lunes, 29 de diciembre de 2008

Crepúsculo


Terminé cayendo, aunque como siempre, a destiempo. Vengo llegando de ver Crepúsculo en el cine, película basada en la novela de Stephenie Meyer, que junto con Luna Nueva, Eclipse y Amanecer, conforman la nueva saga de moda dentro del mundo literario en gran parte gracias a las ventas millonarias que estás obras han tenido.

A pesar de su éxito (o quizá en parte por él) siempre traté de mantenerme alejado de la fiebre que Crepúsculo había ido desatando poco a poco. No obstante que varios conocidos me han hablado con gran entusiasmo de esta moderna historia de amor y vampiros, su repentina comercialización nunca me dio la confianza suficiente como para ir corriendo por la novela y sumergirme en sus páginas. Aun así, sería una gran mentira no reconocer que la historia me inquietaba. Con esa consigna entre al cine hace unas horas deseando sinceramente que en primer lugar, la historia fuera lo más fiel posible al libro y en segundo lugar, que me atrapará; aun así después me viera en el dilema de comprar el resto de libros que completan la saga.

Como sería injusto e irresponsable hablar de la novela de Stephenie Meyer sin leerla, mis comentarios se limitarán a la adaptación cinematográfica. Pues bien, la verdad es que Crepúsculo me gustó. Fue una agradable sorpresa, a pesar de saber a grandes rasgos la línea narrativa la historia a cada momento me presentaba nuevos elementos que me hicieron permanecer atento durante las casi dos horas que duró la película. Supongo que el reto de amalgamar una temática amorosa con los siempre populares vampiros (temáticas abordadas hasta el hartazgo en el cine, la literatura y la televisión) fue todo un reto. Por eso se agradece que con Crepúsculo la brisa del refresco y la innovación nunca deje de estar presente.

Crepúsculo carece de esa lejanía que a menudo sentimos con las clásicas historias de vampiros, pues no ocurre en otra época, ni en castillos o alejados poblados europeos. Supongo que el espectador desde ahí comienza a conectar con el universo de Meyer. Después vienen los paisajes, los personajes predecibles pero aun así atractivos, la acción y como actor principal la historia de amor entre Bella y Edward. ¿Cómo no sentirse hasta cierto punto seducido por esa pasión acompañada de prohibición que le da un toque tan sensual a la atracción entre los protagonistas?... ¿cómo no ponerse en el lugar de los amantes atormentados cuando a todos el deseo y el impedimento por lo menos alguna vez nos ha puesto las entrañas en jaque?

Por más adolescente que quieran pintar la trama, para todos aquellos que vemos en el amor el placer del peligro está historia no tendría por qué pasar inadvertida.

Contrario a lo que me pasó con otras obras similares como con El Señor de los Anillos o Harry Potter, en las que primero leí el libro y después las vi en pantalla grande. Crepúsculo me plantea el reto de pausar la historia y esperar más de un año para ver la próxima entrega en cine o acudir a los libros y adentrarme, ahora sí, por completo, en la serie completa. El entusiasmo no me falta, yo por mi comenzaría ahora mismo si no fuera porque un par de proyectos y los libros que tengo a medias me terminarían mentando la madre por acabar con el poquito tiempo libre que me queda.

Si fuera más temprano seguramente acabaría comprando el siguiente libro para ‘ver que sigue’. Lo malo es que acaban de dar las 12 de la noche y los vampiros ya están sueltos.

5 comentarios:

xhabyra dijo...

yo he leido y escuchado tanto sobre esos libros que seguramente no pasa el 2009 sin que me los lea todos.

saludos y felices festejos de fin de año Gabriel, y los mejores deseos para el 2009

patzarella dijo...

A mi me gusta leer los libros y después ver las películas..., aunque no siempre lo logro !!! Y este no lo he leído ni la he visto.

Gonzalo Del Rosario dijo...

En la librería donde trabajaba, toda la gente pedía Crepúsculo, y si existe algo que no leería, por lo menos en un tiempo, es un libro de moda, o en todo caso los libros del año, a menos que sean obras demasiado geniales como BOMBARDERO de César Gutierrez, Editorial Norma, no sé si llegará a México, espero que sí.
Es un libro que habla sobre las Torres Gemelas y el atentado pero lo más llamativo es la forma vanguardista de narrar la historia.
Otro libro del 2008 que lei fue de Alonso Rabí do Carmo "Animales Literarios", es periodista peruano que recopila sus entrevistas realizadas a José Saramago, Mario Vargas LLosa, Jorge Edwards, Enrique Vila-Matas, Laura Restrepo, Rosa Montero, y otros más.
Es chévere escuchar a escritores hablar sobre cualquier cosa, en especial sobre otros escritores.
Me pegué mucho con la no ficción todo este año, así leí "El libro negro" de Andrés Caicedo, donde recopila las reseñas, críticas y ensayos de sus lecturas, dejando entrever su fanatismo por la obra de Poe, Vargas LLosa y Cortázar (mucho Varguitas yaaaaa, me aburre) y dándole duro a García Márquez y Gustavo Sainz, no sé, le da duro a varios.

SOL dijo...

hey gabo, no te das cuenta que cuando pones estos posts, me estás obligando a leer el libro??? jajaja es que soy dem curiosa y pues bueno yo soy como Patzarella a mi me gusta mas leer el libro primero, y pues como siempre ahi te cuento cmo me fue con la lectura...


como sea feliz año nuevo gabo, que este 2009 sea dem bueno con vos

un besote desde el sol

gabriel revelo dijo...

xhabyra: igualmente, un feliz 2009 para ti y no dejes de avisarme si lees esta saga-vampirica. igual y yo también me termino convenciendo.

patzarella: pues la película te la recomiendo. no es una obra de arte pero tiene sus partes emocionantes. quién sabe...

gonzalo: bombardero no lo he visto por acá... lo buscaré. yo también desconfio de aquellas obras de moda, aunque muchas veces he terminado leyendolas y de paso, descubró a buenos escritores. en tu comentario mencionas tantas obras tan atractivas que mi cartera comienza a tener miedo de que me pare en una libreria je je. saludos.

sol: feliz año a ti también. ya sabes que como siempre leer tu blog y tus comments es un placer. pues qué te digo... me declaro culpable, ¿qué se le va a hacer?