John Wray es otra de las figuras de la literatura
contemporánea que se dieron cita en la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara, y al que confieso no conocía. El autor estadounidense charló con
Mariana Hernández (mejor conocida como Mariana H) sobre Lowboy, su novela más
representativa.
Físicamente John Wray no niega que es gringo, eso es lo
primero que pensamos cuando este rubio entró al salón de conferencias. Con
aparato traductor en mano, los presentes esperábamos que el escritor comenzara
hablando en inglés. Para nuestra sorpresa, cuando tomó la palabra lo hizo en un
español claro y fluido que a más de uno nos sorprendió.
Desde ahí se ganó al público.
Guiado por la inteligencia de Mariana H., Wray comenzó a
desenmarañar el proceso que siguió a la hora de crear Lowboy, novela que habla
sobre un adolescente que padece de esquizofrenia, tiene una madre que oculta un
secreto y además comienza una curiosa relación con Emily, una chica un par de
años mayor que él.
Y es que para Wray, la adolescencia y la esquizofrenia se
parecen. Ambos te aturden y confunden todo el tiempo. Incluso te pueden llevar
a realizar cosas impensables. Si en Lowboy el protagonista cree que perdiendo
su virginidad frenará el calentamiento global, el autor confesó que durante su
pubertad pensaba que de no lograr perder la virginidad, sería el fin del mundo.
Gran parte de la trama de Lowboy ocurre en el metro de
Nueva York. Para escribir esta novela, Wray se pasaba días enteros vagando por
los túneles y vagones de este medio de transporte. En parte, para comprender al
personaje y también para aislarse del resto del mundo, lejos de los celulares o
el Internet que podrían distraerlo. Únicamente estaba él, su pluma y la música
que escuchaba en su reproductor.
“Si vives en una ciudad como Nueva York, o cualquier otra
que tenga metro, en poco tiempo éste se transforma en un lugar para pensar más
claramente acerca de muchas cosas. Trabajando en el metro descubrí muchos
detalles nuevos que me ayudaron a la hora de escribir Lowboy”.
Y ya que tocamos el tema de la música, ésta fue un
elemento importante en la creación de la obra. Además de escritor, Wray es
músico. Para acompañar el proceso de escritura, creó un track para cada
capítulo del libro. Incluso confesó que hubo capítulos en los que primero tuvo
la banda sonora, antes de sentarse a escribirlos.
Una vez que terminó la historia, Wray guardó en su casa
la música que había creado, pues según él no era muy buena.
Esta novela habla en gran medida de la relación de Lowboy
con su madre, la cual encierra un secreto que para algunos lectores es obvio a
media novela, y para otros resulta toda una sorpresa.
“Sabía que la madre de Lowboy tenía un secreto, pero no
tenía claro cuál. Cuando lo supe la novela se resolvió”. Y es que como dice
Wray, a nadie le ocultamos tanto los secretos como a la propia familia.
Uno de los elementos mejor logrados en la novela es la
forma en la que se retrata la esquizofrenia. El autor confesó haber hablado con
personas que la padecen y leer mucho sobre el tema para no caer en
exageraciones.
“No fue fácil, es una gran responsabilidad escribir sobre
esta enfermedad. En la literatura y el cine es tratada desde un punto de vista
sensacionalista. Los esquizofrénicos no son violentos. Se puede caer en muchos
huecos al narrar una situación así”.
Hacia el final de la charla, Mariana H. le comentó a Wray
que el libro era muy cinematográfico gracias a la atención que le puso a narrar
los detalles, incluso citó a Juan Villoro, quien afirma que los detalles son
los que hacen verosímil la literatura. Al respecto, el autor reveló que lo hizo
como estrategia, para crear un ambiente de tensión. Esta técnica a veces
funciona y a veces no.
Así concluyó una charla entrañable, de esas en las que
uno sale con ganas de conocer más sobre el autor y su obra. Por lo pronto, en
cuanto dejé de escribir estas palabras volví a la FIL por mi ejemplar de
Lowboy. Sólo quedaban dos. El mío ya está en mi buró, y no puedo esperar a
iniciar su lectura.
*** Nota de mi autoría publicada originalmente en Sopitas.com
*** Nota de mi autoría publicada originalmente en Sopitas.com
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