A veces leer lo que uno ha escrito duele.
A veces el del cumpleaños es el que menos se divierte.
A veces, del melodrama, resurge la esperanza.
Hace un año, más o menos a esta hora, escribía sobre mi cumpleaños número 25. Faltaban unas horas para que el 18 de abril llegara y con él, la llegada de mi existencia al cuarto de siglo. 365 días después estoy en la misma situación... eso es lo preocupante. Con la incredulidad como escudo de protección repaso una y otra vez esos enunciados que si hace un año me quemaban la conciencia, hoy la laceran:
“Si hiciera un balance de mi vida, diría que soy feliz. Tengo salud, una familia que me quiere mucho y grandes amigos. Para mi fortuna, el destino ha sido bastante benigno conmigo, por lo que sería una ridiculez quejarme. Y sin embargo, ‘el vacío’ sigue ahí, tan temible como siempre, con esa sensación de insatisfacción que me sigue hasta en los sueños. A los veinticinco, los cánones de la sociedad dictan que debería tener aunque fuera una mediana idea de hacia dónde va mi existencia, debería, además, tener varios triunfos en mi haber, además de una pareja y por qué no, hasta planes de formalizar un compromiso. Pero... ‘oh sorpresa Sr. Revelo, usted no tiene nada de eso, y peor tantito, no está ni cerca de conseguirlo’.”
Mis quejas de ese ‘no tan lejano entonces’ son las mismas que en la actualidad le roban la tranquilidad a mis tardes. Parece mentira (y ojalá lo fuera) que la tierra le dio una vuelta al Sol y yo sigo en las mismas, sobre todo porque me prometí hacer todo lo imposible para que todo cambiara y se esfumara de mi cualquier inquietud. Si duele que alguien te falle, duele ochenta veces más cuando el que te falla eres tú mismo.
Me conozco tan bien que ya lo sospechaba. Hace un año mi texto también decía:
“Lo jodido de los 25 no son los 25 en si, es todo lo que quedó inconcluso detrás. Fragmentos de tiempo que no podré regresar ni vendiéndole mi alma al diablo. Lo jodido es que el tiempo sigue corriendo, y dentro de un año será la misma cantaleta: yo, el vacío, mi inmovilidad, el 26 y el futuro en cenizas”.
Como verán, le atiné: si estaba aterrado de cumplir los 25, los 26 me causan pavor... bueno, más o menos. ¿Alguna ves se han preguntado el por qué del nombre de éste blog? pues la respuesta es sencilla: ni yo me entiendo. Desde que tengo memoria he sido un contradictorio y un día antes del 18 de abril no es la excepción. Me angustia cumplir esa edad y no haber logrado nada, pero a la vez estoy más sereno que nunca y con la seguridad de que voy por el camino correcto. Me hace falta encontrar el amor pero estoy seguro de que se encuentra más próximo de lo que creo. La soledad ya no me abruma, las letras cada día me guiñen más el ojo y a ultimas fechas rió mucho más que antes.
Los miedos siguen ahí, pero comienzo a encontrarles sus puntos flacos. Uno de ellos es repetirse que la vida es el eterno juego de resolver los acertijos de la vida con ingenio y mucha alegría. En un año me deshice de ciertos fantasmas y a otros los he ido adelgazando. De los 25 a los 26 conocí a mucha gente. Corrí un par de riesgos y comprobé que hay cariños que no tienen limites. Lloré, reí, extrañé, comí, me enferme de la gripa y del estomago, mi Atlante se hizo campeón, escribí, trabajé, manejé, me desvelé, recé, leí, me enojé, jugué, amé, tomé, bailé (¿?), festejé, canté... en pocas palabras y para no hacer más largo esto: viví, y ya con eso es suficiente.
Además tengo a mi familia, a mis amigos, a mi perro y a mi View Master.
Nunca se está satisfecho con lo que se tiene, y menos si se es un necio como yo. Sin embargo creo que el tiempo me va cambiando la visión de las cosas y las estoy viendo con más madures. ¡Que asco!... y yo que odio que los niños me digan señor. Mañana cumplo 26, y no sé porque, pero tengo la seguridad de será menos malo de lo que pensé. (¡umta!, quería un texto dramático y al final quedó cargado de optimismo).
A veces el del cumpleaños es el que menos se divierte.
A veces, del melodrama, resurge la esperanza.
Hace un año, más o menos a esta hora, escribía sobre mi cumpleaños número 25. Faltaban unas horas para que el 18 de abril llegara y con él, la llegada de mi existencia al cuarto de siglo. 365 días después estoy en la misma situación... eso es lo preocupante. Con la incredulidad como escudo de protección repaso una y otra vez esos enunciados que si hace un año me quemaban la conciencia, hoy la laceran:
“Si hiciera un balance de mi vida, diría que soy feliz. Tengo salud, una familia que me quiere mucho y grandes amigos. Para mi fortuna, el destino ha sido bastante benigno conmigo, por lo que sería una ridiculez quejarme. Y sin embargo, ‘el vacío’ sigue ahí, tan temible como siempre, con esa sensación de insatisfacción que me sigue hasta en los sueños. A los veinticinco, los cánones de la sociedad dictan que debería tener aunque fuera una mediana idea de hacia dónde va mi existencia, debería, además, tener varios triunfos en mi haber, además de una pareja y por qué no, hasta planes de formalizar un compromiso. Pero... ‘oh sorpresa Sr. Revelo, usted no tiene nada de eso, y peor tantito, no está ni cerca de conseguirlo’.”
