miércoles, 16 de diciembre de 2015

“Michael Jackson Hot-Joto, con Bibi Gaytán", y otras incoherencias de cuando uno va en la primaria

Cuando somos niños decimos muchas estupideces -luego crecemos y decimos todavía más-. Y es que, es en esta época de nuestras vidas cuando nuestra mente inocente comienza a retorcerse de forma perturbadora. 

No digo que en la Primaria nos volvamos unos seres endemoniados, sino simplemente nuestra boca va más rápido que nuestro cerebro, y si a esto le sumamos la poca experiencia que tenemos en la vida, pues es fácil explicar por qué nuestra cabeza termina formulando pensamientos incoherentes. 

A continuación enlistaré cinco ejemplos de pensamientos o actitudes carentes de sentido, de los que fui testigo cuando iba en la primaria.

1. “Mejor cómprate unas herramientas” 

Cursaba el quinto grado de primaria y después de ahorrar por semanas me había comprado una figura o-r-i-g-i-n-a-l de uno de los Caballeros del Zódiaco. Obviamente lo quería presumir y lo llevé a la escuela. Fue en el recreo cuando un par de amigos me dijeron que había hecho muy mal por haber gastado mi dinero en un muñeco. El argumento de uno de ellos, que se llamaba Christian y le decían “Chico” (no sé si algo le conocían o le hablaban al tanteo), fue…

- No Pif (así me decían), ya no gastes en muñequitos, mejor cómprate unas herramientas.

¿¡¿¡QUÉ?!? Osea ¡¡¡no manchen!!!. Teníamos 10 años y esos niños decían que ya debía dejar de pensar y querer juguetes para empezar a comprarme herramientas de señor 

¿¡Pues qué vivimos en un país en guerra para dejar de lado mi niñez y hacerme de unas herramientas!? Si mi sueño hubiera sido ser carpintero o mecánico cuando fuera grande, pues voy de acuerdo, pero a los 10 años no tenía ni idea de qué haría con mi vida. Ahora tampoco la tengo, pero esa es otra historia. 

Total, nunca les hice caso. De haberlo hecho, quizá ahora no sería tan inútil y sabría usar un taladro, reparar autos, colgar cuadros en las paredes y esas cosas que hacen los hombres de verdad. 


2. El cuchillo

Cuando iba en segundo de primaria se decía que en la cisterna de la escuela se aparecía un cuchillo. Sí, leyeron bien. En la cisterna de la escuela se aparecía un cuchillo diabólico. 

¿Qué hacía el dichoso cuchillo? ¡Nada! 

¿Qué hacía en el supuesto interior de la cisterna? ¡Nada! 

¿Por qué nos daba miedo si la cisterna siempre estaba cerrada? Sabrá Dios. 

Ni siquiera era que el cuchillo volara, tuviera vida propia, poseyera a la gente o estuviera en la mano de un asesino… nada de eso. Es como tenerle miedo al cuchillo de la cocina y eso está muy chafa. 


3. Yo uso “Condom”, y me protejo 

Cuando era niño en las calles había un anuncio espectacular que decía “Contra el SIDA te protejo: Condón”, y había una especie de globito enojado. Nunca entendí a qué diablos se refería, ni qué era el Sida y mucho menos porqué el dichoso “Condón” era como un súper héroe. 

Entonces, iba en sexto de Primaria cuando en una plática sobre gripas y catarros, un compañero que se llamaba Julio dijo muy serio:

- “Yo nunca me enfermo de nada porque uso ‘Condom’ cuando cojo”. 

Sí, así dijo “Condom”. En ese momento, esa afirmación no tuvo la menor lógica para mí. ¿Qué era eso del ‘Condom’? ¿Acaso una medicina mágica? ¿Y qué es eso de ‘cojer’? ¿Es cómo agarrar algo?

Años después comprendí la frase, aunque no del todo, pues obviamente a los 10 años Julio no usaba condones ni cojía. Es más, seguro que la incoherencia que dijo ni siquiera tuvo sentido para él. 


4. La casa de los sustos

En la primaria teníamos una casa de los sustos: El baño. 

Sí, por algún extraño motivo éramos masoquistas y teníamos un juego extraño: Entrar al WC de niños y ver el contenido de los escusados. Y es que como en toda escuela de gobierno los baños estaban hechos un asco, por eso, ver las plastas que ahí se encontraban era peor que toparse con un fantasma o un monstruo. Al final salíamos con los ojos llorosos y ganas de vomitar. Sigo sin saber por qué hacíamos eso. 


5. Michael Jackson Hot-Joto, con Bibi Gaytán 

En primaria era muy fan de Michael Jackson. Bueno, lo sigo siendo. Sabiendo eso, una vez un compañero de nombre Miguel se me acercó para hacerme una oferta: Según él, tenía en su poder un VHS titulado “Michael Jackson Hot-Joto”, que contaba con la participación especial de Bibi Gaytán. En el dichoso video los dos salían bailando encuerados. 

WTF?!?! ¿Neta el tal Miguel pensó que alguien iba a creer semejante mentira?

Y lo mejor, es que el dichoso video podría ser mío por sólo 20 pesitos, cantidad que si bien hoy me parece de lo más accesible, a mis 10 años no era tan fácil tenerlos a la mano. 

Nunca compré el video, pues desde entonces aquello me sonaba a estafa, aunque debo admitir que a veces llego a preguntarme ¿y si ese video era real? Lástima, no aproveché la oferta y me quedé sin ese artículo de colección que seguramente hoy vale miles de dólares. 


* * * * *
Mi conclusión: Los niños de las primarias están imbeciles. O al menos así era en mi generación.

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