La maldita tecnología vino a recordarme algo que ya sabía, pero que prefería ignorar: Tengo voz de pobre.
Sí, de pobre...
En el post pasado les comenté que estoy empezando a usar mucho Snapchat, red social que entre sus encantos te permite compartir pequeños videos. Y ahí es dónde la marrana torció el rabo, pues cada que subo alguna grabación a esta u otra plataforma similar tengo que escucharme y el resultado me parece horrible.
Supongo que todos dicen lo mismo cuando se escuchan así mismos en una grabación de audio o video, pero en mi caso siempre ha sido algo que me conflictúa, pues según yo, cuando hablo y me escucho a mí mismo tengo una voz varonil y clara, hagan de cuenta como la de César Evora o Enrique Rocha, pero todavía más chida y con un toque juvenil. Lógico, cuando por azares del destino oigo mi verdadera voz me quiero morir.
Ahora que lo pienso, no sé cómo en algún momento tuve un programa de radio, pues de verdad escucharme me resulta intolerable y siento que doy pena ajena.
Todavía recuerdo la primera vez que me confronté con mi verdadero tono de voz, fue en unas vacaciones de verano, cuando mi hermana y yo nos pusimos a jugar con una vieja grabadora. Me impactó mucho el descubrir que en realidad mi tono era de pobre. ¿Por qué de pobre? No lo puedo explicar, pero eso fue lo que me vino a la mente cuando me escuché.
Y así ese choque con mi voz real se ha repetido constantemente en vida, al grado de que prefiero no ver los vídeos o audios en los que hablo. Prefiero seguirme engañando y pensar que tengo una voz de galán de telenovela y no una voz gacha.
Puede ser que algún día acepte mi voz culera. Algo que no veo muy factible, pues si nunca me acostumbré a escuchar a Chabelo usando su verdadera voz (hasta sentía feo cuando lo hacía), qué les hace pensar que podré superar mi horrible registro vocal.
Curiosamente, lo que no hago tan pinche es cantar, o eso creo yo. Digo, tampoco debe pensarse que tengo mejor voz que Adele o Luis Miguel, de hecho soy bastante desafinado, pero al menos no me da tanta pena.
Uno de mis planes en cuanto a redes sociales es comenzar a usar más las plataformas que permiten subir videos, como YouTube, Vine y Snapchat, y quizá eso contribuya a que finalmente acepte que hablo como pobre. De verdad, quiero pedirle una disculpa a la humanidad por contaminar el ambiente sonoro con mi voz horrible, neta perdón.
2 comentarios:
Si, a mi tampoco me gusta oir mi voz en videos o audios...
Pues a mi tampoco me gusta escuchar mi voz, aunque de verdad me gustaria escucharte narrando alguna de tus historias en otra red social, no lo se.
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