Querido Carlos Vela:
Hoy se cumplen casi 8 años de aquel 2 de octubre del
2005, día en el que la Selección Mexicana Sub-17 ganó el Campeonato Mundial de
la especialidad en Perú; tú formabas parte importante de ese equipo y junto con
el resto de los jugadores desfilaste por las calles de la Ciudad de México
mientras miles de aficionados te vitoreaban a ti y a tus compañeros. Quién
ahora escribe estas palabras estuvo ahí, aplaudiéndote y orgulloso de lo que
hiciste.
Desde ese momento te ganaste mis respetos y el de muchos
mexicanos, realmente grabaste tu nombre con letras de oro en la historia del
futbol mexicano. Sin embargo, el motivo de esta carta, que seguramente nunca
leerás, dista mucho de dedicarte palabras amables o de agradecimiento, y es que
sabes, uno no puede vivir eternamente de glorias pasadas.
No sé qué rayos pasa por tu cabeza, si te golpeaste con
algo la cabeza, si actúas así por la edad o de plano estás imbécil, el chiste
es que no me explico que no hayas querido formar parte de la Selección Mexicana,
no en una ni dos ocasiones, sino varias veces más. El chiste es que desde hace
un par de años cada que eres convocado a vestir la playera verde pones algún
pretexto. Primero decías que te querías consolidar en Europa y que preferías
permanecer en tus equipos y buscar la regularidad. Y así fue, en honor a la
verdad podríamos decir que cumpliste tu objetivo.
Los meses venideros los aficionados y medios deportivos
te hemos visto rechazando una y otra vez las convocatorias que se te hacían a la
Selección Nacional y las cuales rechazabas con pretextos francamente idiotas.
Así te negaste a venir a juegos amistosos, Juegos Olímpicos, torneos
internacionales y partidos eliminatorios.
Paralelamente tus actuaciones con la Real Sociedad de la
Liga Española cada vez eran mejores, con ese antecedente algunos periodistas y
fanáticos pedían constantemente tu regreso a la selección diciendo que eras
actualmente eres el mejor jugador mexicano del momento. Y lo es, pero no por
eso vamos a estar rogándote.
Finalmente el pasado viernes volviste a negarte a jugar
para México, y lo haces justo en el momento en el que el equipo tricolor
necesita más la suma de esfuerzos para revertir el mal momento por el que
atraviesa la Selección y lograr el boleto para la Copa Mundial de Brasil 2014.
Argumentaste que no te sentías 100% anímicamente para venir a sumar.
Y ahí sí mi querido Carlos, no mames. Si un día salgo con
esa cantaleta y digo que no voy a trabajar porque no me siento anímicamente bien,
seguramente me corren.
¿Entonces cuándo vas a estar al 100%? ¿Ya que se
califique al mundial?
Si tú lógica es no apoyar a tu país cuando lo necesitas
anteponiendo tu estado de ánimo, entonces no entiendo tu escala de valores en
tu carrera. En México se cuentan por miles las personas que darían su vida por
defender la playera verde que hoy desprecias con sobrada desfachatez. Vestir
esa playera es un orgullo que pocos tienen y que tú tiras a la basura. ¿Quién
demonios te crees?
¿Alguna vez Messi, Maradona o Pelé han hecho o hicieron
semejante ridiculez de despreciar a sus Selecciones?
Finalmente no se te puede obligar a que estés en donde no
quieres, pero seguramente algún día te arrepentirás de esta niñería que estás
haciendo. No te diré que eres un mal mexicano pues al fin y al cabo el futbol
no es más que un juego y la patria no se va en ello, pero sí habla muy mal de
ti que como profesional evadas tu responsabilidad de esta forma.
Ojalá nunca te vuelvan a convocar a la Selección, te lo
deseo de todo corazón, finalmente prefiero que jueguen quienes realmente lo
desean y se rompan el alma por el equipo, a que lo haga a regañadientes un
escuincle cagón, como tú comprenderás. Finalmente es mucho más mexicano un
naturalizado que a pesar de no haber nacido en nuestro país está dispuesto a jugársela
por este país, mientras tú te escudas de sabrá Dios qué.
¿Te estresan las críticas, los viajes, los abucheos? Pues
te tengo una noticia princeso, eres futbolista, no Reina de Belleza. Y sí,
formar parte de un representativo nacional trae consigo presiones, pero también
muchas satisfacciones y la oportunidad de llevar en tus hombros los sueños de
un país entero.
Qué tú mismo te perdones por lo que le estás haciendo a
tu carrera, y ojalá en un futuro este país no olvide el desprecio futbolístico
en el que ya caíste varias veces.
Sin más por el momento, sigue triunfando en Europa, que
en la Selección ya sabrán arreglárselas sin ti, y a ver quién te extraña.
Atte.
Un aficionado que aun en tiempos difíciles, no se quita ni
deja de amar a esta preciosa playera:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario