Y
volvió a pasar. 24 horas después de sufrir la descarga de energía que trae
consigo el ver a tu país ganar una medalla olímpica, la emoción vuelve a
repetirse. Igual o más fuerte que el día de ayer. Nuevamente plata, una vez más
clavados sincronizados 10 metros. Ahora los héroes de las películas son mujeres
y responden a los nombres de Paola Espinosa y Alejandra Orozco.
El
inicio de este martes se anunciaba especial. Aun con el corazón latiendo
aceleradamente por lo vivido ayer, me levanté a las cinco de la mañana con el
presentimiento de que hoy nuevamente podría caer otra medalla para México.
Apenas llegué al trabajo (7 de la mañana) recibí un mail y me enteré que me
tocaba cubrir y hacer la nota sobre la competencia de Paola y Alejandra. Así
dio inicio a esa ‘cosquillita’ mezclada con adrenalina que da el saber que se
trabaja contra reloj.
Lo malo
es que mi compañero que trae las llaves de la oficina no llegaba. Así dieron
las 7:30, después las 8 de la mañana… y la competencia arrancaba a las 9. Así que
decidí jugármela y regresar a casa para comenzar a trabajar la nota y sacarla a
tiempo (bueno, y también porque me andaba del 2 y siempre he preferido hacer en
mi casa). Llegué justo a tiempo para comenzar a trabajar, ir al baño y ver la
competencia.
En
punto de las 9 de la mañana (3 de la tarde hora de Londres) comenzó la
competencia. Y la verdad se me fue como agua. Entre tuitear los pormenores de
cada clavado de las mexicanas, ir redactando la nota e intentar ponerle
atención a lo que iba sucediendo apenas y me daba abasto. Sentado en la sala de
mi casa, con la MacBook en las piernas y los nervios a todo lo que da.
Después
de las primeras dos rondas la pareja mexicana ocupaba la penúltima posición
(séptimo lugar). A falta de tres clavados ocurrió lo mismo que con Germán
Sánchez e Iván García un día antes: arriesgaron. Las clavadistas mexicanas
ejecutaron con maestría tres lances con alto grado de dificultad, esto las
llevó a ocupar el segundo lugar durante la parte final de la competencia. China
obtuvo el oro, Canadá el bronce.
A pesar
de un ligero trastabilleo en su cuarto clavado, se aferraron al segundo escalón
fiera e inteligentemente. Cuando finalmente la medalla de plata era una
realidad nada más importó. Ni la nota que debía publicar casi inmediatamente,
ni los tuits, ni el que aun me faltaban horas para terminar mi horario de
trabajo. Nuevamente el tiempo se congeló, comprobando mi teoría de que una
medalla olímpica de tu país cambia completamente la atmosfera de ese día.
Hoy
poco espacio queda para no hablar de otra cosa que no sea de ellas. De la
clavadista que hoy cumplió 26 años y que hoy se convirtió en la mejor
deportista de esta disciplina en la historia de México, o de esa joven que
cambió su fiesta de quince años por una medalla.
Han
sido dos días para nunca olvidar. Jornadas extrañas, pero que uno quisiera se
repitieran más seguido.
2 comentarios:
Estoy emocionadicima y tenia que decírtelo, 2 mexicanas compitiendo entre si para ver quien va contra la Corea para competir por el oro mientras que la otra se queda con el bronce. Ya aseguradas 2 medallas más para México, pero primeras para la arquería mexicana.
Muchos saludos ;)
Ale... Sí, lo vi, incluso recibí este comentario justo cuando esa competencia pasaba. Qué gusto lo sucedido :)
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