Toda
historia termina, y los días de Londres 2012 han llegado a su fin. Sin embargo,
sus últimas horas aun nos deparaban una última alegría, una hazaña deportiva
más para recordar durante los años venideros.
Sucedió
ayer, después de la apoteósica medalla de oro que México obtuvo en el fútbol
olímpico. Cuando creíamos que nuestra felicidad no podría ser mayor, vino María
del Rosario Espinoza y de una forma por demás valiente y aguerrida se hizo del
bronce en el Tae Kwon Do.
Fue
ayer. Día sábado. 6:30 de la mañana. A pesar de ser día de descanso, me desperté
para ver su primer combate. María ganó con trabajos ante una camboyana que
vendió cara la derrota. Durante las horas venideras estuve al pendiente de cada
una de las confrontaciones, siendo testigo del esfuerzo de la Taekwondoín
mexicana, que en varias ocasiones terminó maltrecha y severamente lastimada.
Incluso recibió un fuerte puñetazo en el rostro y siendo robada arteramente en
un duelo contra su rival de Serbia.
Era
justo en esos momentos de dolor, en las múltiples caídas que sufría, cuando
nuestra "María Bonita" se crecía y sacando fuerzas de flaqueza se
lanzaba en busca de la victoria. Quizá sea una tontería pensarlo así, pero esos
rostros de sufrimiento tan emotivos me llenaban de orgullo. Saber que una
mexicana anteponía su físico en pro de lograr poner en alto el nombre de su
país fue emotivo. Al final, cuando disputaba la medalla de bronce contra Cuba, y
en un par de ocasiones visitó la superficie del tatami, me involucré tanto en
el combate que sentí ese coraje en su interior, esa fuerza que te hace
levantarte a pesar de tener todo en contra.
Hace 4
años fue campeona olímpica. Ahora en Londres alcanzó la medalla de bronce.
Gracias por aguantar tanto y enseñarnos que nunca hay que dejar de pelear, aunque
duela y se esté en el piso. María bonita, gracias por pelear por México, todos
deberíamos hacer lo mismo desde nuestras trincheras.
Y así
llegó a su fin Londres 2012. Al iniciar esta aventura me propuse escribir un
texto por cada medalla que ganara México. No pensé que escribiría tanto y tan
seguido. Y sin embargo fue un placer expresar con palabras lo que cada una de
esas preseas significaron no sólo para mi, sino para toda una nación.
México
cerró con 1 oro, 3 platas y 3 bronces.
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