Creo que me estoy enamorando; de nuevo a destiempo y de la persona equivocada. Una vez más, para variar, estoy actuando impulsivamente y sin pensar en las consecuencias que ésta entrada pueda tener.
Me siento un poco estúpido ¿por qué estas cosas sólo me pasan a mi?. Llevo media hora viendo una y otra vez las fotos del Hi5 de una chica. Su nombre es Paulina López Lacorte y tiene mi edad. Aunque hoy en día somos casi desconocidos en algún momento nuestras existencias coincidieron durante tres años, cuando estudiábamos la preparatoria en el Instituto Don Bosco (IDB), escuela de padres salesianos.
Cada uno por su lado fuimos parte de la generación 1997-2000. Yo sabía que ella existía, le decían ‘La Polla’ y formaba parte de ‘las gemes’, uno de los grupos femeninos más populares de la prepa. Yo, en cambio, era un tanto solitario, que todo el tiempo traía un libro bajo el brazo en lugar de un balón o el brazo de una chica y siempre andaba muy aparte de los estándares de la popularidad y la vida social ‘normal’ de aquella institución educativa. Lo cual era una tontería, pues ya en la universidad me di cuenta que uno no tiene que cambiar nada para encajar perfectamente dónde sea. Como ya he comentado en varias ocasiones en este blog, apenas me estoy reconciliando con el yo del siglo pasado.
Ella... o... ¿él tiempo me dará la licencia suficiente para tutearme con ella? ... mejor dicho, Paulina, a la distancia siempre me cayó bien. Pocas veces la vi malhumorada, siempre rodeada de amigos y con la risa en los labios. A todas horas simpática ella, a sus 17 años no me atraía mucho que digamos, aunque, debo reconocer que ya era guapa.
No describiré mis tres años en la preparatoria del IDB, pues de esos tiempos podría escribir como cien entradas diferentes y ¿cuál es la prisa?. Resumiré todo en que dediqué los tres años a estar enamorado en secreto de María Esperanza (si sigo poniendo nombres a diestra y siniestra, un día de estos me meteré en un problema). Por supuesto, dicha tarea me mantuvo tan ocupado, que ni tiempo de ver a otras compañeras tenía. O más bien si lo tenía, pero por esos tiempos convencí a escribir... ¡exacto!... sobre Esperanza.
Llegó el nuevo milenio, el mundo no se acabo y yo terminé la preparatoria, salvo honrosas excepciones (ellos saben quienes son) sin haber hecho grandes amistades. A Paulina, junto con casi el total de mis compañeros salesianos casi inmediatamente les perdí la pista.
Siete años después el destino me ha llevado de manera casi fortuita a encontrar a algunos de ellos por obra y gracia de la tecnología, principalmente, por cortesía del sitio Hi5. Y es que, al menos en este sitio, lo que hace que uno termine por registrarse y subir sus propias fotos es el morbo. Morbo por ver que hacen las amistades de uno, morbo por ver quienes son las amistades de estas, morbo por encontrar viejos conocidos y ver si a ellos les ha ‘ido tan mal’ como a uno, etc. Si ese morbo por el morbo de los demás crea una retroalimentación, entonces no tendría porque sentirme del todo extraño aquellas noches en las que en altas horas de la noche me sorprendí buscando a mis compañeros salesianos que algún día dejé despreocupadamente a su merced.
Fue en uno de tantos desvelos en el que encontré el perfil de la señorita López Lacorte. Después de meditar unos segundos, a modo de ‘haber que pasa’ le mandé una invitación para que me aceptará como amigo de su perfil. Pasaron uno, dos días, tres semanas, un mes y nada. Lo gracioso era que otros compañeros de generación si me agregaban sin problema alguno. Pensé que como era de esperarse Paulina ni se acordaba de mi.
Más tarde que temprano me agregó a sus contactos, pero por decidía no revisé su perfil ni las fotos de éste ¡Gravísimo error!.
Hace un par de mañanas, para matar el tiempo me puse a explorar mis contactos de Hi5 y entré al de Paulina. Alguien debía de haberme prevenido de lo que vería, por lo menos el impacto hubiera sido menos sorpresivo. Resulta que ahí estaba ella, congelada en fotografías que ella misma selecciono, ignoro si a propósito, para que incautos como yo naufragaran en ellas.
