domingo, 4 de octubre de 2009

Esos que viven sin mí


Definirme debe ser difícil, por lo menos yo no puedo. Me sería imposible definirme dentro de algún parámetro preestablecido. A ciencia cierta no sé quién soy. Algo muy dentro de mí me dice que no soy una sola persona, sino una especie de condominio habitado por muchos ‘yo’.

Todos diferentes e independientes entre sí. Algunos son amigables, otros nefastos. Unos decentes, otros unos completos pervertidos. Pero todos yo. Por eso a veces, cuando tengo reacciones extrañas hacia las personas, mi pretexto es decir que en realidad el responsable de mis acciones no soy yo, sino otro más. Aunque si partimos de la primicia de que ni yo tengo la menor idea de quién soy, la situación se complica.

Supongo que todo depende del lugar. El Gabriel que diario trabaja en una oficina, seguramente es muy diferente al Gabriel que va a un estadio. Y a su vez, éste difiere del que se sienta a escribir en las tardes, o de aquel que intenta conquistar a alguna chica, o el que sale con sus amigos de la universidad. El problema empieza cuando un Gabriel se mete en el espacio de otro Gabriel. Entonces empieza una guerra por ocupar un espacio destinado sólo a uno, y es ahí cuando hago cosas indecibles y que después terminan llenándome de vergüenza.

Los más osados o estudiosos de la ética, dirán que lejos de tener problemas de múltiple personalidad, en realidad sólo tengo un pequeño conflicto entre mi parte animal y mi parte racional. Puede ser. También cabe la personalidad de considerar que padezco ‘Trastorno Bipolar’, aunque yo diría que en mi caso es Tripolar. O igual nada más exagero. La verdad no me importa saber qué tengo ¿para qué si de todas formas voy a seguir siendo muchas personas? A veces parezco niño de cinco años, hago tonterías, juego con muchas voces, salto en las camas, grito y hasta a veces juego con muñequitos. Pero otras, ando de un serio que ni yo me la creo, opino de política, de temas religiosos, visto con zapatos y pantalón de vestir, y escucho boleros de Armando Manzanero. Entonces, ¿quién soy? ¿Él que ve Gokú y se emociona, o aquel que es perfectamente capaz de pasar una tarde entera en un museo? ¿Aquél que luego se siente más cachondo que una olla express o aquel que es él más calculador a la hora de abordar al sexo opuesto?

¿Quién diablos soy? Me gusta ver caricaturas, también programas culturales. Odio las telenovelas, pero vi 'Rebelde'. Estoy a favor de la eutanasia pero no del aborto. Lloro con demasiada facilidad, cualquier cursilería es más que suficiente para que en segundos tenga los ojos rojos. Pasé años enamorado de la misma persona, que dicho sea de paso, parece ni se enteró. Añoraba el amor, decía estar preparado para amar, pero en cuanto éste llegaba huía. Ahora alguien llegó a mi vida e intento adaptarme lo más pronto posible. Leo clásicos de literatura y también el TVNotas. A veces siento que soy el mejor escritor del mundo, un día después me leo y siento que mi sobrino de ocho años redacta mejor. Me fastidian los sábados, y también estar solo, aunque cuando estoy con alguien más, a veces lo que más deseo es que me dejen solo.

Supongo que debería cambiar mi nombre por el de Contradictorio.

Ahora mismo estoy inmerso en una diablura más que otro de mis ‘yo’ hizo. Aun no sé si lo que hace unas horas me parecía tan divertido traerá consecuencias. No me gusta comportarme así, o más bien, el ‘yo’ que soy en estos momentos reprueba mis últimas conductas, por más que después, el ‘yo’ que esté al mando las aprueba y pero aun, se atreva a repetirlas. Eso es lo malo de ser el resultado de meter en una licuadora gigante a un aprendiz de escritor, un novio, un gruñón, un niño de siete años, un intelectual, un depravado sexual, un buen hombre, un comediante, un bohemio romántico, un holgazán, un fan del Atlante, un cursi, un mentiroso y unos cincuenta individuos más que aun no logro identificar, pero que ya han hecho de las suyas.

Cada gente con la que trato, seguramente conocen un ‘yo’ muy particular. No soy el mismo con nadie en ésta vida. Y eso me preocupa, aunque no tanto. Ahora mismo, mientras escribo sé que no soy ni la mitad de lo que proyectas mis letras. Soy menos. Más débil e inseguro de lo que podrías imaginar.

Me marcho. El ‘yo’ de las maldades dice que es su turno de ocupar el juguete que es mi cuerpo. Lo malo es que a veces me lo entrega golpeado y con más líos encima de los habituales.

5 comentarios:

XND dijo...

"Aquél que luego se siente más cachondo que una olla express"

...Ay Gabito... si supieras lo que sé.

Pero sí, luego te pones insoportable.

:P

Saludos güerco.

XND dijo...

"un día después me leo y siento que mi sobrino de ocho años redacta mejor", Ay Gaby, la neta es que te he cachado unas faltas de hortografía, tr-men-das.
Cuída más éso, si quieres puedo ser tu editor.
Bueno no porque el editor quita cosas, mejor solo revisor. ;)

XND dijo...

Y para terminar, en cuanto comencé a leer, me dio la impresión de que ya habías escrito ésto antes. ¿Ya lo habías escrito?

En fin. Igual o fui yo el que escribió algo parecido. Se llama empatía, supongo.

Saludos.

drneon dijo...

Mi querido Revelo? pero pues quién puede ser totalmente transparente en esta vida?

Vamos, si ni siquiera existe un solo héroe que no oculté una oscura ambición o un padre de familia respetado que no haya visitado un table dance ¿Qué se puede esperar de los ciudadanos de a pie?

Quién no tenga al menos un demonio interno purgando en su interior que arroje la primera piedra.

Yo al menos diré, porque me corrsponde hacerlo, que el Revelo que percibo es un tipo talentoso que no se anda con falsas poses de intelectual o de tipo cool...

Un hombre sincero al fin.

saludos!

gabriel revelo dijo...

jony: pues sí, ya lo había escrito hace más de dos años, pero decidí reciclarlo y cambiarle un par de cosillas. y sí, luego escribo medio feo jejeje, sobre todo en twitter, pero sabes, es como correr, nadar y todo en la vida, 'la práctica hace al maestro' y pues 'hasta al mejor cazador se le va la liebre' jejeje. podrías ser mi revisor pero el suelod es bastante bajo. tú sabras.

doc neón: gracias por tener esa opinión de mi... y más por no hacerme sentir tan raro. como siempre, un placer leerte. saludos!