Tiene un par de meses que me encuentro ocasionalmente con ella en el parque de la esquina, en la calle en la que vivo. No me sorprende lo que es, pero sí su presencia tan fuera de lugar: ¿qué hace una ardilla gris en medio de la ciudad, en una región en la que jamás se les había visto?. Ignoró si es la única, o es toda una colonia de ardillas la que habita los árboles de ese jardín, que diariamente recorro con mi perro. También desconozco si es feliz, si las miradas de los vecinos que sorprendidos la ven le siguen inquietando o si las personas y todo lo que le rodea le tienen prácticamente sin cuidado.
Una ardilla perdida en la ciudad para cualquiera sería extraño, menos para mí, que de unas semanas para acá veo todo extraño, diferente, incomodo. ¿Será el frío eso que me pone así?... el otoño y yo no nos llevamos nada bien. Tampoco me llevo bien con la soledad, ni con el desamor, ni con las dudas; menos soporto estarle dando vuelta a las palabras, como desde hace un buen tiempo, a falta de algo mejor que contar. Y es que la crisis de ‘nada’, de vivir ‘días extraños’, de no estar cómodo, alcanzó al blog y se llevó al traste mis ganas de escribir.
No sé me esta dando el sentarme a escribir y realmente hacerlo. Nunca la diferencia entre el querer y el poder fue tan latente como en esta ocasión, en la que tengo muchísimas ideas, muchísimos temas de los que hablar. Las terribles inundaciones en el sureste mexicano, la llegada de un nuevo bebé a la familia; la vergüenza de un conductor de televisión que fue encontrado golpeado, desnudo y amarrado en un hotel de mala muerte al parecer, por deberle dinero a su “chichifo” (si no saben qué es, recurran al diccionario). Podría desgarrarme el alma y hablar de esos recuerdos que marcan el alma y que aun entre sueños me hacen suspirar. Hablar de ella, como siempre; o de mi perro y su chamarra que le compré para el otoño. Recurrir a la inventiva y darle vida a la historia de algún personaje que entre mis manías espera nacer. Por lo menos un poema o algo gracioso.
Muchas ideas pero cero capacidad. Tengo unas dos semanas en las que salvo un par de excepciones, en éste espacio he publicado posts que ya había escrito con anterioridad. No es ‘bloqueo de escritor’, pues las ideas no están. Tampoco es falta de tiempo o de elementos: todo está ahí, el problema es que me siento y las palabras o no salen, o emergen de una manera tan sosa y difusa, que termino por desechar cualquier posibilidad de texto.
Es cierto, nada ni nadie me obliga a subir cosas a esta bitácora electrónica cada tres o cuatro días como acostumbro; nadie salvo yo y mi conciencia misma, que me reclama con una insistencia demencial que escriba algo. Lo malo es que esas ganas no entienden las razones del proceso creativo y él tiempo que éste exige. Por esas malditas prisas uno termina garabateando historias de las que luego se arrepiente y avergüenza. Para ejemplo basta esta entrada, que ni dice ni propone nada. Escritos como éste, en el que empiezo hablando de una cosa y termino justificando mi ineficiencia narrativa deberían estar prohibidos en el mundo literario.
También debería estar prohibido estar encerrado, frente a la computadora, un sábado al anochecer sin ningún plan mejor que el sentirme la persona única persona fuera de lugar en el planeta.
Quizá así se siente la ardilla.
Son días raros.
Una ardilla perdida en la ciudad para cualquiera sería extraño, menos para mí, que de unas semanas para acá veo todo extraño, diferente, incomodo. ¿Será el frío eso que me pone así?... el otoño y yo no nos llevamos nada bien. Tampoco me llevo bien con la soledad, ni con el desamor, ni con las dudas; menos soporto estarle dando vuelta a las palabras, como desde hace un buen tiempo, a falta de algo mejor que contar. Y es que la crisis de ‘nada’, de vivir ‘días extraños’, de no estar cómodo, alcanzó al blog y se llevó al traste mis ganas de escribir.
No sé me esta dando el sentarme a escribir y realmente hacerlo. Nunca la diferencia entre el querer y el poder fue tan latente como en esta ocasión, en la que tengo muchísimas ideas, muchísimos temas de los que hablar. Las terribles inundaciones en el sureste mexicano, la llegada de un nuevo bebé a la familia; la vergüenza de un conductor de televisión que fue encontrado golpeado, desnudo y amarrado en un hotel de mala muerte al parecer, por deberle dinero a su “chichifo” (si no saben qué es, recurran al diccionario). Podría desgarrarme el alma y hablar de esos recuerdos que marcan el alma y que aun entre sueños me hacen suspirar. Hablar de ella, como siempre; o de mi perro y su chamarra que le compré para el otoño. Recurrir a la inventiva y darle vida a la historia de algún personaje que entre mis manías espera nacer. Por lo menos un poema o algo gracioso.
