domingo, 29 de septiembre de 2013

Carta a Carlos Vela



Querido Carlos Vela:

Hoy se cumplen casi 8 años de aquel 2 de octubre del 2005, día en el que la Selección Mexicana Sub-17 ganó el Campeonato Mundial de la especialidad en Perú; tú formabas parte importante de ese equipo y junto con el resto de los jugadores desfilaste por las calles de la Ciudad de México mientras miles de aficionados te vitoreaban a ti y a tus compañeros. Quién ahora escribe estas palabras estuvo ahí, aplaudiéndote y orgulloso de lo que hiciste.    

Desde ese momento te ganaste mis respetos y el de muchos mexicanos, realmente grabaste tu nombre con letras de oro en la historia del futbol mexicano. Sin embargo, el motivo de esta carta, que seguramente nunca leerás, dista mucho de dedicarte palabras amables o de agradecimiento, y es que sabes, uno no puede vivir eternamente de glorias pasadas.

No sé qué rayos pasa por tu cabeza, si te golpeaste con algo la cabeza, si actúas así por la edad o de plano estás imbécil, el chiste es que no me explico que no hayas querido formar parte de la Selección Mexicana, no en una ni dos ocasiones, sino varias veces más. El chiste es que desde hace un par de años cada que eres convocado a vestir la playera verde pones algún pretexto. Primero decías que te querías consolidar en Europa y que preferías permanecer en tus equipos y buscar la regularidad. Y así fue, en honor a la verdad podríamos decir que cumpliste tu objetivo.

Los meses venideros los aficionados y medios deportivos te hemos visto rechazando una y otra vez las convocatorias que se te hacían a la Selección Nacional y las cuales rechazabas con pretextos francamente idiotas. Así te negaste a venir a juegos amistosos, Juegos Olímpicos, torneos internacionales y partidos eliminatorios.

Paralelamente tus actuaciones con la Real Sociedad de la Liga Española cada vez eran mejores, con ese antecedente algunos periodistas y fanáticos pedían constantemente tu regreso a la selección diciendo que eras actualmente eres el mejor jugador mexicano del momento. Y lo es, pero no por eso vamos a estar rogándote.

Finalmente el pasado viernes volviste a negarte a jugar para México, y lo haces justo en el momento en el que el equipo tricolor necesita más la suma de esfuerzos para revertir el mal momento por el que atraviesa la Selección y lograr el boleto para la Copa Mundial de Brasil 2014. Argumentaste que no te sentías 100% anímicamente para venir a sumar.

Y ahí sí mi querido Carlos, no mames. Si un día salgo con esa cantaleta y digo que no voy a trabajar porque no me siento anímicamente bien, seguramente me corren.

¿Entonces cuándo vas a estar al 100%? ¿Ya que se califique al mundial?

Si tú lógica es no apoyar a tu país cuando lo necesitas anteponiendo tu estado de ánimo, entonces no entiendo tu escala de valores en tu carrera. En México se cuentan por miles las personas que darían su vida por defender la playera verde que hoy desprecias con sobrada desfachatez. Vestir esa playera es un orgullo que pocos tienen y que tú tiras a la basura. ¿Quién demonios te crees?

¿Alguna vez Messi, Maradona o Pelé han hecho o hicieron semejante ridiculez de despreciar a sus Selecciones?

Finalmente no se te puede obligar a que estés en donde no quieres, pero seguramente algún día te arrepentirás de esta niñería que estás haciendo. No te diré que eres un mal mexicano pues al fin y al cabo el futbol no es más que un juego y la patria no se va en ello, pero sí habla muy mal de ti que como profesional evadas tu responsabilidad de esta forma.

Ojalá nunca te vuelvan a convocar a la Selección, te lo deseo de todo corazón, finalmente prefiero que jueguen quienes realmente lo desean y se rompan el alma por el equipo, a que lo haga a regañadientes un escuincle cagón, como tú comprenderás. Finalmente es mucho más mexicano un naturalizado que a pesar de no haber nacido en nuestro país está dispuesto a jugársela por este país, mientras tú te escudas de sabrá Dios qué.


¿Te estresan las críticas, los viajes, los abucheos? Pues te tengo una noticia princeso, eres futbolista, no Reina de Belleza. Y sí, formar parte de un representativo nacional trae consigo presiones, pero también muchas satisfacciones y la oportunidad de llevar en tus hombros los sueños de un país entero.

