sábado, 18 de julio de 2009

Coros de un adiós

Si me duele el escribirte,
más me duele recordarte.

Vuélvete un poquito lluvia,
vuélvete un poquito mar.
Vuélveme un poquito
menos susceptible a la verdad.

Dime que refleja mi mirada triste
¿Una visión que es mentira, y que eres tú?
¿O un pedazo de gloria celestial?
¿Serás tan endemoniadamente bella
o sólo una ilusión que me hago para no caer en el abismo de la realidad?

En realidad no me quieres.
Lo supe después.
El día que rompiste mi castillo de cristal
la reina escapó con el dragón.

Esa tarde no llovía,
pero en cambio era fría.
Esa noche descansaste en otros brazos
y me juré odiarte eternamente,
condenar tu recuerdo al fuego.
Curar mi orgullo desvalido y
volverme piedra.

Setenta lunas llenas después,
un aire tupidito de calor me hizo sonreír.
Volví a reír.
Creí olvidarte.
El gris se volvió aperlado.

Y me pierdo en la arena de un reloj.




Gabriel Revelo
Diciembre 2006

3 comentarios:

Jessie dijo...

Ja, que poema tan original, con reinas, dragones. bellezas.

Sólo se me cruzó por la mente que ahora sí pensaste en mí para escribirlo, ó no?

Bueno, si sí ó si no, de todos modos, me pareció muy bellos, lo del aire con calor, y condenar el recuerdo al fuego.

Venga Gabrielito, que no podés pensar toda tu vida en alguien que te hizo daño.

Te saludo y me despido

Atentamente:
Jessie, la primera

Tulius Ciceron dijo...

compa!

uuunas cheves con tequila vodka y una tacha booorran todo lo que las viejas nos hacen ;)

U que... necesitaremos terapia intensiva?

hechale pa' lante!! va??

animo!

gabriel revelo dijo...

jessie: ¿la dedicatoria? no lo sé, a lo mejor talvez... ya no duele, fue escrito hace casi tres años y la herida ya cerro.

maverick: gracias compa, habrá que curarsela muy, pero muy bien jaja... saludos.