protagónico. Convirtiendo así a Shame en un interesante tratado sobre la fuerza que los instintos carnales tienen sobre nuestra existencia, y lo difícil que es resistirse a ellos cuando estos se convierten en el centro de nuestra vida.

En qué punto las aficiones sexuales se salen de control y en lugar de llevarnos al placer nos hacen caer hasta tocar fondo? ¿Cómo dejamos de controlar nuestra vida para cederle nuestro albedrío a la poderosa adicción del deseo?

Shame no intenta responder a estas preguntas, mucho menos aleccionarnos sobre lo bueno y lo malo. En cambio nos muestra un rico menú de sentimientos que nos dan una idea del seductor (pero a la vez peligroso) estilo de vida de quien apuesta todo a las bajas pasiones.

Con tomas precisas y casi artísticas, diálogos inteligentes, música sobria pero perfectamente amalgamada a las escenas, una fotografía que de inmediato nos adentra en el ambiente sofisticado pero perturbador de la historia, y una actuación entregada y convincente de Michael Fassbender. Esta película nos lleva hasta esos lugares de la existencia humana que por pudor ocultamos a los demás.

Aunque hay escenas explicitas y momentos fuertes, todo el filme está impregnado por un aura de buen gusto.

Shame se estrenó en México el pasado fin de semana. Si les gusta que sus emociones sean puestas a prueba, y además disfrutar del lenguaje visual y sonoro de una película bien hecha, no pueden dejar de verla.

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