domingo, 22 de junio de 2008

Caí en la tentación

“… no les veo el menor chiste. Jamás tendré uno, pues además de caros, se me hacen innecesarios y aburridos; aparatitos al fin y al cabo, desechables”. Eso pensaba de los iPods, hasta que el Diablo y la tentación se cruzaron en mi camino.

Cada que alguien me sugería comprar uno, solía alegar que con la memoria de mi celular walkman me bastaría, 70 canciones eran más que suficiente. No obstante, por ahí me dijeron que “tener un iPod es otra cosa”.

No sé qué otra explicación darle al repentino impulso que en un par de horas me llevó a tomar la decisión de comprarme un iPod. Lo de menos era el modelo o la suma que gastaría, pues al fin y al cabo, a las obsesiones asuntos así poco le importan. Que si el nano, que si el shuffle, que si el touch… que 1,2,4,8 GB… que negros, verdes, plata, lila… precios de los 500 a los 8,000 pesos, eran algunas de las variantes que debí considerar para al finar decidirme por un iPod Nano color plata de 4GB.


El resto es historia… regresé a casa imaginando que canciones le metería al aparatillo, lo conecté en la Mac de mi hermana y no hubo compatibilidad, mente madres, intenté con mi lap, bajé un iTunes nuevo, por fín funcionó y desde entonces llevó días hipnotizado por el maldito iPod. Lo oigo a todas horas y me la paso imaginando que canciones de mis discos me falta por meterle. Parezco autista pues las decenas de canciones que se suceden una a otra, ajeno a cuanto sonido sucede fuera del par de audífonos que ya parecen parte de mi cuerpo. Vamos, he descuidado la lectura de una buena novela y hasta éste blog ha sufrido las consecuencias al haber estado medio abandonado.

Lo chocante de todo no es tanto el haber gastado lo que no tengo o el haber tenido que tragarme mis palabras y propia voluntad al adquirir algo que ni necesitaba, sino más bien, el descubrir que dentro de mi habita un ser materialista que se preocupa por cosas así. Eso de andar cuidando un artilugio de la modernidad para que no se raspe, no se descomponga, no se maltrate es fastidioso, pero lo hago. Para colmo no es la primera vez, me pasa idéntico con mi lap, mi celular y hasta el coche. Y si bien, en mi defensa podría decir que lo hago porque las cosas cuestan y sería tonto no cuidarlas, algo me dice que un aspirante a contar historias debe preocuparse más por vivir la vida que por cuidar sus pertenencias.

¿Será? La verdad es que así ni las cosas disfruto. Me angustia pensar en la cantidad de memoria que estoy usando al guardar tantas canciones en el iTunes, me preocupa que me asalten y me quiten mis cosas, pero sobre todas las cosas, me asusta de sobremanera el que esta fiebre por el iPod no se me pase rápido. Este texto es una prueba fehaciente de lo mal que puedo hacer las cosas, pues en honor de la verdad debo confesar que lo estoy escribiendo lo más rápido que puedo para poder seguir ocupándome en el apasionante mundo de tener casi mil canciones en una cajita de tamaño casi risible.

La pregunta no es por qué el Diablo me tentó, o el por qué de mi debilidad hacia los 4 GB, sino si seré capaz de volver a mi vida antigua, con todo y blog incluido… aun así me veo en la obligación de decirlo: no me arrepiento ni tantito.

Nos estamos leyendo, si es que el iPod me deja.

9 comentarios:

Alviseni dijo...

según este texto de cortázar, tú fuiste comprado para el iPod jaja, algo parecido, solo sustituye "iPod" cada que leas la palabra "reloj":

"Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj."

bienvenido al mundo iPodesco. pronto se te pasará este fervor, espero. a mí también me pasó cuando tuve mi iPod video antes de que saliera en méxico.

Anónimo dijo...

PUES SI, YO TAMBIEN ESPERO QUE SE TE PASE YA QUE DESDE QUE CONOCI TU BLOG ENTRO A DIARIO PARA VER QUE HAY DE NUEVO, Y QUE CREES QUE YA ESTOY LEYENDO EL LIBRO QUE ME RECOMENDASTE Y YA ENCONTRE UNA LISTA EN TU PAGINA, GRACIAS POR EXISTIR.

TE MANDO MUCHOS BESOS.

nurimoon dijo...

No, no no. Es impresionante lo que hace la publcidad y siempre que es de boca pues ni que más uno siempre cae redondido a comprar lo que no necesitabas pero de un momento a otro se hace una NECESIDAD urgente, te aseguro que ese día te despertaste hasta más temprano para ir a buscar tu nuevo patrón.
saludos y que disfrutes de tu musica. De lo que si estoy segura es que deben ser puros buenos recuerdos que te dejan.
Nurimoon

Jorge Atarama dijo...

Bueno hasta que leí sobre el Ipod en este blog quizá no habría reparado en su existencia pero no sé, como que al leerte te siembra la semillita del querer probar. Pero supongo que algunas funciones más tendrá aparte de solo escuchar música ¿podrá servirle de algo a lectores empedernidos? saludos desde Lima Perú.

Lata dijo...

je je je... qué bueno que no te compraste el de 60 gb, si no... no te la hubieras acabado. :)
¿Qué onda con tu foto encuerado???? EEEh, ¿andas buscando amante???? mmmm... y yo pensé que eso sólo sucedía en Hi5 ;)

gabriel revelo dijo...

dr. alvi: muy oportuno el texto, la verdad me llegó ja ja. además de que siempre es alentador leer algo del maestro cortazar. saludos. espero que el fervor se vaya rapido, y en eso andamos.

elo?. que bueno que estés leyendo el libro, disfrutalo mucho y ojalá te esté gustando. gracias por visitar a diario el blog, uno quisiera publicar diario, pero la vida y la propia ética lo impide.

nuri: pues sí, ese día algo raro pasó y aquí me tienes, sirviendole a un pedazo de metal y plastico. gracias por tu visita, ojalá y vuelvas siempre.

jorge: a lectores empedernidos? pues sólo llevar textos y audiolibros, anque no me gusta del todo. eso sí, te recomiendo mucho que tengas uno. saludos hasta perú!

lata: imaginate! si con el de 4 ya no tengo voluntad propia. y... ¡no salgo encuerado! ja ja, aunque sí busco amante. saludines amiga.

Anónimo dijo...

Si soy elo, saludos y gracias.

Mariel Ramírez Barrios dijo...

Jajajajaja
me morí de isa,porque creo que todos pasamos por eso.
lo bueno sería que ,como yo,a los 50,decidieras
vender el coche porque te gusta caminar
No usar auriculares para conectarte con la gente e ir por la calle saludando a todo el mundo
y tener en casa un home theatre
Eso sí
te imaginás lo que eso que cuentas hace en la personalidad de un niño de 14 años?
y qué consecuencias tendrá para la educación y la comunicación humana?
te dejo la inquietud
un besote

gabriel revelo dijo...

mariel: a ciencia cierta no sé que consecuencias pueda tener, pero seguramente algunas ventajas también tendrá ¿no crees?.. como nunca estamos mutando como sociedad, seguramente no volveremos a ser los mismos. saludos hasta argentina.