domingo, 22 de julio de 2012

Mis recuerdos olímpicos (parte 1 de 2)



Londres 2012 está a la vuelta de la esquina, y a menos que uno viva en una cueva o sea un ermitaño, resulta imposible no verse en medio de la vorágine informativa y mercadológica que presupone esta justa deportiva. Al menos yo, confieso que este tipo de eventos siempre me han cautivado.

Mundiales de fútbol, coberturas noticiosas de acontecimientos relevantes, Juegos Olímpicos y todos aquellos instantes que hacen que el mundo se detenga por unos momentos y contenga el aliento. Tal y como sucede con un temblor, atentado terrorista o triunfo deportivo, uno recuerda más lo que sintió en sus entrañas y lo que hacía cuando estos hechos se desarrollaban, que el propio acontecimiento en sí. Unas olimpíadas no son la excepción, y más allá de tener en mi mente archivados datos y estadísticas sobre los resultados de las competencias olímpicas, prefiero guardar cómo era mi vida y lo qué hacía cuando el mundo entero veía expectante lo que sucedía durante esas dos semanas que cada cuatro años cautivan al planeta entero.

Estos son mis recuerdos olímpicos....

Los Ángeles '84
Tenía dos años de edad, por lo que ni siquiera me enteré bien de estos juegos. Sin embargo, en los años venideros comúnmente vi en la vitrina de casa de mis abuelos variad figuritas de un Águila Americana vestida patrióticamente  "al estilo gringo". Tiempo después supe que esa fue la mascota de aquellos juegos olímpicos.



Seúl '88
Fueron los primeros juegos olímpicos  de los que tuve conciencia. La única imagen que tengo de ellos es un tanto difusa y breve, apenas un instante en la ceremonia de inauguración ¿O fue en la de Clausura? Lo que observé por televisión fueron unas embarcaciones surcando un río de la ciudad de Seúl. En una de ellas, la mascota del evento (un amigable Tigre) iba parada gallardamente al frente. Fueron apenas unos segundos, pero por alguna extraña razón nunca se me ha borrado de la mente. Era una postal imponente. Tuve a ese mismo Tigre en pequeños muñequitos de plástico practicando diferentes disciplinas deportivas. Me parece que las dio una compañía refresquera, pero no recuerdo muy bien.



Barcelona '92
Ya con diez años estos juegos fueron los primeros que verdaderamente captaron mi atención. Empezando por una ceremonia de inauguración inolvidable, con toques artísticos y apocalípticos. Y claro, con un encendido muy original del pebetero olímpico por medio de una flecha con la llama olímpica, lanzada por un arquero a una distancia bastante considerable.

También recuerdo a Cobi, la mascota más genial. Un perro que incluso tuvo una serie animada que fue transmitida durante el verano de ese año. Helados Holanda sacó sus figuritas oficiales, las tuve todas  Es la más mascota que más me ha gustado.


De las competencias no tengo muchas memorias. Me viene a la mente la medalla de plata que ganó México en caminata, y que me obsesionó a tal grado que en plena efervescencia olímpica me puse a dar vueltas en el patio de mi abuela emulando el caminar de los andarines mexicanos. Me pasó por la mente dedicarme a ese deporte y ganar medallas. Luego lo olvidé.

La canción de aquellos juegos fue "Amigos para siempre". Cada que la escucho me conmueve, su letra es muy hermosa e inevitablemente me remonta a inicios de la década de los noventa. El día de la Clausura toda la familia se reunió en casa de mi prima Yuli. Mi papá, tíos y tías empezaron a comentar la posibilidad de ir cuatro años después a Atlanta.



Atlanta '96
A pesar de los planes hechos cuatro años antes, nadie de la familia fue a los juegos olímpicos celebrados en Atlanta. Deportivamente fue un evento malo para la delegación mexicana, que sólo obtuvo una medalla de bronce (Bernardo Segura en caminata).

De aquellos me recuerdo usando una playera verde alusiva a las olimpiadas, con la mascota jugando basquetbol. Y ahora que menciono a la mascota, aunque a mucha gente no le gustaba y le veían forma de renacuajo, a mí sí que me gustó. 
Tuve los vasos de cristal que dio Coca Cola y en mi clase de serigrafía (en la secundaria) hice mis pininos imprimiendo el logotipo del centenario olímpico en decenas de hojas blancas. Tampoco se me olvida la mañana que desperté con la noticia de una explosión en un parque de la sede olímpica.

Entre lo que me entusiasmo más fue la participación de la Selección Mexicana de Fútbol en Atlanta, que llegó hasta los cuartos de final del torneo olímpico y fue eliminada un domingo por el equipo nigeriano (juego que vi en casa de mis abuelos).

Fue en Atlanta cuando por primera vez me enamoré de una atleta olímpica: Dominique Moceanu, gimnasta norteamericana que luego se volvió una señora fea. 


Después vinieron más juegos olímpicos y más recuerdos, pero de ellos les contaré en unos días...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja me encanto lo de la gimnasta que se volvió una señora fea, a mi me gusta mucho ver las ceremonias de inauguración , pero yo el primer recuerdo es de los juegos olímpicos de Sidney

gabriel revelo dijo...

Gracias por tu comentario Ale, esperemos que la ceremonia de Londres sea de lo mejor. Un abrazo.