No recuerdo a bien cuándo fue que conocí a Ángel. Mucho
menos cuando comencé a hablarle, a llevarme con él, y de la nada se volvió mi
mejor amigo. Supongo que estos aspectos de la vida se van dando de forma tan
natural, que cuando uno se da cuenta ya ocurrieron.
Esto sucedió alrededor del año 2001. Desde entonces,
Ángel ha estado presente en los momentos más importantes de mi vida. Me ha
visto reír, llorar y enojarme. Ha estado en las buenas, en las mejores, y en
las peores. Por eso, me parece mentira que una década después esté escribiendo
estás palabras para hablar de su boda por el civil.
Así es, en unos días mi amigo Ángel contraerá matrimonio
con Katy, una chica a la que conocí hace unas semanas, tiempo más que suficiente
para convencerme de que es una buena mujer y adecuada para él. Para quien
escribe estás líneas, es todo un honor ser considerado como uno de los testigos
de los novios que el próximo 31 de diciembre iniciarán la más grande aventura
de sus vidas.
La historia de Ángel y Katy parece de película, pero es
aun mejor. Les tomó sólo un par de días conocerse y decidir que querían estar
juntos toda la vida. El destino se las ingenió para que ambos se hallaran en el
instante correcto y una simple casualidad se convirtiera en el más fortuito de
los encuentros.
Por ahora, me encuentro comprando traje, camisa y demás
artilugios para verme presentable ese día. Por unas horas dejaré mi desfachatez
acostumbrada para estar a la altura de las circunstancias. ¿Qué le va uno a
hacer? Estos eventos se dan pocas veces. Si para él es un momento importante,
para mí también lo es, y será un honor
estar al lado de ambos el próximo lunes.
Mi amigo, mi hermano, y uno de los hombres más
maravillosos del mundo, sólo me queda decirle que mi cariño por él es más
grande que el mismo universo.
A menudo les he comentado que suelo dividir mi vida en
temporadas, como si se tratara de una serie televisiva de comedia. En este
caso, considero la boda de Ángel como si fuera un final de temporada. Y es que
no sólo es la primera vez que se casa uno de mis amigos cercanos, sino que
también ocurre en el último día del año y como es costumbre en fechas así,
muchos ciclos se abren y cierran.
Este año he ido aprendiendo que la vida cambia. Que todo está
en continuo movimiento y que tarde o temprano, la vida nos mueve por más
resistencia que pongamos y reacomoda todo de manera perfecta.
Este es el último post de este 2012, pero ya les estaré
contando cómo estuvo la boda.
Seguramente el 2013 me traerá más aventuras, más alegrías y también
algunas tristezas y angustias, lo cual narraré aquí mismo, pues al fin y al
cabo así es la vida y me gusta dejar registro de ella.
Nos leemos en el 2013, o antes, si ocurre algo muy
importante. Gracias por leerme.
3 comentarios:
Muy feliz termino de 2012 en la boda de tu amigo y super feliz inicio de 2013... gracias a ti!!!
Angelica
Muchas gracias por siempre estar Angelica... que para ti el 2013 sea extraordinario. Un fuerte abrazo.
Eres un pendejo gay
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