martes, 26 de noviembre de 2013

Los Predilectos


Cuando leemos un libro la anécdota no se limita al contenido de la obra, sino también a la forma en la que llegamos hasta esas páginas. En el caso de esta novela, llegué como parte del trabajo. Me dejaron leer una novela para reseñarla y entrevistar a su autor.

De esta forma me adentré en Los Predilectos de Jaime Mesa, cosa que agradezco. 

En el 2008, Jaime Mesa irrumpió en la escena literaria con Rabia, novela considerada como una de las mejores de ese año. Ahora, este escritor publicó Los Predilectos, con la que se confirma como una de las voces más prometedoras de la literatura mexicana contemporánea. 

Definir Los Predilectos es complejo, tanto por su forma narrativa como por la historia que desarrolla. Lo cierto es que después de leerla uno termina acelerado, con ansias de vivir pero también de cuestionar el curso de nuestra propia existencia. 

La trama gira entorno a Scarlett Kunzen, una mujer joven, guapa, talentosa y con el futuro asegurado, que sin embargo se encuentra todo el tiempo atormentada por los fantasmas de varias obsesiones. El miedo al fracaso, a las enfermedades, a vivir una existencia común y corriente, su fijación por la perfección o incluso la muerte, son sólo algunas de las sombras que la acechan en diferentes etapas de su vida.

Así conocemos varias versiones de esta mujer: la seductora, la adicta, la mujer saludable, la madre, la esposa, la joven derrochadora y rebelde, la confidente de una estrella de la televisión venida a menos y hasta le que escribe su propia biografía con toques de mentira. 

Si bien el inicio de esta novela parece sencillo, la anécdota que se narra en las primeras paginas va nutriéndose con sucesos y personajes que poco a poco van engrosando la historia hasta adquirir el toque de una novela más compleja, en la que los personajes están desarrollados de manera profunda y contundente, haciéndolos encajar una y otra vez tanto entre ellos mismos, como con las circunstancias que los rodean.

Constantemente son los pensamientos y los razonamientos de los propios personajes, y no las circunstancias de la vida, los que autodestruyen y vuelven infelices a los protagonistas. 

Lo anterior no debe hacernos pensar que esta es una novela densa, al contrario, si bien contiene varios cuestionamientos existenciales en los que el lector inevitablemente se verá inmerso, el estilo narrativo de Mesa hace que la novela sea bastante digerible y que uno navegue de manera rápida y sencilla por sus páginas.

En varios puntos de la novela, Scarlett se siente atraída hacia una vida de excesos que la llevan al límite, participando en fiestas donde los seropositivos (gift givers) sostienen encuentros sexuales con quienes desean contagiarse del virus del VIH (bug chasers). Más tarde, su deseo de comprobar si está sana para alcanzar la inmortalidad y ser madre de unos hijos perfectos la llevan a internarse en una clínica de rehabilitación en donde conoce a Soseki, Konstantine y Dimitri, miembros de una famosa banda de música que no saben cómo manejar su éxito; al igual que Scarlett se sienten dotados de una inteligencia y potencial superior, pero que no encuentran la forma de trascender.

Fuera de la clínica, el encuentro con estos personajes tendrá repercusiones en la vida de Scarlett durante varios años. Pasar de una adicción a otra, tratar de escapar de una obsesión tan sólo para descubrir otras más. Burlarse de la vida y complicarse siempre la vida aunque esta en apariencia sea perfecta. De eso trata esta historia.

Finalmente nadie podrá permanecer indiferente a esta obra, pues en algún punto coincidiremos con la forma de pensar de los protagonistas, y eso resulta inquietante.

Léanlo, les conviene.

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