sábado, 12 de septiembre de 2009

Piedrotas en el zapato


Si tu día o tarde o noche (depende de cuando leas esto) marcha bien, más vale que te pienses el seguir adelante con este texto… corres el riesgo de que te amargue el momento.

Las horas sin chiste. Una tras otra sin novedad y con el ánimo titubeante. Hay días que como este sábado, nacen con tan mala estrella, que casi podríamos decir que están estrellados. Comúnmente usamos la expresión ‘Tener una piedra en el zapato’ para referirnos a problemas o encrucijadas que si bien no son nada del otro mundo, nos impiden disfrutar del curso habitual de la vida. No nos matan y quizá ni nos hacen daño, pero como molestan.

Aunque a todos nos ha pasado, hoy al clima nublado tuvo el detallazo de darme más preocupaciones de las que necesito para vivir medianamente a gusto. Se puede caminar con una dos o tres piedras… más no con una docena. Uno acabaría adolorido, sangrando y con unas ampollas del tamaño de un centro comercial. Así que aquí estoy, aplatanado en una noche de sábado buscando responder a una sencilla pero compleja interrogante: ¿Quién y por qué diablos me llenó la mente de piedritas duras y filosas que me dificultan más de lo normal el fluir de mi existencia?

Quizá exagero y estoy armando un drama por un montón de circunstancias solucionables y vánales. Probablemente mi blog y sus lectores no tienen la culpa, y mucho menos, la necesidad de leer mis quejas en contra de aquello que de la nada me comenzó a angustiar. Sin embargo es necesario escribirlo pues hasta ahora, no conozco mejor forma mejor de curarme el alma que transcribirlo, escupirlo, sacar de mi aquello que no puedo contener. Tal como sucede con las sustancias tóxicas, más vale tenerlas fuera de nuestro organismo. Así que aquí va mi lista de problemitas, problemas y problemones que de pronto se pusieron de acuerdo para joderme la existencia y de pasó, provocarme unas ganas inmensas de mandar a medio mundo al carajo.

Esta es la lista de piedras que traigo en el zapato:

La Influenza H1N1, segunda temporada. Para nadie es un secreto que se espera un rebote de este virus en México. De hecho, en varios estados (incluido el Distrito Federal) el número de casos de contagios confirmados ha ido en aumento. Les confieso que la incertidumbre de saber que la enfermedad causante de la primera pandemia del siglo XXI está amenazando a la población me preocupa demasiado. Desde hace unos meses, con el primer brote de influenza, nació en mi una especie de hipocondría cada que toso, me duele la cabeza, me siento cansado o me agripo. A pesar de lavarme las manos constantemente y cuidarme en lo posible, la piedrita sigue ahí… y amenaza con volverse roca. Por si las dudas ya fui por mis cubrebocas.



El temblor profetizado por el terrorista venezolano fanático de la biblia. El pasado miércoles, los servicios informativos en radio, televisión e internet centraron su atención el cielo. De pronto la noticia recorrió el mundo: el vuelo 576 de Aeroméxico, con ruta de Cancún a la Ciudad de México, acababa de ser secuestrado. El avión logró aterrizar en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México en medio de confusión y tensión. Horas después, la situación se solucionó de forma satisfactoria gracias a la oportuna intervención de las autoridades. El presunto culpable de tal embrollo respondió al nombre de José Mar Flores Preyra, pastor boliviano que valiéndose de unas latas de Jumex, planeó el secuestro para llamar la atención del presidente Felipe Calderón pues según él, Dios le reveló que en poco tiempo, un temblor de gran magnitud sacudirá una gran parte del país, trayendo consigo una enorme destrucción de dimensiones incalculables. Obviamente la opinión pública lo ha tirado de a loco y es motivo de burla en fiestas y reuniones; pero, ¿y si sí? Ojalá al boliviano realmente le patine el coco, porque si en verdad recibió un mensaje de Dios y ese temblor viene en camino, el panorama es desolador. Si algo ha marcado a los capitalinos fue el temblor de 1985. Es una cicatriz que nunca cerrara. Por eso, la sola posibilidad de otro sismo me da escalofrío. Ojalá y haya sido locura y no un milagro.

