martes, 31 de julio de 2012

El martes que dos mexicanas vistieron de plata



Y volvió a pasar. 24 horas después de sufrir la descarga de energía que trae consigo el ver a tu país ganar una medalla olímpica, la emoción vuelve a repetirse. Igual o más fuerte que el día de ayer. Nuevamente plata, una vez más clavados sincronizados 10 metros. Ahora los héroes de las películas son mujeres y responden a los nombres de Paola Espinosa y  Alejandra Orozco.

El inicio de este martes se anunciaba especial. Aun con el corazón latiendo aceleradamente por lo vivido ayer, me levanté a las cinco de la mañana con el presentimiento de que hoy nuevamente podría caer otra medalla para México. Apenas llegué al trabajo (7 de la mañana) recibí un mail y me enteré que me tocaba cubrir y hacer la nota sobre la competencia de Paola y Alejandra. Así dio inicio a esa ‘cosquillita’ mezclada con adrenalina que da el saber que se trabaja contra reloj.

Lo malo es que mi compañero que trae las llaves de la oficina no llegaba. Así dieron las 7:30, después las 8 de la mañana… y la competencia arrancaba a las 9. Así que decidí jugármela y regresar a casa para comenzar a trabajar la nota y sacarla a tiempo (bueno, y también porque me andaba del 2 y siempre he preferido hacer en mi casa). Llegué justo a tiempo para comenzar a trabajar, ir al baño y ver la competencia.

En punto de las 9 de la mañana (3 de la tarde hora de Londres) comenzó la competencia. Y la verdad se me fue como agua. Entre tuitear los pormenores de cada clavado de las mexicanas, ir redactando la nota e intentar ponerle atención a lo que iba sucediendo apenas y me daba abasto. Sentado en la sala de mi casa, con la MacBook en las piernas y los nervios a todo lo que da.

Después de las primeras dos rondas la pareja mexicana ocupaba la penúltima posición (séptimo lugar). A falta de tres clavados ocurrió lo mismo que con Germán Sánchez e Iván García un día antes: arriesgaron. Las clavadistas mexicanas ejecutaron con maestría tres lances con alto grado de dificultad, esto las llevó a ocupar el segundo lugar durante la parte final de la competencia. China obtuvo el oro, Canadá el bronce.

A pesar de un ligero trastabilleo en su cuarto clavado, se aferraron al segundo escalón fiera e inteligentemente. Cuando finalmente la medalla de plata era una realidad nada más importó. Ni la nota que debía publicar casi inmediatamente, ni los tuits, ni el que aun me faltaban horas para terminar mi horario de trabajo. Nuevamente el tiempo se congeló, comprobando mi teoría de que una medalla olímpica de tu país cambia completamente la atmosfera de ese día.

Hoy poco espacio queda para no hablar de otra cosa que no sea de ellas. De la clavadista que hoy cumplió 26 años y que hoy se convirtió en la mejor deportista de esta disciplina en la historia de México, o de esa joven que cambió su fiesta de quince años por una medalla.

Han sido dos días para nunca olvidar. Jornadas extrañas, pero que uno quisiera se repitieran más seguido.  

2 comentarios:

Ale C. dijo...

Estoy emocionadicima y tenia que decírtelo, 2 mexicanas compitiendo entre si para ver quien va contra la Corea para competir por el oro mientras que la otra se queda con el bronce. Ya aseguradas 2 medallas más para México, pero primeras para la arquería mexicana.

Muchos saludos ;)

gabriel revelo dijo...

Ale... Sí, lo vi, incluso recibí este comentario justo cuando esa competencia pasaba. Qué gusto lo sucedido :)