Habrá
sido por ahí del 2001 cuando compré su primer disco. Seducido por un par de
sencillos que me habían gustado al escucharlos en la radio, me aventuré a
comprar "El viaje de Copperpot", segundo álbum de estudio del grupo
La Oreja de Van Gogh. Desde entonces comencé a comprar sus discos venideros y
podría decirse que me volví su seguidor. Más de diez años después, por primera
vez los vi en concierto.
Viernes
18 de mayo del 2012, Pepsi Center de la Ciudad de México, 20:30 horas. Para ser
honesto no tenía mucha idea de qué esperar. Uno suele escuchar discos y
llevarse grandes sorpresas o decepciones cuando escucha esas mismas melodías en
vivo. Cada material de La Oreja de Van Gogh que fui adquiriendo a lo largo de
los años me dejó más que satisfecho. Estar ahí valía la pena.
Con
este grupo me pasa algo muy peculiar. Sus temas, más que canciones, las
considero historias. Cada que compro uno de sus discos lo hago con la emoción
de quien compra un libro de cuentos, ansioso por dejarme cautivar por la
narrativa y creatividad en la que personajes y situaciones cobran vida. Antes
que músicos, considero a los integrantes de La Oreja de Van Gogh como
escritores de algunas de las historias que más me han cautivado y acompañado a
lo largo de mi vida.
Mentiría
si no dijera que La Oreja de Van Gogh y sus literarias canciones forman parte
de mi educación sentimental. Por eso, después de acompañarme por años no me lo
pensé mucho para ir a su presentación. Y saben, no me decepcionaron, al
contrario, fue un C-O-N-C-I-E-R-T-A-Z-O.
Se sabe
que una banda es virtuosa en tanto su música en vivo suene igual o mejor que en
su disco de estudio. Y eso pasó con La Oreja. Melodías ejecutadas con maestría.
Cada uno de los cinco integrantes daba lo mejor de sí, y eso se notaba en la respuesta
del público, con quienes los españoles conectaron de inmediato.
Era una
gran postal. Los integrantes de La Oreja de Van Gogh (a quienes tanto había
visto, pero sólo en fotos) emocionando a cientos de personas que no dejaban de
saltar y corear las canciones. Por el tipo de música que interpretan, llegué a
pensar que sus conciertos estarían más orientados a la calma. Y sí, pero
también hubo mucha energía. Fue de esos conciertos en los que el público
raramente encuentra un espacio para sentarse y descansar.
"Deseos
de cosas imposibles", "Muñeca de trapo", "París",
"La Niña que llora en tus fiestas", "El Último Vals",
"Cometas por el cielo", "Puedes contar conmigo" y por
supuesto la mítica "Jueves". Escucharlas una y otra vez durante años.
Adoptarlas como parte de los momentos importantes de mi vida y finalmente
verlas ejecutar frente a mis ojos fue una gran experiencia. Ni que decir de
Leire, la vocalista que con su maravillosa voz y presencia escénica me dejó
gratamente sorprendido.
Aquellas
historias que tanto me gustan, "leídas" en directo, adquieren una
mayor emotividad y fuerza, y se clavan en el corazón de quien sin saberlo,
esperaba ese momento desde hace mucho. Canción tras canción era una ráfaga de
recuerdos-reflexiones-anécdotas que redondearon la noche.
De
pronto, quien asiste a un buen concierto, siente su corazón acelerado y
emocionado cuando éste recién termina. Así me pasó con esta presentación que se
me fue como agua. Al final quedé con ganas de volver a verlos en vivo, no
importa que tenga que esperar otros diez años para hacerlo.
Pd. Gracias a mi compañera de concierto, por darle sentido a las canciones y hacer de esa noche algo aun mejor.
Pd. Gracias a mi compañera de concierto, por darle sentido a las canciones y hacer de esa noche algo aun mejor.
Aquí un video de no muy buena calidad, grabado durante esa noche (no lo tomé yo).
El
Pepsi Center
A pesar
de esta maravilla de concierto, hubo un detalle que a los asistentes nos tuvo
con cara de espanto durante todo el evento. La forma en la que se tambaleaba el
segundo nivel del Pepsi Center. Yo que estaba ubicado debajo de ese piso puedo
decir que más de la mitad del concierto esa estructura se cimbraba peor que si
estuviera ocurriendo un sismo. Por tanta vibración a causa de los saltos de la
audiencia las lámparas estuvieron a punto de caer sobre el público que se
encontraba debajo. Incluso hasta caía polvito y pedacitos como de yeso.
El
Pepsi Center no tiene ni un mes de haberse inaugurado y ya se encuentra en esas
condiciones, ojalá y las autoridades de protección civil hagan algo al
respecto. De no ser así, un día no muy lejano podría ocurrir una tragedia en
ese sitio. Toco madera.
2 comentarios:
Hola: muy lindo tu texto yo también soy super fan de LODVG,y bueno he ido a 4 conciertos(3 en el auditorio nacional y este) pero cabe señalar que el pepsi center es un lugar espantoso, creeme muchos pensamos que ocurriria una tragedia y fue dificil disfrutar el concierto, de hecho fans de Megadeth(quien proximamente estara ahi) se estan manifestando en facebook para que proteccion civil revise el lugar, es una pena que les den permiso de abrir lugares "patito" .
Gracias por tu visita y comentario. Espero vuelvan y los pueda ver en otro lugar, La verdad disfruté mucho el concierto. Y sí, ese Pepsi Center debería ser clausurado YA. Saludos!!!
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