domingo, 8 de agosto de 2010

Espionaje en Twitter


Tengo más de un año de tener Twitter. Haciendo memoria, fui el primero de todos mis conocidos en abrir su cuenta e internarse en lo que hoy, es la red social con mayor crecimiento a nivel mundial. Al principio me resultaba complicado explicarles de qué se trataba, o cuál era exactamente el chiste a todos aquellos que me veían con cierta extrañeza escribir tweets desde mi computadora o el celular. De a poquito fui hablándole a quienes me rodeaban de este simple, pero fascinante sitio en el que se puede estar informado de todo, en el mismísimo instante en el que ocurren las cosas.

Según recuerdo, fui el primero que en mi trabajo habló del Twitter. Meses después, muchos de mis compañeros del trabajo tienen el suyo, lo que ha dado pie a una especie de espionaje dentro de la empresa. La semana pasada me enteré que algunas de las coordinadoras más influyentes de la oficina monitorean desde hace meses lo que yo, y otros compañeros ponemos en twitter, y entre ellas, van comentando sus últimos descubrimientos. Lo anterior no tendría nada de malo, pues al fin y al cabo esta red social es precisamente eso, social, y cualquiera puede leer lo que en ella se escribe. Lo que no es muy agradable es que lo publicado sea tomado tan en serio y de manera personal por los demás, y de ahí, se formen bandos para saber lo que unos opinan de otros. Nunca le he visto el caso volver privado un perfil de twitter. Si tan sólo en ese rubro estuviéramos parejos no habría problema.

No lo niego. Una que otra vez me he quejado de un par personas o de las cosas que pasan en la oficina. Pero si vamos a jugar así, más valdría hacerlo sabiendo que ni lo escrito en twitter tiene que pesar más que la vida real y sus acciones. Hasta dónde yo sabía, la comunidad de compañeros que usamos twitter en el trabajo nos seguíamos unos a los otros y éramos conscientes de esto. Ahora que sabemos que siguen nuestros pasos, y que peor tantito, se le da tanta importancia a lo tuiteado, nos pone en una encrucijada. ¿Seguir como siempre pero con el riesgo de que haya malentendidos y recelos, o moderarnos más y aceptar que la libertad para comunicarnos entre nosotros quede marcada con toques de censura?

Le pensé un poco y decidí seguir igual. Ya bastante restringidos estamos en muchos aspectos como para también tener que andar cuidando lo que uno pone o no en el Twitter. Probablemente éste post sea leído por alguna de ellas. De ser así quiero decirles que hasta me caen bien y que de verdad, no tengo nada en su contra. Muy respetuosa su opinión, muy respetuosa la mía. Así que a twittear, que el mundo se va a acabar.

2 comentarios:

Adrigolaz dijo...

Bien Gabo!!... apoyo el seguir twiteando sin censura!!!.. que para eso se hizo... además es una opinión... y como lo expresas en tu blog, es muuuy respetable lo que cada uno opine y piense.

El Twitter se hizo para acercar, desahogar, comunicar, protestar, expresar, compartir y demás... No para ser usado como arma en contra de una persona, o armar bandos!!

Apoyo!!... a twittear... que el mundo se va a acabar!!

gabriel revelo dijo...

adri: gracias por tu apoyo =) con respeto todo es posible, incluso twittear, finalmente, la vida misma es un motivo para reír. te agradezco la visita al blog.