Mis quejas de ese ‘no tan lejano entonces’ son las mismas que en la actualidad le roban la tranquilidad a mis tardes. Parece mentira (y ojalá lo fuera) que la tierra le dio una vuelta al Sol y yo sigo en las mismas, sobre todo porque me prometí hacer todo lo imposible para que todo cambiara y se esfumara de mi cualquier inquietud. Si duele que alguien te falle, duele ochenta veces más cuando el que te falla eres tú mismo.
Me conozco tan bien que ya lo sospechaba. Hace un año mi texto también decía:
“Lo jodido de los 25 no son los 25 en si, es todo lo que quedó inconcluso detrás. Fragmentos de tiempo que no podré regresar ni vendiéndole mi alma al diablo. Lo jodido es que el tiempo sigue corriendo, y dentro de un año será la misma cantaleta: yo, el vacío, mi inmovilidad, el 26 y el futuro en cenizas”.
Como verán, le atiné: si estaba aterrado de cumplir los 25, los 26 me causan pavor... bueno, más o menos. ¿Alguna ves se han preguntado el por qué del nombre de éste blog? pues la respuesta es sencilla: ni yo me entiendo. Desde que tengo memoria he sido un contradictorio y un día antes del 18 de abril no es la excepción. Me angustia cumplir esa edad y no haber logrado nada, pero a la vez estoy más sereno que nunca y con la seguridad de que voy por el camino correcto. Me hace falta encontrar el amor pero estoy seguro de que se encuentra más próximo de lo que creo. La soledad ya no me abruma, las letras cada día me guiñen más el ojo y a ultimas fechas rió mucho más que antes.
Los miedos siguen ahí, pero comienzo a encontrarles sus puntos flacos. Uno de ellos es repetirse que la vida es el eterno juego de resolver los acertijos de la vida con ingenio y mucha alegría. En un año me deshice de ciertos fantasmas y a otros los he ido adelgazando. De los 25 a los 26 conocí a mucha gente. Corrí un par de riesgos y comprobé que hay cariños que no tienen limites. Lloré, reí, extrañé, comí, me enferme de la gripa y del estomago, mi Atlante se hizo campeón, escribí, trabajé, manejé, me desvelé, recé, leí, me enojé, jugué, amé, tomé, bailé (¿?), festejé, canté... en pocas palabras y para no hacer más largo esto: viví, y ya con eso es suficiente.
Además tengo a mi familia, a mis amigos, a mi perro y a mi View Master.
Nunca se está satisfecho con lo que se tiene, y menos si se es un necio como yo. Sin embargo creo que el tiempo me va cambiando la visión de las cosas y las estoy viendo con más madures. ¡Que asco!... y yo que odio que los niños me digan señor. Mañana cumplo 26, y no sé porque, pero tengo la seguridad de será menos malo de lo que pensé. (¡umta!, quería un texto dramático y al final quedó cargado de optimismo).
El autor de este blog el día de su bautizo, acompañado de su más grande ídolo (que también es su papá y que ahora vive en el cielo).
8 comentarios:
o sea que me lelvas 369 días de edad. órale
yo no me preocupo tanto por esa situación de no tener planes de familai y eso, per no sé, cuestiones de cada quien.
anticipadamente: muchas felicidades ;)
PD te pareces un buen a tu papá!
¡¡¡¡Muchas felicidades Gabo!!!!. Felices 26.
Yo entiendo a la perfección todo lo que dices (como que te llevo 8 meses de ventaja en esta edad jaja). Al igual que tú, creo que con el tiempo vas entendiendo a tranquilizarte. Eso es bueno... aunque no te extrañe de repente volver a la histeria sin razón! jajaja....
Por cierto, sigues sin leer el libro. Si supiera donde localizarte, te lo enviaría de regalo... Pero bueno, ni modo.
Celebra mucho!!, y pásala increíble. ¡Te queremos Gabo, Te queremos!. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Hey feliz cumple. A mí no me importa mucho el futuro, tal vez porque soy una inmadura. Yo odio mi cumple, así desde que tengo memoria, lo peor de lo peor: que me canten las mañanitas, me mata.
dr. alvi: caray, soy más grande que tú, creo que muy pronto voy a terminar en un asilo. gracias por lo del parecido, para mi es un honor.
franciso: creo que todos somos contemporaneos ja ja. no he podido leer el libro, en cuanto terminé los díez mil que tengo a medias lo haré. gracias por las porras.
k: en cierta manera yo también lo odio, aunque a veces es bueno dejarse llevar. eso de ser inmaduro es mucho mejor ¿¡que no!?
¡¡¡gracias a todos por sus felicitaciones.!!!!
chaps que te puedo decir una vez mas me dejas sorprendida de tu escrito pero sobre todo lo único q te puedo decir es que ps si en efecto ya son 26 pero veo q en 365 days has madurado muxo y eso me gusta, has quitado muxos vicios q habia en ti y lo mejor de tooodo, Lia osea yo mera osea tu fan N.1 sigue a tu lado!! te queko muxo
Happy birthday, anyway. Espera a que cumplas los veintinueve, y entonces te dedico "Feria Verdadera" de "Los tres" (A los 29 quíen no es fragil, dolienete, cínico y valiente), mientras te dejo "Puertas abiertas" de "Nacha pop", que es mi equivalente ochentero de las mañanitas.
mi adorarada lía: yo te quiero más, gracias por estar a mi lado a lo largo de estos años en los que definitivamente tú has sido de lo mejor.
kiddo: gracias por la canción, eso sí, espero que mis 29 se tarden mucho en llegar ja ja.
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