El proceso de contagio ha sido el mismo de siempre.
Escucho hablar de una nueva red social. La veo con
desconfianza. Empiezo a oír buenos comentarios de ella. Abro una cuenta ‘nomás
por probar’. Me gusta. Se me vuelve adicción. Me pasa la moda. Llega algo
nuevo.
Así he pasado de participar de foros, al Hi5, al MySpace,
al Facebook, al Twitter, a LinkedIn, a YouTube y finalmente a Google +. (No
menciono al blog, porque este espacio se cuece aparte, y es mucho más
importante que los anteriores).
En fin, el asunto es que desde el domingo pasado tengo un
juguetito más en este mundo del internet: Pinterest.
A pesar de escuchar y ver que en su mayoría es una red
que usa el público femenino, mi necedad-curiosidad fue más fuerte y abrí mi
cuenta. Cinco días después aun no hago la gran cosa. Apenas estoy agarrándole la
onda, comprobando que aunque creía lo contrario, este artilugio del demonio también
es para hombres. Después de todo, los rumores eran ciertos, Pinterest es
adictivo.
Y pues… yo me conozco y sé cuando ya valió. Por lo tanto,
y como si no tuviera suficientes cosas que hacer, parte de mi tiempo libre será
destinado a ‘pinear’, que es lo que se supone hace uno en Pinterest.
Quienes aun no sepan de qué carajos estoy hablado, les
explico: Pinterest es una red social que te permite compartir lo que más te
gusta. Puedes subir imágenes o videos de lo que quieras, e ir creando galerías temáticas.
Hasta aquí, todo normal. Lo bueno empieza cuando comienzas a buscar lo que se
te ocurra dentro de otras galerías. Si algo te gusta, lo ‘repineas’ y listo, ya
está en tu perfil y en tus tableros. Igual que el resto de las redes sociales,
puedes seguir y ser seguido.
Sé que suena complicado. Yo pensaba lo mismo hasta que
comencé a usarlo. Ahora trato de no meterme muy seguido, pues hacerlo implica
perder por lo menos una hora buscando lo que se me ocurra. Y si no lo haces,
pues puedes jalar el contenido de cualquier otro lado y colgarlo a tu perfil.
Igual y estoy revolviendo todo y ni sirve para eso, pero
para mí, Pinterest es un gran archivo visual que entre todos vamos conformando
día a día.
En estos momentos sólo tengo tres seguidores, así que les
dejo mi dirección de Pinterest para que me sigan. Y más les vale que lo hagan,
no escribí todo este choro en vano.
Por acá me encuentran para conocer un poco más de mis
intereses y cotorrear un rato:
(bueno, ni cotorreo tanto, pero puse eso para sentirme
más joven).
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