La crisis que no tiene pa’ cuando. No creo que esta piedra requiera mayor explicación. No importa que el motivo sea la recesión estadounidense o la influenza o nuestra crisis eterna. Según los eruditos del tema, la economía del país atraviesa uno de los momentos más álgidos de su historia. Al secretario de economía se le ocurrió aumentar los impuestos para obtener más recursos. Ajá, brillante, ¿y el pueblo de dónde obtendrá recursos? De ahí se agarrará el narco y la delincuencia para obtener a los nuevos integrantes de sus huestes y será el cuento de nunca acabar. Los trabajos siguen escaseando y los que hay son mal pagados y no ofrecen muchas garantías en cuanto a prestaciones. Como ciudadano en edad productiva comparto la frustración de preguntarme ¿hasta cuándo?

La tecnología. El lunes descubrí que el contador de visitas de éste blog cambió mis casi 50 mil visitas que tenía registradas, ahora muestra unas 12 mil. Me dio coraje, pues aquel número me ayudaba a tener una idea de la gente que me lee y en cierto punto, era un aliciente para seguir adelante. A veces, cuando Twitteo desde mi celular hay fallas. La otra vez se me trabó mi lap. Uno de los audífonos de mi iPod no se oye muy bien. El cable de mi casa a veces se va. Todas estas banalidades, de a poquito me afectan. Me purga que las cosas no funcionen bien, sobre todo cuando estas no son nada baratas y reponerlas no es tan fácil. Lo mismo me pasa con los autos, el refrigerador o el estéreo. Si algo no sirve, es suficiente para ponerme de pésimo humor. Es una obsesión que padezco, creo, dese que soy consciente del valor de las cosas.

El agua que se nos va. Dicen que el nivel de las presas de agua que nutren a la Ciudad de México y otras zonas del país están en niveles críticos de escases. Que si las sequias continúan para mediados del otro año la situación podría ponerse aun peor. Si hago un recuento, nada, repito, nada, necesito más en mi vida cotidiana que el vital líquido. Lo malo es que llueve a cantaros en donde no hace falta. Y lo peor… no hay la suficiente conciencia en la población para ahorrar agua. Ojalá y la lluvia nos salve el pellejo. Lo lamentable es que tuvimos tiempo de sobra para prevenir algo así.


Fallarle al blog y a mis lecturas. Como que de pronto se me junta todo y no tengo tiempo para nada. Siento que no le he dedicado el tiempo suficiente a todos esos libros maravillosos que cada vez se me amontonan más y más en el librero, deseosos de que me decida a ordenar mi rutina y abrirles un pequeño espacio. Lo mismo, pero más frustrante, me ocurre con mi blog. Lo he descuidado, no he posteado cosas de mucha calidad que digamos. Extraño aquellos tiempos en los que cada uno de mis textos me gustaban pues tenían algo más que chistes o videos. Me gustaría retomar el ritmo de hace tiempo… lo malo es que no hayo la manera.

Del corazón y otras cosas. De esas piedritas me es difícil deshacerme. Siempre hay algo que me tiene tensos los sentimientos, que a pesar de estar en apariencia bien, me ensombrece el corazón. No sé que es pues rara vez lo puedo identificar. Me gustaría no ser tan sentimental, ser más descarado, más valemadrista. El corazón de pollo debilucho que tengo se estremece hasta con un atardecer nublado. Soy un caso especial y sin remedio.

Tras el desahogo anterior intuyó que eso de que el fin del mundo está próximo es cierto. Según será en el 2012. La cosa es que no quiero pasarme estos tres años siéndole fiel a mi costumbre ‘preocupadisa’. ¿Y si mejor vivo dejando que las cosas pasen y ocuparme sólo de lo que ‘ya es’? Tiendo a enrarecer el ambiente con mi inconformidad del presente. Después de escribir algunas de las cosas que me angustian ya me siento un poco mejor. Veré si puedo rescatar algo de éste sábado. Perdón por la preocupación.

4 comentarios:

XND dijo...

Cero disculpas Gaby. A todos nos Pasa.

Saludos, un abrazo.

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
soleil dijo...

a todos puede pasar! siempre se suman preocupaciones y mas preocupaciones, y piedritas que si bien no matan...MOLESTAN! pero animo, que para eso hay mas dias en la semana, para que haya altos y bajos, y pues que sigamos el camino que haya que crear.

gabriel revelo dijo...

jonhy: jejeje, gracias =)

soleil: tienes razón... cuatro días después todo se ve un poquito mejor. sigamos...