jueves, 9 de agosto de 2007

El Magnicidio que no fue


Magnicidio: Asesinato u homicidio cometido en contra de la persona que ostenta la máxima representación del Estado.

24 de noviembre de 2006, a las...



16:04
Finalmente llego al Museo Rufino Tamayo, entre las calles de Reforma y Gandhi. Las medidas de seguridad ya eran impresionantes en la que sería la sede del Evento ‘100 años de Grupo Salinas’. El motivo del festejo es el primer centenario de vida del consorcio dirigido por Ricardo Salinas Pliego, que engloba a muchas de las empresas más importantes del país. Fui contratado por dos semanas como parte del staff organizador.

16:14
Ya no hay lugar en el estacionamiento del museo y el Vallet Parking del museo comenzará a operar hasta dentro de hora y media. Estaciono el auto sobre avenida Gandhi pidiéndole a Dios que no vaya a pasar una grúa y se lleve mi vehículo.

16:26
Entro a los jardines que rodean el Museo con mi gafete. La seguridad en el primer reten es impresionante.

16:31
En el interior, una decoración elegante, el mejor vino, los mejores bocadillos y una atención de lujo esperan a casi dos mil invitados, entre los que se encontrarán cantantes, actores, conductores de televisión, empresarios, intelectuales, políticos, periodistas, directivos de alcurnia, y por supuesto, el Presidente de la República Vicente Fox, así como el presidente electo que en unos días dirigirá al país, Felipe Calderón Hinojosa.

17:35
Recibo un radio para estar al pendiente de las instrucciones del staff. El evento está programado hasta las 19:30 hrs y la seguridad continúa aumentando. Por todos lados hay sujetos de traje negro, lentes obscuros y comunicador en la oreja. Son los miembros del Estado Mayor Presidencial que según supe, llevan custodiando el museo y sus alrededores desde las seis de la mañana.

17:58
Nos informan que una marcha de seguidores de López Obrador se dirige rumbo al museo para impedir la llegada de Vicente Fox y Felipe Calderón. Hace cuatro meses fueron las elecciones presidenciales en México y el ambiente post electoral no es el mejor.

18:08
Imaginé que habría fuertes medidas de seguridad, pero quién ha estado en un evento en el que el Presidente, y su sucesor, estén presentes saben que no hay un milímetro de espacio, un objeto, un intercomunicador, ni nada fuera de lugar que se pueda colar sin autorización de las altas autoridades federales. Sin embargo, éste a quién ahora leen puede entrar y salir con el desparpajo que el gafete de acreditación me da.

18:21
Corre el rumor de que la marcha de protesta que se dirigía al Museo fue desviada sin que se registraran hechos de violencia.

18:33
Los invitados van llegando. Desfilan por la alfombra roja que los conduce a la explanada del Museo, lugar de la fiesta. Varios periodistas esperan la llegada de las personalidades anunciadas. Juego a sentir el poder. Una y otra vez recorro la dichosa alfombra sintiéndome la mamá de los pollitos.

18:46
Salgo de las instalaciones del Museo para revisar si mi auto continuaba en dónde lo dejé.

18:51
Un sujeto vestido de traje pasa el primer retén sin problema alguno. Al momento de llegar al arco detector de metal titubea en pasar. Pasa a toda velocidad. Uno de los miembros del Estado Mayor observa fugazmente que el sujeto trae debajo del saco un objeto metálico. Con un movimiento rápido, amaga al sujeto. Otros dos miembros del Estado Mayor se dan cuenta y se llevan al detenido.

19:01
Finalmente pude dejar el auto en el estacionamiento del Museo. Vuelvo al retén y noto un gran movimiento por parte de los miembros del Estado Mayor Presidencial.

19:25
Por mi radio escucho que Felipe Calderón acaba de arribar. Desatiendo mis funciones y espero su llegada desde el mejor ángulo posible. El señor Salinas sale a recibirlo.

19:28
Felipe Calderón, presidente electo, y Ricardo Salinas, presidente de Grupo Salinas irrumpen en el cocktail de honor en medio de guardias del Estado Mayor, flashazos, cámaras de televisión y reporteros. Yo lo veo muy cerca, de haber querido lo hubiera tocado.

19:39
Calderón estuvo diez minutos y se fue. Quizá para evitar causar tumultos con la prensa ante un eventual encuentro con Vicente Fox.

20:07
Llega el todavía Presidente acompañado de Martha Sahagún. Son recibidos por Salinas Pliego. De nuevo la lluvia de luces y personas a su alrededor. Ambos pasan a escasos metros de mí. Son recibidos por aplausos y como es normal, la seguridad aumento al grado de que el Estado Mayor detuvo el servicio de bar mientras el Jefe del Ejecutivo estuviera presente.

20:31
Después de los discursos de Fox y Salinas Pliego, miembros de la marina interpretaron el Himno Nacional.

20:44
Se va Fox. De la reunión y del sexenio.

21:56
Yo sigo toda la noche haciendo diabluras de otro tipo en medio de los empresarios más importantes del país. Cruzándome con todo tipo de miembros de la farándula que como yo, lucían impecables ropas de gala.

22:14
Tomo vinos cuyos nombres no puedo ni pronunciar. Como bocadillos que no sé a ciencia cierta que son, y que me saben a carne cruda. Creo que hago el ridículo al llamarlos ‘antojitos’. Soy un naco. Me hubieran gustado más unos Sabritones y un Frutsi.

22:24
Al calor de la conversación un compañero menciona que en la entrada detuvieron a un hombre que quería ingresar con una pistola. Uno de nuestros jefes pasa por ahí y escucha nuestra conversación. Nos dice que es cierto, que el sujeto portaba un arma de grueso calibre y que estuvo a punto de colarse a la fiesta. La historia nos sorprende, parece ajena al ambiente en el que esa tarde habíamos estado. Le preguntamos por el sujeto. Nadie sabe, nos responde. Nos dijeron que el Estado Mayor Presidencial exigía que el asunto del sujeto armado permaneciera en absoluto secreto. Después de prometer que no diríamos nada, uno de nuestros jefes se retiró. Seguimos disfrutando de la fiesta... en unas horas, estaré borracho.


8 de agosto de 2007
Hoy me pregunté qué pasó realmente esa noche. Efectivamente, un sujeto armado quiso entrar. Nunca sabremos sus intenciones. En ese momento las condiciones políticas no eran las mejores en México. ¿Y si el objetivo era Vicente Fox, o peor tantito, el hoy Presidente Felipe Calderón? Y si hubo, efectivamente un detenido ¿en dónde está? Me siento en una película de detectives, que por cierto, viví a medias. No me constan los hechos, pero sí que algo anormal pasó. No es la primera vez que cuento algo pensando que nadie me va a creer.

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