Qué tú mismo te perdones por lo que le estás haciendo a tu carrera, y ojalá en un futuro este país no olvide el desprecio futbolístico en el que ya caíste varias veces.

Sin más por el momento, sigue triunfando en Europa, que en la Selección ya sabrán arreglárselas sin ti, y a ver quién te extraña.

Atte.
Un aficionado que aun en tiempos difíciles, no se quita ni deja de amar a esta preciosa playera:

lunes, 23 de septiembre de 2013

No se aceptan devoluciones


"Eres lo mejor que no quería que me pasara"

La frase anterior resume la idea central de "No se aceptan devoluciones", la nueva película dirigida y protagonizada por el comediante mexicano Eugenio Derbez.

Antes de continuar con este texto debo admitir que desde hace muchos años soy admirador del trabajo de Derbez y del estilo de comedia que lo ha llevado a desarrollar una de las carreras más sólidas y respetadas no sólo en la televisión mexicana, sino en otros ámbitos del entretenimiento. Por eso,  desde que supe del estreno de esta película tuve ganas de verla. Antes de hacerlo escuché muy buenos comentarios al respecto, así que fui al cine con expectativas muy altas... las cuales fueron superadas con creces.

"No se aceptan devoluciones" es una película en la que ríes y te diviertes, llena de momentos hilarantes y muy ingeniosos que decenas de veces provocan las risas del público en la sala de cine; también hay escenas tiernas y cargadas de mucho amor, que invitan a la reflexión y que nos recuerdan cuáles son las cosas más importantes de esta vida; y también hay instantes tristes en los que es inevitable derramar varias lágrimas.

En pocas palabras: es una película redonda, que además tiene una manufactura impecable que no le pide nada a una producción anglosajona.

La trama gira en torno a Valentín, un hombre sin oficio ni beneficio que vive en Acapulco de forma desenfrenada y sin preocupaciones, seduciendo y teniendo aventuras ocasionales con muchas mujeres de las que escapa antes de contraer algún compromiso; hasta que de un día para otro se entera que su forma de actuar tuvo consecuencias y que es padre de una linda bebita de origen estadounidense de nombre Maggie. El problema es aún mayor ya que la mamá escapa a los pocos minutos de entregarle a su hija y parte rumbo a Los Ángeles, dejando a Valentín con el paquete.

Es a partir de ese punto cuando comienza a construirse una divertida pero poco común relación padre-hija, que cambiará la vida de Valentín y lo llevará a cambiar el orden de sus prioridades, hasta que siete años después el destino se empeña en separar este lazo de muchas maneras.


Lo anterior sólo es un breve resumen de esta historia que sin embargo es más compleja y profunda, pero en la que no quiero ahondar mucho para no echarle a perder nada a quienes aún no la han visto. Lo cierto es que pocas veces he disfrutado tanto una película, Eugenio Derbez tiene razón cuando califica esta cinta como el trabajo más importante que ha hecho en su carrera.

"No se aceptan devoluciones" es una clara apología a la fuerte relación que un padre puede desarrollar por sus hijos. Por motivos personales soy un tanto sensible al tema de la relación papá-hijo, por lo que no sé hasta qué punto este detalle afectó mi percepción de la cinta. Desde mi punto de vista, el valor de esta película radica en que no tiene pretensiones ni pretende darnos lecciones sobre cómo ser padres, por el contrario, nos muestra que lo único y verdaderamente importante es entregar el corazón y estar dispuesto a dar todo por un hijo. Ser más un amigo que una autoridad, convertirnos en compañeros de aventuras y en un apoyo para afrontar cualquier tormenta de la vida.

También hay un mensaje muy importante acerca de la importancia de saber enfrentar los miedos y como estos pueden llegar a paralizarlos.



Quien haya tenido la paciencia de haber llegado hasta este punto del texto podrá pensar que esta es una película de superación personal o motivacional. Nada más alejado de la realidad, es más, yo la catálogo como una de las películas más bellas que he visto en mi vida, de una ternura arrebatadora a la altura de "Dónde viven los monstruos" de Spike Jonze o de "La vida es bella" de Roberto Benigni. Y además es tremendamente divertida.

Ah y claro, tiene un plus grandísimo al menos para mí: una parte de la historia ocurre en Acapulco, ciudad con la cual estoy profundamente arraigado en la que tengo muchos recuerdos con mi papá y que hoy atraviesa por momentos difíciles.  

