jueves, 21 de febrero de 2008

No sólo fue el Eclipse

Un punto común y constante en casi todas las culturas ha sido el de conferirle a los Eclipses simbolismos y elementos místicos, como si no fuera ya suficiente la arrebatadora coincidencia de que Sol, Tierra y Luna se alineen formando un espectáculo visual cuya verdadera magnitud no somos capaces de calcular. Por eso, uno de antemano ya sabe que cuando se va a tener la suerte de un Eclipse Total algo dentro de nosotros se cimbrará de una u otra forma. Llámenlo energía, magnetismo, magia o simple romanticismo; el estar en la presencia de un espectáculo pintado por el universo jamás podrá pasar desapercibido.

Desde hace semanas se había anunciado que en la noche del 20 de febrero tendría lugar el último Eclipse total de Luna visible en México de la década. Sabía que lo vería pues duraría un par de horas. Bastaría con salir a la calle, mirar al cielo y la puesta escénica ahí estaría, e incluso, el fenómeno sería transmitido en su totalidad por algunos canales de televisión. Ahora sé que es verdad: los Eclipses afectan a los seres del planeta de alguna manera, sólo así puedo explicarme que la noche de ayer me haya parecido llena de magia y tan disfrutable como pocas. Fue eso; o fue Alondra.

A ella la conozco desde hace varios años. La conocí en la universidad y su carisma, inteligencia, madurez y forma de ser hizo que poco a poco comenzara a tomarle un gran cariño que ha crecido a pesar del tiempo y la distancia (que dicho sea de paso, duele). Alondra es una aventurera de corazón, por eso es tan difícil coincidir con ella, pues si bien vive en Zihuatanejo, su naturaleza y trabajo hacen que gran parte del año éste en diferentes partes de México y el mundo. Por eso quizá fue demasiada coincidencia que justo el día en el que La Luna, el Sol y la Tierra coincidirían en una línea perfecta ella coincidiera en mi ciudad. Recibí su llamada en la tarde y de inmediato acepté su propuesta de tomarnos un café. El Eclipse y el resto del mundo, al menos por esa noche pasaría a segundo plano.

Pasar la tarde platicando en un café mientras que afuera la noche cubría a la ciudad y daba paso al Eclipse fue demasiado. Hablar con ella es ponerse de buen humor, escuchar que una persona así me lee y que mejor aun, le gusta lo que hago es el mejor cumplido que se pueda recibir. Escucharla hablándome de su vida y preguntando detalles de la mía, ponernos al corriente de lo que hemos hecho durante todo ese tiempo en el que terrenalmente hemos estado alejados por más que siempre la tenga presente.

Ya después, salir del café y ver esa Luna eclipsando el firmamento y bañando a la ciudad de una atmósfera irreal hizo todo mucho mejor. Ayer no lo supe distinguir, pero hoy puedo decir que si bien la postal que el destino quiso regalarle a nuestro reencuentro fue inigualable, la verdadera magia en la ciudad era que al menos por unas horas nuestras almas alinearan. Si el Sol y la Luna, separados por distancias aterradoramente grandes lo hicieron, ¿por qué no íbamos a coincidir nosotros?. Dos eclipses totales en la misma ciudad.

Un día después sigo con esa sensación indescriptible. Supongo que una amistad así se compone de momentos en que ni un Eclipse es capaz de ejemplificar del todo. No sé si algún día Alondra leerá estas palabras, pero debería saber que para mi es un honor cada vez que tengo la oportunidad de vela y compartir un poquito de mi vida, y por qué no, aprender de la suya.

Aunque mañana regresará a Zihuatanejo una cosa es segura: Volveremos a eclipsar muy pronto, estén o no el Sol y la Luna presentes. De cualquier manera siempre estoy alineado con ella.

6 comentarios:

Valeria dijo...

AAuuu!! qué chida analogía, magnífica coincidencia.... Es que la amistad es como tener un eclipse total todo el tiempo...

Janbuk dijo...

La amistad verdadera es como el cofre del tesoro pirata, todos anhelan encontrarla y los pocos que la encuentran descubren en su interior una gran riqueza que pese al paso de los años no ha perdido su valor... La amistad es la fuente de la vida xD

Por cierto aquí en Lima no se vió el eclipse :( tal vés por eso no sentí ninguna alineación especial con nadie jajajaja

Besoooooo abazoooooo
Janbuk

Anónimo dijo...

Gabal... no sabes lo emocionada que me siento al leer lo que escribiste para mi, quiero comentarte que lo imprimí y lo lleve a casa de mi hermana donde estaba toda mi familia, lo leí en el centro de la sala y no sabes la lluvia de maravillosos comentarios que brotaron a raíz de tu escrito.

Solo quiero que sepas mi niño que como siempre te lo he dicho es una bendicion que Dios nos haya puesto en el lugar y el momento precisos para ser amigos, te quiero mucho y nuevamente gracias por todo.

Atte tu mas ferviente admiradora.

p.d. te digo algo... me encanta estar alineada con tido en este inmenso universo, un beso amigo.

Alviseni dijo...

feliz analogía.

yo quería ver marte y saturno pero estaba muy amontonado el zócalo. ni modo.

alondra volverá a volar de regreso y eclipsar en tn vida.

greetings.

Alviseni dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
gabriel revelo dijo...

vale: ... y un eclipse en parte es algo mágico. así que la amistad es magia y es todo.... y ya me puse metafisico.

jan: que buena analogía. en realidad la amistad va con todas las cosas buenas, de ahí la relación. ¡¡¡qué pena que no se haya podido ver en Lima!!!!! gracias por el beso-abrazo.

alondrita: para hablar de ti no me bastaría una hoja del universo. dicen que lo mejor de la vida es indescriptible y tú entras en esa categoria. te quiero mucho.

alvi: seguramente volverá... / todos mis amigos que fueron al zócalo me dijeron que estaba llenísimo. saludos!