domingo, 27 de enero de 2013

Al sur de la frontera, al oeste del Sol


“Hay muchas maneras de vivir. Hay muchas maneras de morir. Pero eso no tiene ninguna importancia. Al final sólo queda el desierto”

En apariencia, “Al sur de la frontera, al oeste del Sol” es una novela sencilla. En sus poco más de 260 cuartillas encontramos una historia sencilla, contada de una manera amena que permite leerla rápida y fácilmente. Pero te deja pensando. Minutos, horas, incluso días después de que uno la termina, hay ciertas escenas e interrogantes que no abandonan tan fácilmente nuestro pensamiento.

Así fue mi experiencia después de leer esta obra de Haruki Murakami.

Mi primer acercamiento a este renombrado autor japonés fue en el 2009 con Tokio Blues. Esa novela, mucho más elaborada que esta, me dio la pauta para saber lo qué se puede esperar de una novela de Murakami: Una narrativa absolutamente emocional, cargada de sexualidad, en donde los personajes están extraviados y desorientados en el mundo. Eso mismo encontré en “Al sur de la frontera, al oeste del Sol”, sólo que en esta ocasión, la estructura de esta novela es como un torbellino devastador, ese que en la base es pequeño y en apariencia inofensivo, pero que una vez que te atrapa, te eleva y te lleva a su zona más rápida y violenta.

Se inicia esta novela sorprendido de lo fácil que se lee. Las primeras diez, veinte, treinta hojas, pasan sin que uno se dé cuenta, envuelto en una atmósfera hasta cierto punto inocente. La trama entonces va cambiando sutilmente sin que uno lo perciba. La lectura sigue siendo muy ágil y su ritmo es vertiginoso, pero la calma inicial deriva en un conflicto que se va tensionando hasta estallar y dejar tras de sí un vacío insostenible y angustioso.

“Al sur de la frontera, al oeste del Sol”, trata sobre cómo el pasado en cualquier momento puede desbalancearnos el presente. Como el intempestivo regreso de alguien a quien creíamos ya sólo un recuerdo es suficiente para llenar nuestra mente de cuestionamientos y dudas, que al final no hacen más que decirnos “¿creías que eras feliz… entonces, ¿qué es todo ese vacío que siempre acompañó tu existencia?”.

Esto le pasó a Hajime, protagonista de esta novela. Hijo único cuyo destino se torció desde que en la primaria conoció a Shimamoto, también hija única. Por un par de años, ambos vivieron una amistad muy cercana en la que compartían música, lecturas y aficiones. Una relación de esas que sólo pueden darse una vez en la vida. Sin embargo los años pasaron y los dos se perdieron la pista. Hajime se mudó a Tokio para estudiaren la universidad, tuvo algunas novias y un trabajo mediocre. Finalmente se casó, tuvo dos hijas, abrió dos bares exitosos y la vida parecía sonreírle. Entonces, en una noche de lluvia Shimamoto volvió a reencontrarse con Shimamoto, y todo se tambaleó. 

¿Es posible que casi 20 años después, el regreso de una persona sea suficiente para hacer cimbrar nuestro universo y estar dispuestos a dejarlo todo por ella?

Recuerda tus años de adolescencia… ¿qué pasaría si esa persona que tanto te marcó durante esa época, de pronto apareciera en tu vida? ¿Qué hacer si por más que quieres aferrarte a lo que tienes, el destino se empeña en hacerte ver que siempre viviste anclado al pasado?

Y es que Hajime jamás se desapegó por completo de Shimamoto. Durante esos años de obscuridad en los que el protagonista vivía sin encontrarle sentido a su existencia, la imagen de Shimamoto siempre lo acompañó. Su extraña cojera al caminar, su cálida sonrisa, su forma de reír, la forma de entrecerrar los ojos al hacer ciertos gestos y la complicidad que vivió con ella. Jamás los olvidó del todo, e inconscientemente, quizá sabía que en algún momento terminaría volviendo a ellos.

