jueves, 13 de septiembre de 2012

Historias de Gimnasio



Vengo llegando de ponerme "mamado".

No, no se rían. Es verdad, de hecho, si hace unos meses me hubieran dicho que escribiría algo así simplemente no lo creería. Y es que durante años, varios amigos intentaron sin éxito convencerme de inscribirme al gimnasio. Solía ser de los que juraban que nunca en la vida se enrolarían en uno de estos lugares. ¿Y qué creen? que más pronto cae un hablador que un cojo, aunque yo me tardé en caer más de 10 años.

El chiste es que desde hace una semana voy al gimnasio. Ni me pregunten cómo acepté inscribirme porque ni idea tengo, o más bien sí. Si acabé metido en este lío fue porque hace un par de meses anunciaron la próxima apertura de un gimnasio en el centro comercial que está por mi casa, y cuyos precios de las mensualidades, dicen los que saben, son una ganga.

Primero fue mi hermana la que se inscribió. Días después lo hizo mi novia. Ambas me presionaban para inscribirme, y pues caí. No crean que lo hice porque me dejo mangonear por las mujeres, al contrario, pero hice un análisis que me hizo replantear la situación: en primer lugar, después de que bajé varios kilos , pensé que lo correcto sería tonificar un poco mis brazos flacos. En segundo lugar, hacer ejercicio quizá le caería bien a mi maltrecha salud. Y bueno, además del poco dinero que gastaría, estaba la cercanía del gimnasio: a 5 minutos caminando.

Así, un mes antes de su apertura, y viendo aun lejana la su inauguración, me inscribí por primera vez en mi vida a un gimnasio. Y ha sido una experiencia bien extraña.

Cuando uno llega por primera vez al gimnasio el choque visual es complicado. Hombres fortachones y mujeres en forma por todos lados. Muy metidos en lo suyo. Todos haciendo sus ejercicios con cara de sufrir, como si fueran Rocky Balboa y en cada levantada de pesas se les fuera la vida. Todos caminando con los brazos semicurveados, como si fueran 'los meros meros' y viendo su reflejo en cuanto espejo encuentran. A mi, esa faramalla, lejos de motivarme o causarme admiración, me causa risa. Y también está la música que ponen. Bien animada 'tipo antro de Mirrey' pa' que uno haga ejercicio más motivado.

A mi esa música moderna ni me da emoción. Por eso llevo mi iPod en donde escucho canciones de Emmanuel, Armando Manzanero, Alejandro Sanz y demás románticos con los que me identifico. Otra cosa fea que me pasó fue la primera vez que entré al vestidor. ¡Puro señor encuerado, aquello hasta parecía campanario!  Como comprenderán, eso es lo último que quiero ver. Por eso, cuando tengo que ir al baño y pasar por ahí, prefiero hacerlo con los ojos viendo al techo. Espero un día no me vayan a dar un llegue por error.

Aun ahora, a una semana de asistir al gimnasio sigo sintiéndome como un turista en el extranjero. ¿Estoy mal por ver todo aquel circo como un gracioso monumento al narcisismo, antes que como el lugar en donde esculpiré mi cuerpo?

Esto último, por cierto, no creo que ocurra, pues mi objetivo al meterme al gimnasio no es ponerme musculoso, sino sólo hacer ejercicio. Tener mi cuerpo lleno de bolas (a menos que sean las de unas muchachas) nunca me ha llamado la atención.

Además hago muy mal los ejercicios. En parte porque soy torpe, tomo todo a chiste y por si fuera poco, los instructores son pésimos. Salvo un amigo que se ha tomado la molestia de explicarme cómo funcionan los aparatos y de qué manera hacer correctamente los ejercicios, estoy convencido que la gran mayoría de los instructores sólo van al gimnasio a lucirse. Se pasean de un lado a otro presumiendo sus músculos, si eres mujer se pasan horas ayudándote y explicándote los ejercicios, pero si eres hombre que un caballo te haga popo encima. No te pelan, y cuando se dignan a ponerte un poco de atención, lo hacen al 'ay se va' y muy superficialmente. Creen que uno entra sabiendo los nombres de los ejercicios y hasta parece que les cae gordo que uno les pregunte sobre la rutina que ellos mismos te ponen.

Como ya mencioné, si no fuera por mi amigo Ramses, que me explicó pacientemente cómo respirar y qué onda con cada ejercicio ya me hubiera roto algo. Y no se crean, aun así sigo siendo un fiasco. Debe ser algo bastante divertido verme hacer diariamente el ridículo en esos aparatos del demonio.

Todos los días he terminado con el cuerpo medio adolorido. No tanto como me decían, pero si siento mi pecho muy maltrecho y los brazos me pesan. Espero que al igual que ocurre con las heridas de amor, el malestar vaya pasando poco a poco.

Y en esas ando, haciéndole al deportista nomás para convivir. Ignoro cuanto dure en este show o si acabe por gustarme, me vuelva adicto al ejercicio y en una de esas si me pongo bien mamado y me vuelva el objeto del deseo de la muchachas. El tiempo lo dirá.

Con su permiso, me voy a echar cual res, es que ando cansado. 

6 comentarios:

Analema dijo...

Jajaja éste post me sacó varias risas. Hacía mucho que no lo lograba.

Espero que te vuelvas vigoréxico y que te llenes de bolas de muchachas. =)

Saludos mi Revel.

Luis Gabriel... dijo...

jejeje....ya le encontraras el gusto Gaby, paciencia

gabriel revelo dijo...

Johny: Gracias por leerlo, qué bueno que reíste jajaja. Yo también espero llenarme de bolas de muchachas. Un abrazo amigo.

Luis: Eso espero, a veces me gusta, otras ocasiones me da mucha flojera. Cuestión de tiempo, supongo.

El hombre del traje gris dijo...

Yo me he inscrito al gimnasio varias "temporadas" en los ultimos... mmm 4 años mas o menos, hubo un rato que si agarre muy buena condicion, hasta iba 2 veces al día, pero despues empieza uno a faltar y tampoco llegue a ponerme boludo de ninguna forma.
Lo que si es que es muy bueno para liberar estres, olvidarse un poco de todo y conocer a varias personas, y pues ya sea mucho o poco, lo que hagas ayuda bastante.
ahorita por cuestiones $$ no he vuelto, pero ahorita ando pensando en entrarle a las correderas de 5 y 50k

Aprovecha que tienes el gym cerca, poco a poco le iras agarrando la onda y el gusto.

Delirio dijo...

A mi también me hizo reír la entrada. Aprovecho para felicitarte x q es muy notorio tu cambio de imagen, así q igual y consigues el cuerpo de la foto si aplicas la misma disciplina q en el control de peso. Yo espero algún día seguir tu ejemplo. Abrazos!!

gabriel revelo dijo...

Hombre del Traje Gris: Wow, pues me das muchos ánimos, suerte con las carreras y sí, espero no flojearle mucho, que luego se me da muy bien. Saludos, y gracias por leer :).

Deli: Gracias por chulearme, no creo ponerme como en la foto (ni me gustaría) jajaja, te mando un abrazo.