Deberán ser unas cincuenta veces, seguramente más, las ocasiones en las que falto a mi palabra. No me gusta fallarme y quedar ante mi como un cobarde. No me gusta escribir mal sobre mi, en la noche de un tonto sábado en el que invertí mi cordura.
A veces, que no siempre, necesito creer que mi mundo pierde la cordura y se transmuta en otras fronteras iguales a mi presente. Ahí, dónde al menos me es permitido pensarte, cometo la imprudencia de añorarte, aun a sabiendas de lo inalcanzable que el tiempo, el destino y nuestra incompatibilidad te han vuelto.
Un minuto para tocar el cielo con tu imagen. Pensarte mujer, saberte poesía, soplo de Dios, inspiración divina. Traerte a mi mente y salvarme por instantes, es condenarme a pagar el pecado de mi insolencia con la resaca de realidad que días después me atormentará. Por un momento tener alas, para después conformarse con tener que verlas ahí, colgadas en el armario sin poder usarlas. Si Dios me dio la posibilidad de escribirte y regalarte un millón de mundos con infinitas posibilidades, ¿quién te crees que eres para seguir volviendo sueños estas ganas?
Me hace daño verte. Tu sola presencia es suficiente para desequilibrarme por horas y hacerme volver a casa sin sueño, con el corazón entumecido y las ansias anhelosas. Y sin embargo no podría dejar de hacerlo. Mi vida ya es de por si demasiado cuadrada como para quitarle lo único interesante que la adorna.
Si bien, erradiqué mi amor por ti.
A veces, que no siempre, me fallo, te fallo y nos fallo al pensarte. Aunque voy bien suelo desviar el camino solo para sentirme un poco malo y romper la monotonía.
Si hoy quise volver a escribir de ti, no fue por debilidad, sino para recordar que por ti, soy capaz de darle vida al optimismo congelado de mi corazón:
Será una tarde alegre cuando te decidas a quererme,
veras en el cielo que la vida te sonríe
y en la calle una niña te saludara.
...y será a las seis de la tarde cando un gorrión cante para ti,
esa canción que desde siempre marca el pulso de mi mirar
e interpreta la forma de mi andar.
Que los árboles te regalen,
una alfombra de hojas para guiar tu caminar.
En ese instante sabrás que siempre estuve ahí,
Ámame en el recuerdo, o hazlo en el futuro.
Pero hazlo con esa alegría,
que inunda mi corazón,
cada que me da por pensar en ti
Si fuera transparente,
verías que nadie te ha soñado como yo.
Una vez más me fallé. Mejor será no perder la cabeza para la próxima y seguirme haciendo el valiente. Para la próxima será mejor no romper la suave telaraña que comienza a separar mi fantasía de tu realidad.
A veces, que no siempre, necesito creer que mi mundo pierde la cordura y se transmuta en otras fronteras iguales a mi presente. Ahí, dónde al menos me es permitido pensarte, cometo la imprudencia de añorarte, aun a sabiendas de lo inalcanzable que el tiempo, el destino y nuestra incompatibilidad te han vuelto.
Un minuto para tocar el cielo con tu imagen. Pensarte mujer, saberte poesía, soplo de Dios, inspiración divina. Traerte a mi mente y salvarme por instantes, es condenarme a pagar el pecado de mi insolencia con la resaca de realidad que días después me atormentará. Por un momento tener alas, para después conformarse con tener que verlas ahí, colgadas en el armario sin poder usarlas. Si Dios me dio la posibilidad de escribirte y regalarte un millón de mundos con infinitas posibilidades, ¿quién te crees que eres para seguir volviendo sueños estas ganas?
Me hace daño verte. Tu sola presencia es suficiente para desequilibrarme por horas y hacerme volver a casa sin sueño, con el corazón entumecido y las ansias anhelosas. Y sin embargo no podría dejar de hacerlo. Mi vida ya es de por si demasiado cuadrada como para quitarle lo único interesante que la adorna.
Si bien, erradiqué mi amor por ti.
A veces, que no siempre, me fallo, te fallo y nos fallo al pensarte. Aunque voy bien suelo desviar el camino solo para sentirme un poco malo y romper la monotonía.
Si hoy quise volver a escribir de ti, no fue por debilidad, sino para recordar que por ti, soy capaz de darle vida al optimismo congelado de mi corazón:
Será una tarde alegre cuando te decidas a quererme,
veras en el cielo que la vida te sonríe
y en la calle una niña te saludara.
...y será a las seis de la tarde cando un gorrión cante para ti,
esa canción que desde siempre marca el pulso de mi mirar
e interpreta la forma de mi andar.
Que los árboles te regalen,
una alfombra de hojas para guiar tu caminar.
En ese instante sabrás que siempre estuve ahí,
Ámame en el recuerdo, o hazlo en el futuro.
Pero hazlo con esa alegría,
que inunda mi corazón,
cada que me da por pensar en ti
Si fuera transparente,
verías que nadie te ha soñado como yo.
Una vez más me fallé. Mejor será no perder la cabeza para la próxima y seguirme haciendo el valiente. Para la próxima será mejor no romper la suave telaraña que comienza a separar mi fantasía de tu realidad.
10 comentarios:
UUUUUUUYYYY, fuerte, querido.
A veces nos rompen poquito el corazón, literalmente. Alguien hace poco me dijo que si nos hicieran un electro cuando nos sentimos así, de verdad se ve que el corazán está como fragmentado.
Analogía o no, es bueno que lo saques de tu sistema, eso siempre sirve.
Saludos, de mi parte. :P
chè! es casi una peticiòn
escrita a un alma
sin corazòn
¿valdra la pena?
muy triste y al mismo tiempo
ingereible poesia
para reconocer
que sos grande!
Amigo Grabiel, tienes la razón del mundo y sobre todo de los hombres porque es una lástima saber que mientras uno entrega todo, la otra persona simplemente ignora, y no sabré yo sobre ese tema creo que soy el más versado uyuyuyyyy a veces dan miedo y otras veces amas sin miedo ¿qué vamos hacer así es la vida?
En este mundo efímero de encuentros ¡como añoramos aquellos que juzgamos felices! Pero a veces allí está, es ella, es su personalidad pero algo le falta. Ya no es la misma, ya no es su mirada, su sensualidad, sus ganas, está allí pero no es la que buscabas. Y curiosamente cuando menos piensas - y siempre cuando menos lo piensas- vuelve y te llena de felicidad, pero no te alegres mucho, el mundo es efímero y quizá ella vuelva pero no necesariamente a repetir aquella efímera felicidad. Disfruta el presente amigo quizá nunca vuelva este respirar limpio de este momento.
No creo que sea debilidad. A veces es necesario decir lo que sentimos, aunque otras veces eso nos quite la fantasía.
Saludos!
hermosas palabras!!!
un dia me dijiste que que con mi post yo te rompí el corazón, pues bueno ahora vos me lo rompes a mi con este otro...
en fin las cosas deben de tomar su cause, espero que todo NOS salga bien co estas historias eternas como las llama mi mejor amiga
besos niño gabriel
y es que vivo enamorada del como escribes , de esa mezcla exacta de palabras que a una la conmueven
Justo lo que uno no debe leer cuando tiene el corazón partío... Chale!!! Y yo lo tengo así desde hace 16 meses.
Un abrazo...
Ja, no puedo evitar sentirme vació una vez más. Si bien no amo a nadie, tampoco hay nadie por ahí que me rompa el corazón...
Fuerte amigo!!!pero con todo el sentimiento del mundo!!!Besos!!!
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