Las páginas finales se recorren con el corazón triste y adormecido. Con una confusión semejante a la que vive Hajime y que nos sitúa en un melancólico callejón sin salida donde los espejismos y la realidad se confabulan para hacernos entender que al final sólo somos gotas de lluvia que caemos en la inmensidad del mar.

Han pasado unas cuantas horas desde que terminé “Al sur de la frontera, al oeste del Sol”. Aun no sé si siento pena, odio, ternura o compasión por el protagonista. Inevitablemente me pongo en el papel de Hajime. Intento vislumbrar el nivel de su obsesión e intento imaginar las posibles alternativas que tuvo para no verse atrapado por el torbellino. Concluyo en que no tuvo otro camino. Que el amor a veces puede ser la trampa más despiadada, y que una vez que uno cae en sus garras, es imposible salir ileso.

Aun así, esta novela tiene pasajes bellamente narrados. Frases y atmosferas que, en contraste con la desolación y confusión que puede imperar en sus páginas, dan lugar a momentos amorosos y entrañables. Puede que la historia deje varios cabos sueltos, pero tras darle varias vueltas al asunto, concluí que esto quizá obedezca a que Murakami desea dejarnos la misma sensación de confusión e irrealidad que se apoderó de Hajime.

Mi segundo acercamiento a la obra de Murakami no pudo ser mejor. Ahora dejaré pasar unos meses antes de leer otra de sus novelas, y es que si algo he aprendido después de leer a Murakami, es que uno se sale maltrecho y con el corazón triste.   

28 comentarios:

Anónimo dijo...

ya se me antojo leer el libro.gracias

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo contigo! Felicidades

Anónimo dijo...

Intento vivir mi presente y continuar a pesar de un gran recuerdo y de un gran amor. Coincido contigo y apoyo la moción de pensar en el "qué pasaría si" Debo confesarte que después de leer este libro lo.compré y se lo regalé a mi primer amor...
Excelente espacio.

Gade521 dijo...

Tambien lo acabo de terminar de leer...ya lo termine de leer otras tres veces y no logro comprender el final. Ese ''seguia pensando en el mar'' me atormenta no lo logro comprender o tal ves si pero es muy increible, no quiero, pero a la vez sí, quiero saber que es lo que pensaba en ese momento Haruki, me pone a pensar ese libro.

Anónimo dijo...

Me ha encantado,,,,y me deja pensando en el final, he vivido algo similar,,,, y comprendo cuanto se siente estar así

Anónimo dijo...

Qué gran verdad tu última frase... Solo me permito dos Murakamis al año por esa razón :)

Anónimo dijo...

hola, apenas anoche termine de leer el libro "al sur de la frontera, al oeste del sol" y eso por mera casuaidad llego a mis manos. y todavía estoy pensando en ello, también tego muchas dudas, hasta que lei tus comentarios, Gabriel, entendí lo lo de que Hajime estaba pensando el lluvia sobre el mar...me sigo pegutado que pasó con Shimamoto, no creo que haya sido un sueño, creo que al fial no tuvo el valor de ser la persona por quien Hajime dejara todo y desapareció. talvez, para seguier viviedo o para morir recordando lo vivido con Hajime. también me pregunto qué paso con el sobre con los 100 mil yenes...No acostumbro leer mucho, pero cómo dice Gabriel, empieza fácil y no te das cuenta como lo terminas tán rápido. Yo lo devoré y me encantó. creo que seguiré pensando en los personjes por mucho tiempo, y me gustaría eviarle un sincero saludo al autor. cómo puedo haacerlo?

Anónimo dijo...

Me he leído ya seis libros de Murakami, pero éste en verdad me ha dejado inconforme. No es un mal libro, pero ese final... no se, deja muchos cabos sueltos, como que mucho trabajo para el lector. En un principio pensé que el protagonista había muerto cuando dice algo así como "me desenchufaron", y luego eso de la lluvia y el mar. ¿Qué habrá querido decir? ¿Vuelve con la esposa o no?.
En fin, espero alguien tenga una interpretación que me resulte más satisfactoria. Y hasta el momento, mi libro favorito de Murakami, sigue siendo Kafka en la orilla.

