Hoy decidí romper el silencio y contarles una historia que por años he guardado para mis adentros: Yo usaba perfume para mujer marca Paris Hilton.
Sí, ese que tenía feromonas y que supuestamente servía para atraer hombres.
¿Qué diablos hacía yo usándolo? Eso mismo se pregunta toda persona que se entera de que por un buen tiempo su servidor hiciera algo tan raro. Pero aquí estoy, dispuesto a ser sincero de una vez por todas y contarles uno de los más grandes secretos de mi vida. Aquí mi confesión…
Corría el año 2006 cuando mi hermana se fue de viaje con sus amigas y al regreso trajo un perfume Paris Hilton original con todo y su cajita. Resulta que se lo había encontrado (eso decía) y al ver que aquella fragancia no era pirata, decidió conservarla.
Cuando la trajo a casa la curiosidad me invadió, tanto había escuchado del mentado perfume y sus feromonas, que en cuanto pude destapé la dichosa botellita y la olí. Aunque el aroma era muy agradable tampoco me volvió un animal embrutecido.
Lo anterior hubiera quedado sólo como una anécdota de no ser porque unas semanas después tuve que salir un viernes por la noche con mi grupo de amigos. Iríamos a conocer el bar que un tipejo había abierto, dicho mequetrefe me caía gordo, no sólo porque tenía sangre pesada y era un mirrey venido a menos, sino además porque era pretendido por la chica que entonces me gustaba.
Obviamente acepté ir al bar no porque tuviera ganas de conocer el local (bastante gacho por cierto), sino porque debía cerciorarme de que aquella noche no ocurriera nada que fuera contra mis intereses.
Por alguna extraña razón, antes todo me salía mal, sobre todo en cuestiones del corazón. Esto se comprobó esa misma tarde, cuando horas antes de verme con mis amigos y con la susodicha, fui víctima del “Huele Caca”.
Ni pongan cara de extrañeza, el Huele Caca es un fenómeno que a todos nos ha pasado, nos pasa o nos pasará., y que consiste en que de pronto y sin saber muy bien por qué, uno huele a caca.
Aquella tarde fui al baño, hice del 2 (de verdad no me resulta fácil escribir esto, así que valoren lo que leen), me limpié según yo muy bien y seguí normalmente mi vida. Cual sería mi sorpresa al notar que me olía la coliflor. Aún así no le di mucha importancia, pues según yo, al momento de darme un regaderazo el olor se iría.
Y no fue así. Después de bañarme y arreglarme el olor seguía ahí, si bien no de forma tan intensa, aún era perceptible. ¿Así tenía planeado luchar contra mi rival de amores? Él tenía un bar y yo olía a popo. No hace falta ser un genio para saber que llevaba las de perder.
No podía darme por vencido, así que busqué entre mis fragancias masculinas y descubrí que me había terminado todas y que tontamente guardaba los frascos vacíos, mismos que ahora me veían de forma burlona. Fue entonces cuando a mi mente vino el perfume de Paris Hilton.
Como mi hermana no estaba en casa, tomar el dichoso perfume sería sencillo. ¿Oler a chica sensual o a popo? Esa era la duda que por unos minutos analicé en mi mente hasta que opté por oler a Paris Hilton. Ni hablar, todo fuera por triunfar en el amor.
Me rocié un poco (bueno, no, la verdad es que bastante) de esta fragancia en la parte trasera de mi pantalón, y hasta debajo del calzón. Cuando sentí que el tufo de popo se había esfumado me sentí con más de confianza y salí a encontrarme con mis amigos y el destino. Ya en el auto noté que todo apestaba a feromonas.
Al llegar al bar nos recibió el tipejo infumable aquel. Él también apestaba a perfume, sólo que en su caso era una colonia barata de hombre, además traía el pelo relamido y vestía como señor chiquito. Mientras estuve en aquel negocio varias veces temí que por aquello de las feromonas algún caballero se enamorara de mi, o que en el peor de los casos quisiera hacerme suyo sobre una de las mesas del bar.
Hasta me abstuve de ir al baño para evitar que el exceso de feromonas femeninas que traía sobre mi provocara un accidente.
Gracias a Dios eso no pasó, aunque para mi pesar, el olor a Paris Hilton tampoco hizo que saliera de la Friendzone en la que me encontraba. Esa noche mi fracaso fue total y mi rival de amores triunfó.
- Ni hablar, al menos nadie notó que olías a caca, me dije cuando regresaba solo a casa, abandonado como un perro.
El Huele Caca es un problema que se sufre en el momento menos pensado, por lo que en ocasiones futuras también opté por el perfume Paris Hilton para rociarme la pompa y salir de la bronca. Jamás supe si mis amigos se dieron cuenta de que usaba una fragancia para mujer.
Con el tiempo mi hermana descubrió que usaba su perfume (no debe ser fácil descubrir que tu hermano mayor acostumbra a rociarse feromonas). Al pedirme una explicación le dije que tarde o temprano revelaría el por qué de mi extraña actitud. En parte, este texto es una deuda que tenía con el pasado.
Si alguien sufre del Huele Caca (que repito, a todos nos ha pasado), le recomiendo que use el perfume Paris Hilton, que funciona de las mil maravillas para librarnos del problema. Si un día estaban conmigo y les llegó un aroma a perra feromonas, ya saben a qué se debe.
No es la primera vez que un olor no me deja en paz, en alguna ocasión apesté por horas a ajo por culpa de una pizza, pero eso ya se los conté alguna vez en este blog.
1 comentario:
Primera vez que escucho sobre los huele caca pero vaya que las feromonas son la solución. A propósito de ello una vez hace muchos años saliendo de la universidad caminaba por una acera y caminando hacia mí venía una señora no muy físicamente atractiva. Al pasar por mi costado y entrar en contacto con su aroma experimenté una erección automática. Fue increíble pues no tenía ningún incentivo ni físico ni mental solo fue una reacción al aroma. Debe ser por feromonas. Saludos Gabriel desde Lima Perú.
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