No hace falta ser un genio para descubrir que estoy enamorado de esta película que por contradictorio que parezca, me rompió el corazón pero también llenó mi vida de luz.

De verdad véanla, les juro que les sorprenderá.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

De cosas buenas que parecen malas ¿o viceversa?


"No hagas cosas buenas que parezcan malas" dice un dicho popular que inevitablemente me vino a la mente desde el momento en el que decidí contar una extraña anécdota de mi vida.

Todo comenzó hace varios años, cuando un servidor estudiaba en una preparatoria cuyo nombre no considero prudente revelar; o bueno sí lo haré: el Instituto Don Bosco. En aquel entonces todo era confusión en mi vida, pues como ya expliqué en varias ocasiones, la sección secundaria de esa escuela era varonil y la prepa mixta, por lo que convivir con mujeres hizo que pocas cosas me importaran más que el intentar comprender al sexo opuesto.

En esas andaba durante los primeros meses de mi estadía en la prepa, cuando ocurrió un hecho al que entonces no le di importancia pero que hoy me parece sospechoso.

Una de las clases que tenía por aquel entonces era seminario, la cual era impartida por el Padre H. (no escribiré su nombre para evitar broncas, pero aclaro que no se parece al sacerdote de la foto principal de este texto), él también era el director de la sección preparatoria, la verdad sus clases eran entretenidas y diferentes, pues el Padre H. continuamente nos ponía dinámicas que hacían más llevadera la cosa.

Un día, antes de terminar su clase el Padre H nos dejó la siguiente tarea: Debíamos pararnos completamente desnudos frente a un espejo y mirarnos durante un rato. Después debíamos describir en una hoja lo que habíamos visto de forma detallada, poniendo énfasis en lo que nos gustaba y no nos gustaba de nuestro cuerpo.

¿Está freaky no?

Pues entonces no me lo pareció tanto, y creo que a mis compañeros tampoco. Obviamente ni hice la dichosa dinámica porque me parecía una ridiculez y además 'qué oso' eso de andarme encuerando para mí mismo. Para salir del asunto escribí en 10 minutos la primera tarugada que me vino a la mente (más o menos lo mismo que ahora hago en este blog) y la entregué en la siguiente clase. Nunca supe qué saqué en esa tarea pero seguramente no me tronaron.

En fin, esa tarea del padre H. volvió a mi mente hace poco y entonces me puse de mal pensado a divagar ¿para qué querría un sacerdote la descripción de los cuerpos encuerados de 160 jóvenes quinceañeros? (eran 4 grupos como de 40 alumnos cada uno).

Y es que si somos completamente estrictos, aquella no era clase ni de anatomía, biología o educación sexual, sino de SEMINARIO, osea de Dios, los apóstoles, las oraciones y todo eso ¿en dónde entran los estudiantes encuerados frente al espejo?

Supuestamente la dichosa tarea era para conocernos y aceptarnos a nosotros mismos, y no dudo que a uno o más de mis compañeros les haya funcionado y se hayan descubierto cosas que no sabían que tenían, pero la verdad a mi me dio absolutamente lo mismo, y ni me conocí, ni me acepté, ni me acerqué más a Dios a raíz de esas clases.

Quizá esa dinámica tenía una buena intención y estaba basada en un fundamento pedagógico, pero a mí me pareció medio raro. Volvemos a lo mismo: no hagas cosas buenas que parezcan malas, sobre todo si uno de tus alumnos tiene la mente cochambrosa y años después le da por andar plasmando sus malos pensamientos en un blog de baja monta.

Ni hablar, si me encontrara nuevamente al Padre H. le preguntaría si no tiene la copia de esas tareas para que me pase algunas de mis ex compañeras, esto como mera curiosidad científica, no sean mal pensados.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Post Satánico #666

Cuando abrí este blog hace 7 años, una de las cosas que me daban más ilusión era llegar al post número 666 y poder gritarlo a los cuatro vientos. Ese día finalmente llegó y aquí la prueba:



Para celebrar voy a sacrificar una cabra, me voy a bañar con pus de pollo y después me comeré a cinco bebés recién nacidos. Después obligaré a mi abuela a que rece el rosario al revés, violaré a unas gallinas, iré encuerado a una clase de catecismo y diré frente a un espejo “María sangrante” tres veces. Si todo sale bien flotaré mientras mi cabeza gira y pongo los ojos en blanco. ¡Probablemente hasta vomitaré una sustancia de color verde!