Anónimo dijo...

Te recomiendo la novela de Murakami: “Baila, baila, baila“. Buen día.

Anónimo dijo...

El libro es muy bueno, sin embargo te hace pensar efectivamente en esos amores que después de tantos años sigues pensando en el "que hubiera pasado". Sin embargo, el protagonista no se queda realmente con el " que hubiera pasado". El libro es bueno, es sólo que el final te deja una sensación de profunda nostalgia.

Anónimo dijo...

Estimado, soy de argentina, termine el libro en el día de ayer, me gusto mucho pero también me dejo muchas dudas, creo que en el desequilibro que te puede causar un viejo amor, pero en mi opinión creo que después del primer reencuentro entre Hajime y Shimamoto fueron solamente creados por la mente del protagonista, me gustaría alguna otra interpretación. De todas formas un autor increíble. Gracias por su opinión.

Johan's Player Handbook dijo...

Saludos; he leído este libro ya un par de veces y justo ahora acabo de terminarlo; concuerdo mucho con tu reseña de la novela y es cierto: leer a Murakami te deja pensando demasiado. Con respecto al final de la novela, seré honesto: pienso que Hajime muere.

La idea quizás suene un poco descabellada, ya que una enorme característica en las obras de Murakami es esa incertidumbre y el paso entre lo real y lo ficticio, pero trataré de explicarme.

Si se va viendo el desarrollo de la novela, puede percatarse de que va adquiriendo un tono más sombrío, acorde con el estado de ánimo del protagonista. También, se hacen muchas alusiones a la muerte a lo largo de la novela y en casi todas la figura de Shimamoto es clave; sobre todo a partir de su encuentro con Hajime la primera vez en el bar. Por supuesto, esto es sólo una teoría, pero creo que Shimamoto murió después de dar a luz a su bebé fallecido; los motivos son algo que no puedo saber, quizás depresión o una complicación médica.

Además, Shimamoto suele aparecerse en momentos clave, sobretodo relacionados con la lluvia; cabe mencionar en Oriente es común relacionar a los espíritus con la lluvia. También debe analizarse el hecho de que en contadas ocasiones el propio Hajime explique que no logra encontrar algo que le diga a ciencia cierta si Shimamoto está viva, peus no se sabe nada de ella de sus años como adulta.

Finalmente, una parte que creo que es fundamental para mi interpretación es un párrafo donde Shimamoto le explica que no puede haber puntos medios entre ellos: "Como te he dicho antes, para mí no hay lugar para el compromiso. Ni término medio. Así que, o me tomas por entero o no me tomas". Esto bien puede entenderse como elegir entre la vida y la muerte; en el caso más extremo, Shimamoto bien puede ser la forma que tomó la Muerte para acercarse a Hajime.

El final, como todos los finales que ha hecho Murakami, es abierto a interpretación. Las alusiones a la lluvia y al mar (el lugar al que las cenizas del bebé de Shimamoto posiblemente llegarían) junto con la oscuridad, dan una idea de que algo inevitable se acerca, aunado a la imposibilidad del protagonista por levantarse. Y cuando finalmente dice que alguien toca su espalda, puede entenderse como que ha llegado el momento de Hajime de abandonar este mundo.

En fin, como dije, esto es sólo una interpretación de mi parte; las novelas de Murakami tienden mucho a especulaciones, pero en verdad son algo muy divertido de leer. Aprendes mucho en el proceso: descubres música, literatura y muchas cosas más. Una felicitación por tu reseña.

Carolina Aq dijo...

Hola, qué tal!

Acabo de terminar de leer "al sur de la frontera, al oeste del sol", la verdad es que me gusta leer y al terminar, dejar los comentarios en mi interior, pero al leer tu blog me han dado ganas de sacarlos.