Muchas ideas pero cero capacidad. Tengo unas dos semanas en las que salvo un par de excepciones, en éste espacio he publicado posts que ya había escrito con anterioridad. No es ‘bloqueo de escritor’, pues las ideas no están. Tampoco es falta de tiempo o de elementos: todo está ahí, el problema es que me siento y las palabras o no salen, o emergen de una manera tan sosa y difusa, que termino por desechar cualquier posibilidad de texto.
Es cierto, nada ni nadie me obliga a subir cosas a esta bitácora electrónica cada tres o cuatro días como acostumbro; nadie salvo yo y mi conciencia misma, que me reclama con una insistencia demencial que escriba algo. Lo malo es que esas ganas no entienden las razones del proceso creativo y él tiempo que éste exige. Por esas malditas prisas uno termina garabateando historias de las que luego se arrepiente y avergüenza. Para ejemplo basta esta entrada, que ni dice ni propone nada. Escritos como éste, en el que empiezo hablando de una cosa y termino justificando mi ineficiencia narrativa deberían estar prohibidos en el mundo literario.
También debería estar prohibido estar encerrado, frente a la computadora, un sábado al anochecer sin ningún plan mejor que el sentirme la persona única persona fuera de lugar en el planeta.
Quizá así se siente la ardilla.
Son días raros.
9 comentarios:
Ya pasaran los días raros. A veces me pasa lo mismo, pero soy más duro conmigo mismo. me exijo seguir escribiendo, aún cuando no sienta que esté expresando lo que quiero, o cuando me sobran las ideas pero no encuentro las palabras. No te mortifiques... La vida se nos escurre de las manos, y no podemos quedarnos sentados viendo como se va...
Pues bien. Yo siempre he pensado que el bloqueo sí existe. A mí me ocurre a menudo. Estos días he estado maquinando ideas para una noveleta, 30 cuartillas máximo, pues me dieron la oportunidad de publicar. El caso es que aún no encuentro nada relevante. Incluso mis posts en mi espacio se han remitido a subir videos de You Tube, pues no tengo aún nada interesante que contar. Y como tú dices hay tantos temas. Había escrito una especie de editorial sobre la tragedia en Tabasco. Con tan mala suerte que la conexión falló y no pude rescatar el texto. por lo que me dio hueva volver a escribirlo y se quedó en el olvido.
A veces despierto sobresaltado con ideas nuevas, pero al momento de querer trabajarlas se pierden.
Esperemos que los días que vienen, traigan algo que haga fluir a las ideas y más que a las ideas a las palabras escritas.
P.D. Sí fui al estadio y al hotel también. Por allí tengo una foto firmada por Vilar que me gustaría Obsequiarte. Mándame por correo electrónico tu dirección.
Un abrazo y estamos en contacto.
Terminamos el torneo invictos como visitante!
EL AZUL GALOPA EN MIS VENAS, EL GRANA EN MI CORAZÓN
dias raros??? de esos he tenido muchos ultimamente
la verdad es que ni siquiera sé como hacer para dejarlos ir, en fin todos pasamos por esas cosas, espero que pronto encuentres el puerto de llegada
besos niño gabriel
necesitaba sonreir en estos dias grises ... gracias
y concuerdo en mas d euna ocasion me he sentido como aquellaa ardilla
dos besos como costumbre.
Lo que se resiste persiste, así que relájate y sigue escribiéndonos que con cosas raras o no, te seguimos leyendo con cariño y placer.
No eres el único que se siente así yo también suelo tener mis días raros... pero vamos ya pasará!! además escribes muy bien así estes o te sientas como esa graciosa ardilla.
Besito abasito
Byecito
Janbuk
topo: sólo espero no fastidiar a los lectores de éste blog con mis intentos de posts... pero estoy de acuerdo, esos días tienen que pasar.
raúl: suerte con la noveleta y que bueno que fuiste al estadio... después te mando mi dirección, aunque de antemano te digo que es un regalo que no creo merecer. muchas gracias, y por cierto... a ver contra quién le toca al Atlante en la liguilla!!!!
sol: encontraré el puerto mientras personitas como tú sigan iluminando éste blog... gracias por tus contínuas visitas!
pamelita: gracias por los dos besos... (es bueno juntarlos), y un día grís, con la fuerza que tienes dentro, es imposible que te derrote ¡ánimo!
jorge: eso haré, gracias Jorge, ústed, amigo peruano, también siga escribiendo.
janbuk: ¡¡te agradezco el cumplido!! abasito, gracias por pasar por acá y leerme.
yo kiero una ardilla aunke dicen que son muy canijas porque hacen su desmadre!!!!
nadia: en efecto, son bien canijas, pero ahí radica su encanto.
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