Así no eran, ¿pues qué les pasó? De ser unas muchachas alegres se convirtieron en señoras, o bueno, no es que se volvieran, pero sí lo parecían. Tan perplejo quedé, que seguí husmeando en las imágenes de otros de mis contemporáneos. Al final me deprimí. La gran mayoría habían cambiado.
Recuerdo como si fuera ayer mis últimos días en la Universidad. Todos éramos tan jóvenes, tan modernos y tan actuales, que hoy, a seis años de distancia me cuesta trabajo creer que la gran mayoría de compañeros de mi generación han sufrido el fenómeno conocido como: volverse señor(a). No hay duda, el tiempo afecta a todos de maneras diferentes. Siempre lo sospeche, pero a últimas fechas se me ha ido confirmando más gracias a diversos artilugios tecnológicos como el Facebook, que me permite darme cuenta de la dramática transformación que muchos han sufrido.
Empecemos por definir qué es eso de ‘volverse ñor’, fenómeno que ocurre cuando uno comienza a vestirse y actuar como persona seria, madura, responsable, en fin, un señor. No lo confundamos con llenarse de arrugas o canas, no, esto de volverse ñor tiene que ver más con la actitud ante la vida. Quizá tú, amiguito, ya sufriste esta transformación y ni cuenta te has dado. Si haces reuniones cuyos invitados sólo son parejas muy estables y matrimonios, te estás volviendo ñor. Si vistes con pantalones de vestir y calzas zapatos, te fajas la camisa y usas charras elegantes de piel, te estás volviendo ñor. Si eres mujer y vas al salón de belleza a que te hagan cortes y peinados esponjados, te estas volviendo ñora. Si dejas de estar al pendiente de las novedades tecnológicas, de tu equipo de futbol, de los programas de la tele, si ves VH1 o vas por tu gusto a restaurantes de comida corrida, te estás volviendo ñor.
A mí no me ha pasado. Trato de vestirme como me gusta y no como se supone que debería. Uso mis playeras del Atlante, mis Converse viejos y mugrosos, pantalones de mezclilla, chamarras Adidas y cualquier cosa digna de un muchachón juvenil y radiante como yo. Sigo hablando de caricaturas, juego con mi perro Margarito y hago voces raras cuando se me da la gana. Me gusta no tomarme en serio. Vamos, hasta me ofendo cuando en los restaurantes los meseros se refieren a mí como ‘señor’. Me llevó mejor con los niños y adolescentes de mi familia que con ‘los grandes’, en las reuniones de ex alumnos o en reuniones de amigos me aburro si empiezan a hablar de sus vidas de casados o de hijos. Esta aberración a volverme responsable y señor debe tener su origen en que mi papá nunca se hizo grande. El papel de adulto nunca le quedó y eso me hizo muy feliz. Era bromista, alegre, se vestía como le venía en gana y siempre se vio más joven de lo que era. No conocía la pena y siempre hacía el ridículo. Por eso no conozco mejor cumplido, que cuando dicen que me parezco a él.
No quiero hacerme ñor, haré todo lo posible para evitarlo. Tampoco vestiré a mis hijos como ‘señores chiquitos’ desde temprana edad. Si muchos son felices así, bien por ellos, pero yo no quiero perder la frescura que siento, aun conservo en mi vida. "Creceré pero no me haré grande, eso lo que haré".
Diversión y Escritura. Desde la Ciudad de México, un intento de escritor, cuya profesión es hacer el ridiculo, intenta sobrevivir a la vida y comprender a qué diablos vino al mundo.
lunes, 25 de octubre de 2010
Volverse Ñor
Estaba el otro día en Facebook, cuando me encontré con esta imagen en los perfiles de una de mis amigas de la universidad:
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8 comentarios:
jajajajaja esas viejas aparte de señoras estan feas y gordas jajajaj
dejame te digo que se señor es mucho mas que convertirse en ñor...
admiro tu frescura y tus ganas de juventud, esas se llevan bien en el alma y la personalidad pero ser señor es tambien evolucionar, yo tambien como tu me aferro a ser yo misma, pero inevitablemente en la calle me dicen señora, y ni modo, el tiempo pasa
vic: está bien, seré señor chiquito jojojo. gracias por leerme, saludos!
jaja! "crecere sin volverme grande.." je je por eso me gusta leerte por que haces q mi cabezita gira al lado de mi corazón, mi madre es asi.. jamas ha sido grande, tengo algo de ella, pero ella es la niña mas grande ( y la grande más niña) que yo conozco! = )
Irais R
A mi me pasa igual, no me gusta q me digan señora y me llebo mejor con los niños y jovenes. Es padre ser joven por siempre!
Fue un lindo día... conocerte en persona. Gracias nuevamente x la foto!!!
Angelica
irais: gracias a ti por dejar que tu cabecilla gire a causa de mis torpes letras. un abrazo y tampoco crezcas.
angelica: todos deberían ser jovenes por siempre. el que está agradecido soy yo, sin palabras.
Ah yo me vengo sintiendo asi desde hace unos meses,prefiero quedarme joven y no caer en formalidades jeje,ya tengo dos hijos pero tambien me cae mal cuando empieza n con platicas de los hijos y la escuela,ando igual que tu con converse y camisetas,dice mi papa que cuando me vestire como señora y yo le huyo a eso,definitivamente nuestra generacion es mil veces mas diferente que las anteriores.ser joven es una actitud!,no quiere decir que uno sea irresponsable o tenga que serlo pero tampoco andara uno todo gris.
Aun despues de tantos años no me quedo con ganas de comentar sobre el tema, soy fan de tu blog jeje.
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