martes, 23 de febrero de 2010

Así descubrí que era niño gordo


Hoy usaré mi blog y romperé el silencio: Yo era niño gordo.

No es porque el tema éste de moda, ni porque junto con miles de personas soy responsable del nada honroso primer lugar en obesidad infantil del mundo. Si hoy quiero relatarles la manera en la que descubrí que era obeso no es para transmitir un mensaje de salud o a modo de superación, no, sí les narro éste pasaje es porque está bien cagado y es una muestra del nivel de incredulidad que puede manejar uno en su infancia.

Empecemos definiendo lo que para mí es un niño gordo, pues contrario a lo que podría pensarse, para entrar dentro de dicho concepto no basta solamente con ser infante y obeso sino tener ciertas actitudes. Ser un niño gordo ‘original’ es todo un estilo de vida. ¿Se han fijado que siempre que hay escuincles haciéndose los graciosos y creyéndose paridos por los dioses, estos son gordos? Todos los hemos visto y odiado alguna vez. Acostumbran a ser los que en las películas (por ejemplo, de Harry Potter) se la pasan comentando lo que va a pasar y exhibiendo sus conocimientos. Cuando hay fiestas infantiles son los que ‘se lucen’ haciendo la vida imposible a los magos y payasos contratados para amenizar la celebración.

Otro caso clásico de actitudes de Niño Gordo (yo lo hacía, por eso sé), es cuando en las vacaciones estos ya están metidos en las albercas del hotel desde las 7 de la mañana y después de cada comida, cuentan ansiosos las horas que faltan para que ‘se les pase la digestión’ y puedan volver a nadar. La desgracia de niños así radica en que tienen un sentido alterado de la realidad. Piensan que son únicos, simpáticos y guapos. Se meten en conversaciones ajenas, hacen ridiculeces y visten pésimo: shorts, calcetines lo más arriba que se pueda, playerotas, etc.

En realidad yo no sabía que era Niño Gordo. Todo lo contrario, me sentía fortachón y atlético. La culpa, inicialmente, la tuvieron las películas de luchadores. Creía que El Santo y compañía poseían físicos envidiables. Ahora sé que más bien están ‘panzoncillos’, pero en mi infancia juraba que tener un cuerpo así era lo máximo. Tenía 5 años cuando un día me vi sin playera en el espejo y comprobé que mi abdomen era muy similar al de aquellos ‘héroes del pancracio’. Dicho con otras palabras, estaba bien gordo. Desde aquella revelación comencé a obsesionarme con verme el abdomen desnudo antes de bañarme. Recuerdo que solía pensar ‘soy un privilegiado, apenas soy un niño y vean el cuerpo que tengo’. Después me asomaba en la ventana para que los transeúntes disfrutaran de mí. Ocasionalmente alguna vecina me decía que me tapara pues podría resfriarme. Juraba que aquella prominencia estomacal era el principio de un abdomen de lavadero.

Me sentía sabrosísimo, sobre todo cuando usaba mi traje de baño, de esos de tanga tipo Michael Phelps. Mi raciocinio no me alcanzaba para explicar porque yo era el elegido para ser un ‘mini He-Man’ y no mis compañeros ‘ñangos’. Menos entendía la razón por la que mi abuela me decía ‘Gordinflas’. Quienes hacían referencias a mi inexistente sobrepeso, pensaba, era porque me tenían envidia.

El encanto se rompió unos tres años después. En la primaria nos tomaron la foto individual y de grupo y al recibirla, me encontré con esto:


Después de ver esta imagen caí en cuenta de mi realidad. No sólo era gordo sino también feo. Supongo que pocos recuerdan la primera vez que su físico le incomodo, yo no, lo recuerdo muy bien y no se me olvida la sensación de coraje contra mí mismo por haber sido tan incrédulo. Desde entonces sé que no soy agraciado, pero tampoco es un trauma. Estoy gordo pero ya no como antes. Disfruto la vida de manera consciente y sin caer en excesos.

Así descubrí que era ‘Niño Gordo’. Ahora me dedico a analizar su comportamiento y algún día realizaré un documental sobre estos anchos seres. Mientras tanto los invito a divertirse, u odiar, a cualquier ‘Niño Gordo’, siempre hay uno en cada familia.

Atte.
Gabriel, ex niño gordo.

10 comentarios:

Tulius Ciceron dijo...

iiijole Don Gabriel...

Que le puedo decir yo, que a pesar de no ser niño gordo siempre he sido feo? xD

y cual seria mi trauma que ni a "ñengo" llegaba! imaginate, al menos todo lo que tu tenias lo pudiste convertir en musculo, moldearlo y poder hacer una buena figura, no que yo.. ¿de donde?

En fin, ya saliste de las malas que es lo que importa :D

xhabyra dijo...

"... no solo era gordo sino tambien feo..."

Ay Gabriel con todo respeto a tu niño del pasado, como me hiciste reir con ese fragmento.

Xhaludos!

Kiddo dijo...

Jajajaja, Gabriel, me has hecho reír con este recuerdo de juventud, y además ni saliste tan mál en la foto, yo ni loca enseñaría una de esas fotos de la primaria a nadie.

Has hecho que volver a leerte valga la pena.

Un abrazo.

Ra. dijo...

jajajajajajajaja lo confirmo ....
lo reconfirmo

Gordo!!!! me encantas!!! jajajajaja

gabriel revelo dijo...

maverick: pues así pasa cuándo sucede jaja, ahora que lo veo, fue bastante bueno el haberme creado la protección de creerme fortachón. aunque hubiera preferido estar como tú. en fin, cada quién sus traumas. gracias por la visita.

xhabyra: mi niño del pasado dice que no hay problema. xhaludos!

kiddo: gracias por volver, se te extrañaba. que bueno que mis trumas te hayan servido para reír un rato =)

ross: jajaja, favor que usted me hace señorita. un placer saberme leído por usted.

Unknown dijo...

Que risa con tu relato... aunque me recuerda a mi coworker que esta gordi-mamado...

mas gordo que mamado... deberia decirle que el ejecicio que esta haciendo no le sirve jeje

gabriel revelo dijo...

omarus: jajaja, yo por eso sólo estoy gordo. me daría flojera matarme en el gimnasio pa' seguir igual. ¡saludos!

Anónimo dijo...

Hola jaja, hace mucho no pasaba por tu blog y como siempre me encanto.. jaja! eso del analisis del enigmatico "niño gordo'' esta genial, yo era una de ellas.. metiche... me creia super inteligente, hablaba en momentos destinados para el silencio y la reflexión... preguntaba... preguntaba y preguntaba... jaja la cosa es q ahora ya no soy gorda y de hecho fea nunca he sido.. pero sigo igual o peor de fastidiosa... jeje... que me sugiere Usted brillante descubridor de la personalidad del ''niño gordo'' jaja1 saludos
Att Irais Rangel

gabriel revelo dijo...

irais: sigue siendo como eres, los niños gordos de grandes a veces nos volvémos todos unos galanes jajaja. gracias por pasar por éste blog =) vuelve cuantas veces quieras.

mulato guapo dijo...

Los niños gordos somos vengativos, yo era más gordo que los otros y ahora soy el más atlético de mis amigos.
Y mi cara de mono evoluciono para bien, gracias a dios.
Lo malo es que como me cuido mucho, aunque salgo con chicas guapas, siempre me llevo más piropos yo(la vanidad es mi pecado favorito).