Ya soy maligno y por lo tanto quiero que haya una guerra nuclear que vuelva radioactivo el mundo y ocasione que todos suframos y seamos infelices. En lo que eso ocurre escucharé música endemoniada:




Tomaré mi propia pipi aunque sepa bien gacho y me  echaré gases en las reuniones familiares. No haré mi tarea ni estudiaré (bueno, eso no porque ya no voy a la escuela) pero sí me uniré a los anarquistas revolucionarios y diré groserías enfrente de mis tías y voy a quemar libros de Carlos Cuauhtémoc Sánchez.  
  
Y ya. Luego este blog llegara al post 667 y volveré a ser bueno y respetado por todos.   

martes, 10 de septiembre de 2013

Paren de mamar


"Pan y circo al pueblo"

"Gooooei, la televisión idiotiza a las masas"

"El futbol es un distractor para el pueblo"

"Como dice Marx, la religión es el opio de los pueblos"

Llevo varias semanas escuchando estas y otras frases estúpidas. A raíz de las reformas que actualmente se han estado presentado a nivel gubernamental y el descontento por la situación que se vive en varias esferas sociales del país, este tipo de expresiones se han vuelto a poner de moda en las pláticas, manifestaciones y ni que decir en las redes sociales.

Y digo “se han vuelto a poner de moda”, porque los mismos argumentos ya han sido usados desde décadas atrás; por más que quienes se escudan detrás de ellos los sientan como nuevos y originales, la verdad es que quienes sermonean a los demás con esas afirmaciones no están descubriendo el hilo negro ni nada por el estilo.

Saben qué, no estoy de acuerdo en los clasismos, pues eso es precisamente lo que se hace con afirmaciones así. ¿Si veo la tele soy un ignorante mal informado? ¿Si me gusta el futbol soy un inconsciente, un agachado o mal mexicano? Pues váyanse al carajo revolucionarios, eso es caer en estereotipos y esos sí que le hace daño al país. 

Hay quienes satanizan a la televisión y la pintan como un ente maligno que vuelve zombis a quienes la vemos. ¡Ay no mamen! Si bien la tele es un medio de comunicación también es un elemento de entretenimiento. En mi caso veo televisión para estar informado pero también para distraerme, para reír, para olvidarme por un momentito de los problemas cotidianos ¿eso es malo? Yo percibo a la televisión como un gran buffet de alimentos en el que puede haber comida chatarra o alimentos muy nutritivos. Cada quien consume lo que quiere y si consume chatarra aún así es muy el problema de cada quién.

Quien critica la televisión omite el riquísimo contenido cultural que hoy tiene la televisión. Además de los canales 11 y 22 de la televisión abierta, hay un sinfín de opciones en los sistemas de paga que ofrecen unas verdaderas joyas que enriquecen mucho la cultura de los televidentes. Y ojo, la televisión NO tiene porque educarnos, para eso están el hogar y las instituciones educativas.

Además, señoritos intelectuales y revolucionarios que están cambiando al mundo con sus ideas ¿a poco nunca han visto un programa de entretenimiento? ¡Por favor, sí todos lo hemos hecho! Yo lo mismo les veo un programa de Octavio Paz, o una entrevista a Julio Cortázar que "La Rosa de Guadalupe", y hacerlo no me hace ni mejor ni peor persona. Vaya, no creo que el intelecto de alguien se determine por los programas que se sintonizan.


Ahora vamos con los medios. Muchos hablan de que hay varias cadenas informativas que están compradas, y al menos en mi experiencia propia no ha sido así. Colaboré en el área informativa del medio más señalado del país y nunca vi signo alguno de censura, actualmente trabajo en un medio de comunicación independiente en el que tengo total libertad de escribir de lo que se me de la gana, en el tono en el que quiera. Por lo tanto, aunque en algún momento si hubo cierto control, esto ha ido cambiando paulatinamente, así que tampoco señalemos a los medios de comunicación como secuaces diabólicos. .

Y aquí debo aclarar, no sólo me informo por medio de Televisa y TV Azteca, mi trabajo me hace estar muy al pendiente de diversos medios noticiosos, tanto tradicionales como digitales, así que me considero una persona capaz de elaborar sus propios juicios respecto al acontecer nacional y mundial.  

