Sábado 4 de octubre
14:05 horas
Estaciono mi auto afuera de una sucursal de Bancomer, en la
colonia Viaducto Piedad. Para traer un poco de efectivo a la mano, entro al
área de cajeros automáticos y saco 300 pesos de mi tarjeta de débito. Soy el
único que se encuentra ahí. Hago la operación en menos de un minuto y abandonó
el lugar.
A los pocos minutos mi teléfono celular vibra un par de
veces, como voy manejando decido no revisarlo.
14:15 horas
Dejo el auto a unas calles del banco, y camino junto con mi
novia hasta la estación del metro Viaducto. Como vamos al mercado de La
Lagunilla habíamos pensado que lo mejor seria ir en transporte público.
14:31 horas
Vamos entre las estaciones Bellas Artes y Garibaldi. De
pronto el metro se detiene y se queda sin luz. Así estamos por varios minutos.
Temo que empiece a temblar, aunque prefiero hacerme el valiente y mostrar una
actitud relajada ante mi novia. Más tarde ella me confesaría que pensó lo mismo
pero que tampoco me dijo nada para no preocuparme.
A excepción de un viejito que hablaba de política, el resto
de los pasajeros guardamos un nervioso silencio.
14:39 horas.
Se reanuda la marcha del metro y en 20 segundos llegamos a
la próxima estación.
15:20 horas
Ahora estamos en un departamento de una unidad habitacional
del barrio de La Lagunilla. Un diseñador de modas le hace los últimos arreglos
a un vestido que mi novia usará en una boda donde será Dama de Honor. Para
matar el tiempo saco mi teléfono y reviso Twitter, Facebook y mis correos. Es
entonces cuando veo que tengo 3 correos de Bancomer.
El primero es para notificarme que había sacado 300 pesos
del cajero a las 14:05 horas. Esto no me causa mayor sorpresa pues desde hace
tiempo el banco me manda un correo electrónico inmediatamente después de que
ocurre alguna transacción en mi cuenta. Lo que me inquieta son los otros dos
correos que recibí por parte del mismo banco.
El siguiente mail me informa que a las 14:06 horas el NIP de mi tarjeta de
débito había sido cambiado. El tercero es aún más desalentador, pues me
comunica que a las 14:09 habían sacado 5,200 pesos de mi cuenta. Si lo anterior
es cierto, me han quitado todo lo que tenía en dicha cuenta. Por unos segundos
me quedo en blanco y salgo del departamento para tomar aire y pensar qué hacer.
Quiero llorar.
15:26 horas
Debajo de los mails de Bancomer dice que si no reconozco
alguna de las transacciones llame al banco y justo eso hago. De inmediato me
contesta un operador al que le relato lo sucedido. Entonces me pide que le de
el número completo de mi tarjeta pero cuando la busco en mi cartera no la
encuentro.
Para poder cancelar la tarjeta extraviada (lo cual a esas
alturas ya me da igual, pues la cuenta ya no tiene más dinero) me piden varios
datos personales, mismos que proporciono. Poco después ya tengo un nuevo número
de folio para la reposición de mi "plástico". Al preguntar por mi
dinero me dicen que tengo que esperar 24 horas para que los movimientos se vean
reflejados en el sistema y pedir que se revise lo sucedido para ver si me
pueden devolver o no la cantidad sustraída en contra mi voluntad.
Cuelgo la llamada y completamente desalentado entro de nuevo
al departamento donde las Damas de Honor y los diseñadores platican
animadamente. Me hacen una pregunta sobre otro tema que nada tiene que ver con
mi desgracia y me uno alegremente a la platica fingiendo que nada ha pasado.
15:50 horas
Al salir de su prueba de vestido, mi novia me pregunta sobre
los mails que recibí. Al contarle lo sucedido me ofrece su apoyo. Decido
haberme el valiente y decir que todo está bien, aunque claro, por dentro estoy
muy enojado.
Quienes se van enterando de mi desgracia me dicen que
probablemente me regresen el dinero, que no me preocupe. Decido no hacerme
ilusiones.
El resto de la tarde lo pasamos viendo zapatos para el
vestido. Quiero olvidarme de lo sucedido pero no puedo. Si bien perder ese
dinero no es cosa de vida o muerte, sí me sacará balance por varias semanas
pues ya tenía claro para que lo tenía destinado.
Sábado 4 de octubre
Tarde - Noche
Después de la elección de los zapatos mi novia y yo fuimos a
comer algo y después al cine. Ella se portó muy linda y en todo momento me
ofreció su apoyo y ayuda.
Mientras veíamos le película llegué a la conclusión de lo
que seguramente pasó: Al salir del cajero olvidé sacar la tarjeta del cajero y
alguien se dio cuenta. Tanto por la hora del cambio de NIP, como del retiro,
quien lo hizo observaba lo que hacia, pues entre mi retiro y el de las otras
transacciones únicamente hay un minuto de diferencia.
No sé si esto fue lo que ocurrió pero me siento un idiota.
Por un tonto descuido un aprovechado se quedó con mi dinero. Me da coraje
porque seguramente vio cuando dejaba la tarjeta y en lugar de avisarme decidió
sacar provecho de la situación.
Aún así me queda una duda: Al sacar el dinero en el cajero
indiqué que deseaba salir. Al hacer esto, aunque deje la tarjeta es necesario
poner nuevamente el NIP. Entonces ¿cómo le hizo quien tomó la tarjeta para
hacer las transacciones tan rápido?
De momento sólo tengo teorías y suposiciones tontas. Lo
único que puedo hacer es esperar a que pasen las 24 horas y volver a llamar al
banco. Ya veremos qué pasa.
Domingo 5 de octubre
Intenté llamar a Bancomer pero su menú de atención en línea
es una porquería. Cuando finalmente encontré la ruta correcta para que me
atendiera un asesor, una grabadora me pidió que tecleara el número de mi
tarjeta. Número que no recuerdo pues NO tengo la tarjeta.
Cansado de la situación decidí mandar al diablo a la
humanidad entera. En este momento de mi vida los odio a todos.
* * * * *
Mañana iré al banco a que me den mi pedazo de plástico que
de momento no sirve para nada pues no tiene dinero. Ahí mismo les platicaré lo
sucedido y ver si de pura casualidad me pueden reponer el dinero. Aunque
seguramente dirán que lo ocurrido será mi culpa y pus ya, peleishon time.
Eso sí, no me cabe en la cabeza cómo alguien puede quedarse
con dinero ajeno y seguir su vida tranquilamente. Le deseo lo peor de la vida a
quien tenga mis 5 mil pesos. Qué le aprovechen al muerto de hambre.
Sí, estoy muy enojado ¿se nota?
Por lo pronto me quedo con una frase que dice el personaje
de Mario Moreno en la película Cantinflas:
"El dinero no es lo importante".
¡Eso espero!
Y también adaptaré la frase de una canción del maestro
Alejandro Sanz:
"Sonrío y voy tranquilizando, la rabia de saber, que
alguien mis 5 mil varos se está gastando".
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