Me siento un poco estúpido ¿por qué estas cosas sólo me pasan a mi?. Llevo media hora viendo una y otra vez las fotos del Hi5 de una chica. Su nombre es Paulina López Lacorte y tiene mi edad. Aunque hoy en día somos casi desconocidos en algún momento nuestras existencias coincidieron durante tres años, cuando estudiábamos la preparatoria en el Instituto Don Bosco (IDB), escuela de padres salesianos.
Cada uno por su lado fuimos parte de la generación 1997-2000. Yo sabía que ella existía, le decían ‘La Polla’ y formaba parte de ‘las gemes’, uno de los grupos femeninos más populares de la prepa. Yo, en cambio, era un tanto solitario, que todo el tiempo traía un libro bajo el brazo en lugar de un balón o el brazo de una chica y siempre andaba muy aparte de los estándares de la popularidad y la vida social ‘normal’ de aquella institución educativa. Lo cual era una tontería, pues ya en la universidad me di cuenta que uno no tiene que cambiar nada para encajar perfectamente dónde sea. Como ya he comentado en varias ocasiones en este blog, apenas me estoy reconciliando con el yo del siglo pasado.
Ella... o... ¿él tiempo me dará la licencia suficiente para tutearme con ella? ... mejor dicho, Paulina, a la distancia siempre me cayó bien. Pocas veces la vi malhumorada, siempre rodeada de amigos y con la risa en los labios. A todas horas simpática ella, a sus 17 años no me atraía mucho que digamos, aunque, debo reconocer que ya era guapa.
No describiré mis tres años en la preparatoria del IDB, pues de esos tiempos podría escribir como cien entradas diferentes y ¿cuál es la prisa?. Resumiré todo en que dediqué los tres años a estar enamorado en secreto de María Esperanza (si sigo poniendo nombres a diestra y siniestra, un día de estos me meteré en un problema). Por supuesto, dicha tarea me mantuvo tan ocupado, que ni tiempo de ver a otras compañeras tenía. O más bien si lo tenía, pero por esos tiempos convencí a escribir... ¡exacto!... sobre Esperanza.
Llegó el nuevo milenio, el mundo no se acabo y yo terminé la preparatoria, salvo honrosas excepciones (ellos saben quienes son) sin haber hecho grandes amistades. A Paulina, junto con casi el total de mis compañeros salesianos casi inmediatamente les perdí la pista.
Siete años después el destino me ha llevado de manera casi fortuita a encontrar a algunos de ellos por obra y gracia de la tecnología, principalmente, por cortesía del sitio Hi5. Y es que, al menos en este sitio, lo que hace que uno termine por registrarse y subir sus propias fotos es el morbo. Morbo por ver que hacen las amistades de uno, morbo por ver quienes son las amistades de estas, morbo por encontrar viejos conocidos y ver si a ellos les ha ‘ido tan mal’ como a uno, etc. Si ese morbo por el morbo de los demás crea una retroalimentación, entonces no tendría porque sentirme del todo extraño aquellas noches en las que en altas horas de la noche me sorprendí buscando a mis compañeros salesianos que algún día dejé despreocupadamente a su merced.
Fue en uno de tantos desvelos en el que encontré el perfil de la señorita López Lacorte. Después de meditar unos segundos, a modo de ‘haber que pasa’ le mandé una invitación para que me aceptará como amigo de su perfil. Pasaron uno, dos días, tres semanas, un mes y nada. Lo gracioso era que otros compañeros de generación si me agregaban sin problema alguno. Pensé que como era de esperarse Paulina ni se acordaba de mi.
Más tarde que temprano me agregó a sus contactos, pero por decidía no revisé su perfil ni las fotos de éste ¡Gravísimo error!.
Hace un par de mañanas, para matar el tiempo me puse a explorar mis contactos de Hi5 y entré al de Paulina. Alguien debía de haberme prevenido de lo que vería, por lo menos el impacto hubiera sido menos sorpresivo. Resulta que ahí estaba ella, congelada en fotografías que ella misma selecciono, ignoro si a propósito, para que incautos como yo naufragaran en ellas.