Y eso de que el futbol es para mantener distraído al pueblo me da risa. ¿Cuánta gente valiosa, pensadores, creadores y artistas han sido fanáticos a ese u otro deporte sin que esta afición los perjudique? Demasiados. A mí el futbol me encanta, pero también leo mucho, quizá más que todas esas personas que andan con esa cantaleta de 'apaga la televisión y lee un libro'. Pues señores, a mi me gusta el futbol y además leo y escribo mucho. Me gusta divertirme y tomar la vida no tan en serio, pero insisto, me considero lo suficientemente inteligente para pensar por mí mismo y seguir muy de cerca lo que ocurre en el país; así como a veces me he manifestado en contra de ciertas actitudes de las autoridades también sé que muchas veces los problemas son responsabilidad de todos y no de unos cuantos.

Y no, no soy príista; es más, nunca he votado por ellos.

Lo que realmente sucede con todos esos críticos que a todo quieren encontrarle lo negativo es que no toleran que alguien piense diferente a como ellos lo hacen, y lo peor, los minimizan y tachan de ignorantes o enajenados. Y claro, muchos de ellos ni siquiera hacen nada por esas ideas que tanto defienden y su activismo se reduce a postear mensajes revolucionarios en Facebook.

Incluso hubo quien mencionó que el anuncio de que las olimpiadas del 2020 serían en Tokio era "pan y circo para los borregos". ¡Claro, seguro los japoneses y el Comité Olímpico Internacional dijeron: anunciemos que haremos unas olimpiadas para que los mexicanos se distraigan!

¿Y ultimadamente, en qué le afecta a los mexicanos que Japón haga o no unas olimpiadas?

Ojalá esos revolucionarios y rebeldes aprendan a respetar que hay gente con distintas ideologías políticas, religiosas y de vida. Y que así como hay personas no tan honestas en la política, los medios y en otros aspectos de la vida, también hay gente que trabaja con ahínco por su país y que cada día de parte la madre en hacer el bien sin necesidad de andar prejuzgando los demás.

En conclusión, ¡relájense queridos revolucionarios rebeldes!


Yo leo, me gusta ver la tele, el fútbol, trabajo y soy buen ciudadano.  Ah, y escribo textos como éste para defender al sistema porque soy un vendido.

viernes, 6 de septiembre de 2013

El árbol de la vida (o cómo creemos que cualquier mafufada es arte)


En el año 2011 se estrenó la película "El árbol de la vida", dirigida por Terrence Malick y protagonizada por Brad Pitt, Sean Penn y Jessica Chastain. En ese entonces no pude verla en el cine, a pesar de que me hubiera gustado hacerlo por la cantidad de comentarios que en todos lados la elogiaban y catalogaban como una obra de arte.

El tráiler prometía una película… interesante:



Finalmente la pude ver el pasado fin de semana y mi conclusión es que esa película en realidad es... una reverenda mafufada.

Durante los primeros minutos todo iba muy bien. Música e imágenes nos mostraban la historia de un matrimonio que se enfrentaba la pérdida de uno de sus hijos. Después vimos cómo uno de los hermanos del difuntito evocaba los recuerdos de esa época pero desde el presente.

Minutos después todo se descompuso y en mi opinión, por querer hacer ver esta cinta como muy intensa, intelectual y profunda terminaron dándole en la madre: Escenas largas y sin sentido, una evocación rara y que no venía a cuento sobre la creación del mundo ¡hasta un dinosaurio pisándole la cabeza a otro dinosaurio!, unos animales raros, erupciones de volcanes, y luego la historia de la familia comienza de nuevo.

Y otraaaaa vez escenas larguísimas. Muy bonitas y visualmente hermosas, pero que no hacían referencia a nada. Música épica y que ponía alerta al espectador, quien sentía que vendría un momento trascendente en la trama, cosa que finalmente nunca pasaba.

Conforme avanzaba la película aquello era más y más enredoso, tanto que hasta me quedé dormido un par de veces. Cuando ya estaba fastidiado de tanta chairés, comprendí que la idea central podría explicarse de una forma mucho más sencilla. Y es que la historia no era nada del otro mundo: una mamá y un papá que discrepaban en su forma de ser y de educar a sus hijos. Y ya. Tan fácil que hubiera sido contar esa anécdota. ¡Ahhhh pero no!, vamos a meter mariposas haciendo cosas raras, ranas volando en un cohete, música como de película importante, elevadores de cristal y dinosaurios para que la gente culta se emocione y crea que todo aquello es poético y que tiene varios significados goeeeei.