Es el cuarto libro que leo de este magnifico escritor, bueno para mí y la verdad es que me recuerda un poco a sputnik, mi amor; me ha dejado la cabeza llena de dudas y eso es precisamente lo que me encanta de Murakami, me hace pensar, pensar y volver a pensar.
Por mí parte, coincido con "la cueva", también creo que Hajime murió, aunque a decir verdad, esperaba que la que muriera fuera Yukiko o alguna de sus hijas, por lo sombrío en que fue poco a poco convirtiéndose el final y por el constante tratamiento que le da a la muerte, jamás esperé que se tratase de Hajime, pero esto es sólo una interpretación mía, ya que como muchos han comentado, con los cuales coincido, Murakami siempre nos da la oportunidad de interpretar el final de sus obras.

Otra cuestión que me ha parecido interesante, es cómo aborda el tema de la existencia, la conciencia y la realidad, a partir de: "Hay una realidad que demuestra la verdad de un hecho. Porque nuestra memoria y nuestros sentidos son demasiado inseguros, demasiado parciales. Incluso podemos afirmar que muchas veces es imposible discernir hasta qué punto un hecho que creemos percibir es real y a partir de qué punto sólo creemos que lo es. Así que para preservar la realidad como tal, necesitamos otra realidad —una realidad colindante— que la relativice. Pero, a su vez, esta realidad colindante necesita una base para relativizarse a sí misma. Es decir, que hay otra realidad colindante que demuestra, a su vez, que ésta es real. Y esta cadena se extiende indefinidamente dentro de nuestra conciencia y, en un cierto sentido, puede afirmarse que es a través de esta sucesión, a través de la conservación de esta cadena, como adquirimos conciencia de nuestra existencia misma. Pero si esta cadena, casualmente, se rompe, quedamos desconcertados. ¿La realidad está al otro lado del eslabón roto? ¿Está a este lado?", un tanto complejo el párrafo, pero aún así, pone en duda TODO, la existencia del sobre, la existencia de Shimamoto y en mi caso, hasta la existencia de Hajime.

Oh por dios! qué novela tan buena, tal vez estoy exagerando, pero me encantó, amé y admiré aún más a Murakami.

En estos momentos me dispongo a leer "Kafka en la orilla", pues me la han recomendado mucho y así como "Al sur de la frontera, al oeste de sol", espero que no me desilusione.

Sin más comentarios me marcho, pero no sin antes felicitarte por tu excelente reseña.

Anónimo dijo...

alguien sabe donde puedo conseguir el libro en mexico

Unknown dijo...

Hola, ayer leí Al Sur de la frontera... Y no pude dormir pensando en el final, ¿alucinó a Shimamoto? Y hoy llegué a éste blog y la teoría de que Hajime muere es tristísima, pero encaja perfecto. Cuando terminé el libro pensé que no me había gustado, sin embargo, creo que me sorprendió más de lo que imaginé. También leí After Dark y es muy buena historia. Y al igual que Miyazaki, sus finales no son concluyentes, pero te dej pensando mucho tiempo. Gracias!

Anónimo dijo...

Amigo concuerdo totalmente contigo Aunque amo las novelas de Murakami siempre te dejan con el corazon estrujado y con una cierta resaca literaria.

Ica dijo...

Acabo de terminar de leer el libro y cuando llegue a la palabra final mire a mi novio y pende, así? Así sin más va a terminar? No lo entendí, pensé. Mi novio me pregunto, que pasó, cómo terminó? Se murió. Conteste al instante y sin pensarlo. Cuando me di cuenta de lo que había respondido vine a buscar a la computadora un respuesta. Como dijo alguien en un comentario que leí por ahí, es muy triste pensar en que Hajime muera. Durante la lectura, no logré aceptar su obsesión con Shimamoto, todo lo que el en su cabeza guardaba, todo lo que con ella había vivido. Quizás si logré entenderlo a el y anhelar algo pasado, algo que tanto bien le había hecho. Viví algo semejante hace algunos años, en lo que vivía recordando una relación que ya no existía y que no me permitía seguir adelante, pero pude superarla. No obstante, logre encariñarme con Hajime, sentir empatia por él, es por eso que llegar al final del libro y aceptar su muerte me pareció tristísimo. Hay algo muy cierto que dijiste en tu artículo, despues de leer a Murakami sales con el corazón mal trecho. Antes de leer esta novela leí Tokio Blues...Nada más, pido perdón si no se entendió nada de lo que dije, a veces me cuesta ordenar mis ideas por escrito. Saludos, Ignacio.