***
Es ella, pero no es la misma. Está convertida en toda una mujer, su rostro refleja mucha más inocencia y ternura que a sus diecisiete. Vamos, la encontré radiante, bella, irresistible. Vi sus cinco primeras fotos y no lo podía creer, tenía tiempo que una mirada no me cautivaba así. Mucho menos a través de un monitor. Veo la séptima, la octava, la novena foto y no le encuentro defecto alguno, lo cual es preocupante si lo analizamos fríamente: Repentinamente siento una gran atracción por una mujer que para empezar, es encantadora. No la veo desde principios de siglo y para colmo, cuando la veía a diario nunca crucé más de diez palabras con ella. ¿Así, o más jodido el asunto?.A lo anterior, podemos agregar la problemática del desconocimiento. Lo único que sé de ella son datos que cualquier fan puede obtener de su perfil Hi5: Es Ingeniera Bioquímica Industrial, acaba de ser su cumpleaños y no hace mucho tiempo viajo a las Vegas y Vancouver. Eso sé. Ignoro, en cambio, si tiene novio (pretendientes seguro) o está enamorada; y lo más importante, no sé si se acuerda de mi.
Algo en mi interior me dice que no, que mejor deje de estar haciendo el ridículo y dando lastimas públicamente. No así esa mirada de las fotos que me exigen que haga algo, que no vuelva a ser el indiferente que hace años la dejó pasar de largo. La veo inalcanzable, como quién ve a su actriz hollywodense favorita sin atreverse a nada más que ver su foto en un espectacular tan grande como mis dudas. Pensar que pensaría ella si leyera esto me produce mareo ¿se reiría?, ¿diría, pobre wey, qué se cree?, o ya de plano, ¿y éste quién es?. Muchas posibilidades, aunque esa luz de su mirada me dice que ella es incapaz de pensar así y mínimo se tomaría la molestia de leer este texto completo.
No sé que hacer. Conociéndome nada. Cuando mucho le mandaré un mensaje por Hi5 para que lea esta entrada. Es un enamoramiento, de una imagen, tan invisible e intangible que esta muy lejos del amor real, pero que importa estar más lejos o más cerca del sol, si de todas formas éste nos brindará su calor.
Igual y me meto en un problema pero no me importa. Alguien tenía que decirle, aunque sea a destiempo, lo hermosísima que estos años la han puesto.
*** la foto la tomé prestada de su hi5 (espero no se moleste). Es del día de su cumpleaños. Aparece con DJ Max.
8 comentarios:
ten cuidado de enamorarte , pero peor de no enamorarte.
besos desde aqui.
Es mejor querer y después perder que nunca haber querido, el mundo es de los que se atreven no de los que nunca fallan ¿quien dijo que el error es malo? esta errado definitivamente.
Me pasó lo mismo que a ti, y resultó un fracaso, lo peor es que aunque sea por Hi5 duele hasta la madre!!
Pero bueno, no hay reglas acerca de esto, alomejor puede resultar muy bien lo tuyo, suerte y mantenos informados
humm creo que esta historia algo parecida la escuche entre la pequeña y el cubano apatrida (dueña e inquilino de la casa habitada por la morena
y si sigo el ejemplo de ellos su historia es preciosa que tambien se conocieron por hi5 espero que a vòs tambièn te vaya bien y como dice pame si te enamoràs pues en en hora buena ;)
solo a seguir instintos ...
y que todo vaya bien
no se tù pero enamorarse es muy rico.
Uy Mano, si supieras la cantidad de gente que nos pasamos viendo las fotos en HI5... ay dolor, ya me volviste a dar! sniff!
Hasta parece que les ponen ahi de a drede las muy mulas.
Te entiendo perfectamente...
Saludos!
ke onda gabriel, mira en buenisima onda yo te entiendo y pues yo se ke es algo dificil esto ke te esta pasando pero lamento desilucionarte ya ke yo soy su novio y pues la neta no me molesta ke pienses eso de ella al contrario pero kiero ke mejor dejes todo asi y no provocar un problema vale!! o por si no me crees pregunta donde vive y te diran ke en la unidad modelo ok.. espero dejes todo en paz porfavor y dejarte de viajar tan cabron por alguien, recuerda ke hay nmil chavas en las ke puedes llenar tu corazon cuidate mucho saludos..
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