Al final de la película (casi dos horas y media después) todos terminan en un desierto que es una especie de cielo o una mamada así, y todos los muertos conviven contentos y se abrazan y son felices. Eso sí, la música mamila NUNCA deja de sonar. Finalmente sale la llamita de fuego que también aparece al principio y gracias a Dios se acaba la película.

Estoy seguro que no soy el único que pensó que "El Árbol de la Vida" es una marihuanada, sin embargo, creo que por aquello de que todo mundo quiere verse "culto" pues nadie acepta que la película es una porquería. Y así todo se vuelve una bola de nieve o una alegoría del cuento del Traje Nuevo del Emperador. Bastó con que alguien dijera que esa cochinada era casi una obra de arte, para que los demás le hicieran segunda pues "no vayan a pensar que soy un tonto e inculto porque no le entendí a la película".

Esto no sólo pasa con las películas, también ocurre con la música, la literatura y otras artes, en las que abundan porquerías a las que por guardar una imagen o apariencia, pocos le dan los calificativos que realmente se merecerían.

¿Qué pasaría si todos dijeran lo que en verdad piensan? ¿A cuántos nos ha tocado ver pinturas de arte contemporáneo o escuchar una canción que, o está bien gacha, o de plano ni sentido le encontramos, pero que por compromiso debemos elogiar? Conozco gente que es así, algo les aburre o no lo entienden, pero lo elogian para dar el gatazo de que no forman parte del montón de incultos que andan criticando sin saber (como yo comprenderé).

Solía ir por la vida dándole adjetivos virtuosos a esas cosas que todos elogiaban. Dejé de hacerlo hace tiempo, y aunque luego me gano calificativos nada positivos, me siento mejor conmigo mismo.

Por eso, ahí les va una lista de personas o cosas a las que todo mundo idolatra, pero que para mí no son nada del otro mundo: Elena Poniatowska, Lila Downs, Café Tacvba, la trilogía de películas de Batman dirigidas por Christian Bale, Carmen Aristegui, Björk, la NFL, el Canelo Álvarez, los tuits de Alejandro Jodorowsky, y ahí le dejo porque si no nunca acabaría.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Licencia para turistear en el DF


Quienes me conocen saben que vivo completamente enamorado de la Ciudad de México. Habrá quién pensé que mi idilio  con esta metrópoli se debe a que siempre he vivido aquí y quizá así sea, lo cierto es que desde hace mucho tiempo estoy convencido que habitar esta ciudad es un verdadero privilegio.

Y es que el Distrito Federal es la ciudad donde cualquier cosa puede pasar, basta con perderse por unas horas entre sus calles para saber que aquí el ritmo de vida es muy diferente al de cualquier otra parte del mundo. Por su inmensidad e idiosincrasia uno nunca acaba de conocerla completamente, y que bueno que sea así.

Siempre me he preguntado qué es lo que siente quién visita por primera vez la Ciudad de México y cómo es esa sensación del primer encuentro con esta inmensa y surrealista urbe. Ser turista en el Distrito Federal, esa era la utopía que finalmente estoy cumpliendo. Y es que si bien ya tenía la costumbre de conocer nuevos sitios de la ciudad cada que podía, ahora no sólo lo hago más seguido, sino que es mi chamba.

Decidí que la mejor forma de devorarme esta ciudad y conocerla un poco más, era obligándome yo mismo. La licencia me la di yo mismo cuando en el sitio de internet para el cual escribo propuse una sección en la que semanalmente se presentara un sitio no tan conocido pero sí muy interesante de la capital mexicana. Hasta ahora este reto, si bien me ha traído una mayor carga de trabajo pues además de pasear hay que investigarle, también la he disfrutado mucho; eso de cada semana descubrir un lugar nuevo en mi propia ciudad me parece un lujo que pocos pueden darse.

Así, cada martes presentó una nota sobre algún sitio digno de conocerse en esta ciudad emblemática. Y ese es el motivo de este post, compartir este trabajo con los lectores de mi blog. Honestamente es un trabajo que realizó con mucha pasión y cariño, por lo que entre más gente pueda leerlo, mejor.

El nombre de esta sección es Vagando, para leer las que se han publicado hasta ahora den clic aquí. Podrán encontrar textos sobre un local especializado en Cupcakes, la historia de uno de los cines más gloriosos del continente que terminó siendo un cine porno o el descubrimiento de unas momias en la Ciudad de México.

Soy Gabriel Revelo, y tengo licencia para turistear, acompáñenme en el viaje, se va a poner bueno.