jueves, 19 de julio de 2007

Notas de Acapulco

¡Santa Claus, Santa Claus, viejo barrigón… le pedí una vieja y me trajo un maricón!

La frase anterior, corresponde al estribillo de una canción que varios niños cantan a los turistas en la playa de Puerto Márquez, en Acapulco. Junto con Caleta (playa a la que me dirigiré después de publicar éste post) son dos de las playas más populares de la zona.

Podría decirse que a ellas va todo tipo de turismo, pero principalmente la gente más humilde (por eso voy yo). Para que se den una idea, imagínense una pequeña extensión de mar y arena, y muchísima, pero muchísima, pero muchisisima gente. Todos amontonados en sillas y sombrillas para el sol. Música de cumbia o salsa por todos lados, niños corriendo, bolsas de frituras por todos lados y un calor de más de treinta grados. Gran parte de las señoras (no sé por qué) acostumbra meterse en estas playas con ropa. Principalmente lo hacen las señoras ‘ya mayores’ y pasadas de peso (dígame don varita de nardo, pensarán los lectores) que entran al mar en brassiere, camisón, fondos y demás ropa interior desgastada y transparente, haciendo de lo que debería de ser el paraíso, una imagen de la entrada al infierno de ‘La Divina Comedia’. Total, que a ese lugar pintoresco, pero muy mexicano voy en unos momentos.

Ayer, además de ir a Puerto Márquez y comer un delicioso ‘Pescado a la Talla’ (pescado asado con un rico picor, acompañado de papas y arroz) di un paseo por Acapulco Diamante (zona más lujosa de aquí, alejada del centro de la ciudad). En esta zona, se están levantando interesantes y modernos complejos arquitectónicos entre los que se encuentran hoteles de gran turismo, el estadio sede del Abierto Mexicano de Tenis, tiendas y restaurantes exclusivos, edificios que albergan condominios y penthouses de ensueño, etc. Adornado con jardines, campos de golf y palmeras, recorrer está avenida en Punta Diamante es una delicia. No es por causarles envidia, pero imagínense a su servidor en su auto, con los vidrios abajo justo a las seis de la tarde, manejando a unos 30km/h en medio de estos edificios que no le piden nada a ningún destino turístico del mundo. Ah, y por si fuera poco, con una Coca Cola en lata bien fría.

Otros años, me he dedicado a caminar Acapulco, principalmente en la zona de la Costera (el principal corredor turístico de la Bahía), en el que lo mismo encontramos hoteles, bares, restaurantes, parques, playas o centros comerciales. Pero este año decidí variar. Manejar las carreteras que llevan a Píe de la Cuesta, La Quebrada o Revolcadero es maravilloso. Sentir la brisa del mar mientras uno surca esas curvas en lo alto de los cerros que rodean Acapulco y mirar los paisajes de un mar azul intenso y un cielo despejado es lo mejor. Tan maravillosa es la vista que mejor detuve el auto en un mirador (no fuera a ser que por andar viendo el paisaje me saliera del camino).

Hablé de La Quebrada. Es un acantilado en el que lugareños se arrojan al vacío, desde una altura considerable, calculando caer al agua justo en el momento en el que la ola esta llegando. Un retraso sería mortal, pues el fondo está lleno de rocas.

Quisiera seguir escribiendo más y más de Acapulco, pero sería casi un pecado quedarme aquí escribiendo en lugar de ir a disfrutar del sol que en estos momentos cae a plomo.

Son muchos Acapulcos. Lo contradictorio es que entré Puerto Márquez y Punta Diamante sólo haya un par de kilómetros de distancia. Tantas realidades, tantas diferencias y sin embargo, todas encajan dentro de un concepto. Como piezas de un rompecabezas, se complementan y forman una maqueta a escala de la realidad latinoamericana.

Para concluir, del alarmante número de ejecuciones que ha habido en el Estado de Guerrero a manos del narco y principalmente en Acapulco ni sus luces. He caminado sus calles de día y de noche (con un poco de precaución, eso sí) sin encontrar indicio alguno de violencia.

Mi próxima entrada la publicaré ya (me lleva el demonio) en la Ciudad de México.


Costera Miguel Alemán.
Acapulco, Guerrero
12:30hrs

5 comentarios:

la dueña dijo...

gabriel, me estas dando envidia en lima en pleno otoño que màs parece invierno ¡aiii como extraño el verano! q ganas de ver todo lo descrito en tu post.
besos.

GOMÍS dijo...

En Lima están en otoño y no en invierno??? Esa sí es noticia!!!!
Pamela, qué en Lima no están en invierno desde el 21 de junio???

... Y hablando de países latinoamericanos, creo que ninguno se escapa de tener los contrastes de millones y mansiones con los de pobreza y muertos de hambre; una lástima y una realidad.

Sigue disfrutando de los contrastes y del clima de Acapulco!!!

Enakam dijo...

Qué bueno que estes disfrutando de tus días en Acapulco!

Saludos!

Karen dijo...

aqui hace friooooo!!!!!!

y se estan congelando mis huesitos...

bruuuuuuu....

la dueña dijo...

paseaba a saludarte
un beso.