sábado, 19 de noviembre de 2011

Pinche Buen Fin


Nunca me ha gustado ir de compras. Mucha gente en las tiendas, probarse cosas, tomar la decisión de que llevar y que no, caminar por los centros comerciales sin encontrar lo que se quiere, buscar el mejor precio. En fin, para mí es un martirio. No comprendo a las mujeres, y menos a los hombres, que disfrutan pasar horas probándose ropa y recorriendo aparador tras aparador. Por eso, cuando no me queda otra opción y tengo que ir a comprar algo a un almacén, prefiero hacerlo en días y horas poco comunes. Lunes por la noche, o miércoles por la mañana, por ejemplo. Esta antipatía a las compras es la que pensaba me mantendría a salvo de la fiebre de consumismo de éste fin de semana.

Una vez más me equivoqué.

A lo mucho tendrá un mes que me enteré del Buen Fin. Una dinámica impulsada por el gobierno y la iniciativa privada para reactivar la economía nacional, y en la que durante un fin de semana entero, muchas tiendas y comercios tendrán descuentos y promociones especiales en sus productos. Para facilitar el flujo de dinero, varias dependencias gubernamentales adelantaron una parte del aguinaldo a sus trabajadores. Tal y como sucede en Estados Unidos o en las grandes capitales europeas, se pretende instaurar el Buen Fin como una costumbre anual que genere ingresos significativos.

Lo anterior me provocaba sentimientos encontrados. Por un lado las ofertas y oportunidades de pago pueden significar una buena oportunidad para que la población pueda comprar varios productos sin gastar tanto. Aunque también es un abuso forzar a la gente a gastar antes de tiempo. Habrá quien no se pueda controlar, se endeude más de la cuenta y la cuesta de enero le llegue antes de tiempo.

Redacto éste post en pleno Buen Fin. Desde el 18 (ayer) y hasta el 19 de noviembre los promocionales en medios de comunicación no dejan de invitarnos al consumismo de una manera tan insistente, que incluso a mí, que soy un Grinch de las Compras me hicieron querer ir al centro comercial más cercano y comprarme algo. Por más que en días anteriores jurara y perjurara que nada me haría querer ir a desembolsar el poco dinero que tengo, terminé por sucumbir a la tentación.

Ayer desde muy temprano varios compañeros del trabajo hablaban de lo lleno que ya estaban los centros comerciales. Incluso a uno de ellos le habló su mamá, que estaba en una tienda, para preguntarle qué pantalla de plasma le convenía más comprar. Por la tarde decidí ir a ver de cerca el fenómeno provocado por el Buen Fin. Llegué al centro comercial y lo encontré a reventar. Era un viernes por la noche y aquello parecía domingo por la tarde. Los pasillos, las escaleras y cada una de las tiendas estaban llenísimas. Personas cargando cajas de aparatos eléctricos, bolsas con ropa y filas enteras para sacar dinero de los cajeros automáticos. Si bien la inmensa mayoría de los locales anunciaban ofertas, eran contadas las que valían la pena.

Entré a la tienda de discos. Todos los discos compactos nacionales estaban a 99 pesos. Tome dos. Entonces dude sin comprarlos o no. De pronto me entró remordimiento por unirme a esa vorágine de compra-venta. Entré al Sanborns. Vi más discos. Y libros. Y hasta celulares. Me pasé a otra tienda deportiva. La ropa Adidas también estaba de oferta. Fui a más almacenes. Más ofertas se me iban metiendo a la cabeza. De pronto me sorprendí haciendo cálculos de cuanto gastaría si me compraba tal o cual cosa que honestamente no necesitaba. Entonces vino el mareo. Tanta gente. Tantas filas. Tantas bolsas. Tanto barullo me comenzaba a desesperar. Tuve que salir de la plaza a tomar aire. Mi alergia a las compras había vuelto.

Decidí retirarme sin comprar nada. A medio camino decidí regresar. Algo me hacía sentirme mal por ser el único idiota que no aprovecha las grandes oportunidades que ante mí se mostraban. De mala gana volví a la plaza comercial que para ese entonces era un hormiguero. Me puse de mal humor. Los compradores compulsivos que me rodeaban me causaban repulsión y odio. No compartía su felicidad por gastar. Me sentía pobre y miserable. Al final para no sentirme raro compré dos discos. Con el descuento sólo pagué 190 por ambos. Quién lo diría, después de todo sí ahorré. Aunque también me sentí culpable por no haber sido fuerte y haber caído en el jueguito del gobierno.

Aun en el camino de regreso me topaba con personas felices, llenas de cajas y bolsas que sabrá Dios cuando acabarán de pagar. Mi enojo con el mundo seguía. Pinche Buen Fin, me hiciste caer en tus garras. Ahorita todos te aman, pero verás cómo te odiarán más que yo cuando lleguen los primeros recibos de pago.

En fin, ya liberé mis traumas. Ojalá y su historia durante éste Buen Fin sea diferente a la mía. Aunque algo bueno me dejó todo esto, me hice de este disco que desde hace semanas quería, y que la verdad está muy bueno:


5 comentarios:

El hombre del traje gris dijo...

Yo por eso mejor ni me he arrimafo...

drneon dijo...

Bueno, a fin de cuentas tenemos que entender que el comercio termina dándonos empleo a los productores, maquiladores, comerciantes, publicistas y en buena medida a todo mundo.

Por cierto, felicidades por lo de soups.com Buenas cosas llegan a quien sabe esperar.

gabriel revelo dijo...

hombre del traje gris: ¡hiciste bien!

drneon: claro, entiendo esa parte del empleo, y de hecho es lo bueno de esto. el resto son sólo molestias pasajeras. gracias por la felicitación querído pedro, te mando un abrazo.

Anónimo dijo...

Ah. Es que todavía no tienes que hacer compras necesarias como zapatos o tenis pa la escuela, el hijo ya crecio y necesita pantalones. Urge comprar pa los reyes. En fin, el buen fin para mi ni valio la pena soy de esa pobre gente que necesita ahorrar solo para lo necesario. No pude comprar una pantalla de 50 pulgadas. Ademas ni la necesito, lo cierto es que no habia grandes descuentos solo meses sin intereses. El buen fin solo me dejo con antojos innecesarios.july

gabriel revelo dijo...

july: pues sí, creo en su momento me preocuparé por esos gastos... aunque ni en ese entonces, ni ahora creo poder darme esos lujos jajaja.