Anónimo dijo...

acabo de terminar el libro, estoy absorta, completamente desconcertado, me aterra una muerte al final y al mismo tempo tantas incógnitas inundan mi mente, no entiendo, ¿qué pasa? y Shimamoto? y Yukikio? no comprendo y creo que seguiré con estas incógnitas por mucho tiempo.
Es el primer libro que leo de Murakami.

Anónimo dijo...

Acabo de terminar de leer "Al sur de la frontera..." y me dio unas ganas inmediatas de meterme a leer comentarios e interpretaciones. Es el primer libro que leo de este autor y tenía no muy buenas referencias... me parecía que era un autor como "publicitado" y eso siempre me genera desconfianza. De todas maneras, al terminar de leer, la sensación fue de zozobra y nostalgia. Y eso, para mí, siempre es bueno. Me gustan los libros que generan extrañeza, que hacen "laburar" al lector. No me gustan las fórmulas ni las tramas absolutamente cerradas. El hecho de haberme acercado a la compu a buscar comentarios de otros lectores ya le augura un buen lugar en mi biblioteca a este autor.
¿Que Hajime muere?? No se me había ocurrido... por supuesto que la muerte tiene un lugar importante en esta novela, pero yo lo asocié más a la vejez, al paso del tiempo y al soltar. A la imposibilidad de hacer presente el pasado; a la renuncia de las ilusiones de completud y a la aceptación del vacío. Me hizo acordar un poco a la trilogía del director de cine Linklater ("Antes del amanecer", "Antes del atardecer", etc): renunciar a lo ideal para vivir lo real. Entre el ideal de la infancia/adolescencia y la muerte sí HAY término medio; se llama "presente" (es lo que no le podía dar Shimamoto a Hajime). Ese presente es esa mano cálida que se apoya en su espalda al final y lo "trae de vuelta" (la de Yukiko? la de una de sus hijas?). Esta es mi lectura... entre tantas otras, tal vez menos optimistas!

Anónimo dijo...

He terminado la novela hace apenas un par de horas, y veo que hay muchas opiniones interesantes al respecto.

Por lo mismo siento la necesidad de decir mi propia opinión.

En pocas palabras, siento que el protagonista nos hacer ver aquello que (como muchos artistas piensan) es el descubrimiento de que el primer amor es el verdadero. No me creo un experto en el tema, pero siendo además un escritor principiante, veo esta referencia en muchos lados (ya sea en libros, música, experiencias dentro y fuera de mi vida, etc).

Y por el final, se me hace algo cruel dejar las cosas como fueron planteadas, a tal grado de creer que el protagonista estuviera desquiciado e imaginara toda aquella realidad (algo que, aun con la crueldad y la tristeza, se me hace un muy buen recurso)

Esa idea de la muerte es buena, pero dando mi opinión, se me hace un poco salida de tema, y aunque si hay podría haber relación (por el entorno tétrico de las ultimas hojas), no creo que ese sea el verdadero mensaje de la obra. Aunque esto es solo mi opinión, siendo el futuro lector el quien le dará su propio sentido.

Sin mas que decir, me gusta, sencillo y complicado, siendo para mi "la cruda realidad que nadie quiere ver".

Anónimo dijo...

Magistral, primer libro que leo de este autor y sencillamente magistral. Si muere o no muere Hajime eso no tiene importancia, al final sólo queda el desierto...

Anónimo dijo...

Me encantó. Lo he devorado, comencé a leer y no pude parar. Estoy de acuerdo en la teoría de la muerte de Hajime, de hecho, Shimamoto estaba en su imaginación... ni sufría cojera.
Sin duda Murakami nos hace pensar, y sabe conducir hacia el abismo que a veces nos crea la propia existencia.
Es el segundo libro que leo de él, y el que más me ha gustado, pero no por ello voy a dejar de recomendar el otro, "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo", en la misma línea de hacer bailar al lector entre el mundo real y el de los sueños.

Jazmín dijo...

una joya de la litearura de nuestros tiempos.
Yo llegué a la conclusión de que Hajime muere, no en el sentido lietarl sino espiritualmente. su alma muere. Ya que era Shimamoto quien llenaba su vacío, y ésta al desaparecer genera en Hajime grandes cuestionamientos acerca de su propia existencia... entre esos dos mundos, EL SUR DE LA FRONTERA (un lugar irreal al cual huir) no menos importante que el OESTE DEL SOL (otra vía de escape).
Finalmente cuando toma conciencia de ese vacío interno (a causa de la desaparición de shimamoto), decide hacer algo con él e intenta recuperar nuevamente a su esposa, a sus hijas y a su vida de siempre. Pero su inconciente lo traiciona...
y termina diceiendo que miraba y pensaba en el mar (en su vida, la misma existencia) hasta que alguien viene y posa suavemente su mano en su espalda (el mundo real, su esposa, sus hijas) y hajime sigue pensando en el mar, es decir en esa idea nostáligca, melancólica, que se apodera de su inconciencia y no le permite seguir viviendo felizmente, ya que su alma ha muerto con shimamoto

Anónimo dijo...

Acabo de terminar de leer y re releer , dos veces , los capítulos finales de libro Al sur de la frontera ,al oeste del sol , venia de leer Tokio blues , y si bien me gusto me dejo un sabor de melodrama pero por lo menos entendí el final de una historia marcada de suicidios y demás del que el protagonista trata de salir airoso ,sano , a pesar de todo, nunca antes me había pasado de ir atravesando una novela que te va atrapando , que vas entendiendo el hilo de pensamiento de los protagonistas , y de golpe en tres paginas literal te deja en un vacío igual que el de Hajime sin entender , sin saber si te perdiste de algo , por eso ante la duda releí varias veces los capítulos finales ,mi humilde conclusión es que Hajime , dispuesto a dejar todo por Shimamoto ,al ella desaparecer , dps de haber tenido una noche de amor compromiso entrega absoluta , el sabe que no quiere volver a ser el gris , ni vivir la soledad , Shimamoto parece un fantasma , tal vez fue real , pero del que el no sabe nada de ella , de su vida real , escena ultima , el decide que quiere seguir en familia , no puede levantarse de la silla del bajón y depresión de que lo de shimamoto real o no no pudo ser , y no deja de mirar el mar y la nube que esta por explotar sobre el en lluvia , donde esta el hijo de shimamoto y quizá también detrás de su hijo decidió partir ella , y Hajime lo entendió así casi al perderla en la carretera .
Quizás parezca muy naif mi conclusión , la mano que se apoya en su espalda es la de su mujer o sus hijas y lo traen a la vida real de nuevo con ternura y calidez ,sin incertidumbres sin " quizás" ni vacíos sigo igual pensando , bastante confundida por sus distintas interpretaciones , pero tampoco esta tan bueno que un libro te genere tanta duda y ansiedad , para mi la lectura y leo mucho es un bálsamo , aunque sea un drama que me deje llorando , pero no me divierte , no entender , terminar de leer a un gran escritor y tener que releer una y otra vez y buscar en blogs opiniones que nunca me hubiera imaginado , perdón tal vez soy demasiado simple

Ángel Ortiz dijo...

Pero, ¿qué pasa con el sobre de los 100 mil yenes? ¡Ah!

Diana dijo...

Este in de semana lo compro, gracias Gabriel!!

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo con tu interpretación. Shimamoto siempre se aparece en su bar cuando llueve. La lluvia final, la mano en la espalda, la inmovilidad. Lo que quisiera saber es cual es la pregunta que Yukiko está esperando que me hagan

Angel GarMol dijo...

Rayos, en quince días ya leí Tokio Blues, After Dark y el primer libro de 1q84 ...y antes de leer el segundo me estaba preguntando si comprar Al sur de la frontera al oeste del sol o En el fin del mundo y un despiadado país de las maravillas.